La digoxina es un fármaco con gran experiencia de uso, tanto de modo agudo como crónica1, con un estrecho margen terapéutico y que interfiere con muchos medicamentos. La principal vía de eliminación es la excreción renal, por lo que el riesgo de intoxicación por este fármaco está directamente relacionado con la función renal. Por estos motivos es habitual la intoxicación sobre todo en el área de urgencias llegando incluso a desencadenar la muerte2.
Aunque existen normogramas y fórmulas matemáticas para la estimación de dosis de digoxina su uso no está muy extendido debido a la poca familiaridad de los médicos con dichas ecuaciones. A pesar de que es necesario monitorizar los niveles habitualmente, debido a la interacción con otros fármacos, no se suele realizar ya que muchos son pacientes de manejo ambulatorio.
Por este motivo, es habitual prescribir la digoxina con «descansos» los fines de semana o incluso, un día entre semana. Esta práctica se basa en tratamientos tradicionales o preparados antiguos y no tienen una base científica probada. Además, tras 2 días de descanso, los niveles de digoxina, desde el punto de vista farmacocinético, pueden disminuir a la mitad. Trabajos como el de Gnocchi CA et al.3 o el de Soto Pedre E et al.4 demuestran que en los pacientes que suelen «descansar», los niveles sanguíneos de digoxina son infraterapéuticos, en comparación con los pacientes que «no descansan». Aunque el número de pacientes es pequeño, los resultados son estadísticamente significativos.
Las guías clínicas recomiendan, en ancianos y/o pacientes con insuficiencia renal, administrar una dosis de mantenimiento reducida de 0,125 o 0,0625mg/día, en lugar de los 0,25mg/día para adultos con función renal normal5. A pesar de estas indicaciones, no se suele realizar en la práctica diaria, optando muchos profesionales por el «descanso» terapéutico. Con las presentaciones habituales, estas dosis son difíciles de manejar al ser comprimidos muy pequeños, y aunque están ranurados por la mitad, no se suelen partir correctamente. En nuestra experiencia recomendamos utilizar la digoxina en solución pediátrica con la que se puede dosificar de una manera más segura en centímetros cúbicos (por ejemplo: 0,125mg equivaldrían a 2,5cc de digoxina pediátrica) pudiendo administrar a diario una dosis segura, evitando los «descansos», consiguiendo niveles terapéuticos estables y disminuyendo las intoxicaciones.