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Vol. 26. Núm. 2.
Páginas 75-81 (julio - diciembre 2014)
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Vol. 26. Núm. 2.
Páginas 75-81 (julio - diciembre 2014)
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Lo que piensan los alumnos de Educación Secundaria Obligatoria de las clases de música y no se atreven a decirlo a sus profesores
What students think of secondary school music classes and not dare to say to their teachers
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Anelia Ivanova Iotova
Autor para correspondencia
aneliaivanova@edu.ucm.es

Autor para correspondencia.
, Jeniffer Prado Jiménez
Departamento de Expresión Musical y Corporal, Facultad de Educación, Universidad Complutense de Madrid, Madrid, España
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Tablas (6)
Tabla 1. Participación
Tabla 2. Anonimato
Tabla 3. Temas tratados buzón A, Colegio 1
Tabla 4. Temas tratados buzón A, Colegio 2
Tabla 5. Temas tratados buzón B, Colegio 1
Tabla 6. Temas tratados buzón B, Colegio 2
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Resumen

Esta investigación se propone recoger las opiniones del alumnado de educación secundaria sobre cualquier aspecto relacionado con las clases de música. El desarrollo de la investigación tuvo lugar durante el último trimestre del curso académico 2009–2010. Participaron dos grupos del 2.° curso de la educación secundaria diferentes centros de la Comunidad de Madrid. Se ha considerado primordial asegurar la confidencialidad y la libertad de expresión de los estudiantes; para ello, se colocaron dos buzones en cada aula. Uno de ellos servía para depositar escritos anónimos que serían conocidos por el profesorado nada más acabar el experimento, y otro, cuyo contenido solo sería conocido por el profesorado después de cerrar las actas con las notas. Para averiguar las opiniones de los profesores antes y después de abrir los buzones, utilizamos las entrevistas. Los resultados mostraron que los temas tratados por el alumnado se centran principalmente en el proceso de enseñanza-aprendizaje y la figura del profesor. En ambos aspectos, los escritos expresan abundantes quejas y propuestas. Los profesores se mostraron decepcionados por los resultados. Podemos concluir que los alumnos se expresaron libremente pero su colaboración para mejorar el proceso de enseñanza-aprendizaje fue mucho menor de lo que esperábamos.

Palabras clave:
Profesorado
Enseñanza musical
Alumnos
Opinión
Clase de música
Abstract

This research aims to collect the views of secondary school students on any aspect related to music lessons. The development of the research was carried out in the last quarter of the 2009–2010 academic year. This experiment was performed on two groups of 2nd year of secondary education in two different centers of the Community of Madrid. It was considered essential to ensure the confidentiality and freedom of expression of students. For that reason two mailboxes would be put in each classroom. One of the boxes was used to deposit anonymous writings that would be known by teachers just after the experiment and another, whose content would only be known by teachers after the close of the proceedings with the notes. To find out the opinions of teachers before and after opening the mailbox, interviews would be utilized. The results would show that the topics covered by students mainly focus on the process of teaching and learning and the professor. In both respects the notes expressed numerous complaints and proposals. Teachers were disappointed by the results. We can conclude that the students have been outspoken but their collaboration to improve the teaching-learning process was much lower than expected.

Keywords:
Teachers
Music teaching
Students
Opinion
Music class
Texto completo
Introducción

La realización del presente estudio está inspirada por la investigación de Julia Blández, de la Universidad Complutense de Madrid: “Lo que el alumnado de educación secundaria piensa de las clases de educación física y no se atreve a decirle a su profesor/a”. Este estudio refleja una experiencia con seis grupos-clases de educación secundaria durante el curso de 1999–2000. Consideramos la idea muy interesante para aplicarla en la asignatura de música. Estamos convencidos, igual que la autora, de que: “Si pudiéramos llegar hasta esos comentarios que hace el alumnado de nuestras clases, de nosotros mismos, etc., la información podría ayudarnos a mejorar el proceso educativo” (Blández, 2001). También estamos de acuerdo con que “… las observaciones de los alumnos pueden ser una valiosa fuente de información para saber qué es lo que ocurre en el aula, pues son parte constitutiva del proceso de enseñanza-aprendizaje. Los alumnos no solo pueden reportar o ayudar a reconstruir lo que sucede en las aulas, sino también pueden ofrecer sus apreciaciones, evaluar o estimar el desempeño de sus profesores, emitiendo sus propias opiniones al respecto” (Tirado, Miranda y Sánchez, 2006).

En la vida de los centros educativos, como en todas las instituciones, hay una organización jerárquica y se produce una constante evaluación. En los colegios podemos hablar, además, de la evaluación académica, también de la evaluación implícita, que se refleja en las afirmaciones del profesorado, como “este chico, a pesar de sus esfuerzos, no da más”, “esta chica es inteligente pero se junta con malas compañías”. La evaluación implícita de los alumnos se expresa en afirmaciones como “a este profesor no se le entiende nada”, “es demasiado blando”, “en su clase me duermo” (Blández, 2001) Tanto los profesores hablan sobre los alumnos como los alumnos juzgan a sus profesores. “La comprensión de las perspectivas del alumno sobre la enseñanza es tan importante para comprender los encuentros en la clase como es la construcción social que los profesores tienen de sus alumnos. Entender la forma en que los alumnos definen la situación es el único modo en que se puede dar sentido a sus acciones” (Delamont, 1988, p. 106).

Santos Guerra, en su trabajo “La evaluación: un proceso de diálogo, comprensión y mejora” (1995), expone la idea de que la evaluación planteada desde la jerarquía no solo no contribuye a la mejora del proceso educativo, sino que lo obstruye.

Impedir que la jerarquía dentro de la escuela obstaculice la obtención de las sinceras opiniones de los alumnos ha sido un asunto muy importante que se ha tenido en cuenta en nuestra investigación. Llegar a los pensamientos ocultos del alumnado ha exigido estrategias que liberen su voz que no son nada fáciles. “Liberar la voz de los participantes es una exigencia de la evaluación. Para que la opinión de los alumnos tenga valor es preciso que sea una opinión libre. Para ello, hay que conseguir la confidencialidad de sus informes y el anonimato de quienes los ofrecen” (Santos Guerra, 1995).

Hemos tenido en cuenta la advertencia del experto en evaluación Miguel Ángel Santos Guerra, que ha sido testigo de cómo las opiniones emitidas por exalumnos hacen referencia de “la ley del silencio” que se imponían o les imponían durante su estancia en la escuela: “El miedo, el chantaje afectivo, la timidez, etc., obstaculizan la libre expresión” (Santos Guerra, 1993).

Además de la dificultad para liberar la voz del alumnado para que pueda expresar abiertamente sus opiniones, otro problema era la disposición del profesorado participante para escuchar las opiniones de críticas, sentimientos, quejas o recomendaciones. ¿Hasta qué punto estaban preparados y dispuestos a ello?

En este sentido, hallamos nuestro trabajo no solo como una prueba para que el alumnado aprenda a expresar sus opiniones libremente, sino también para que el profesorado ponga a prueba su predisposición a recibirlas y aceptarlas.

Objetivos de la investigación

La investigación se propone los siguientes objetivos:

  • Recoger información sobre las opiniones del alumnado de Educación Secundaria Obligatoria sobre las clases de música.

  • Reflexionar sobre la información aportada por los alumnos.

  • Recoger y analizar la opinión de los profesores antes y después de conocer las opiniones de sus alumnos.

MétodoInstrumentos de recogida de datos

Para cumplir nuestros objetivos, hemos valorado la utilización de cuestionarios anónimos, pero de acuerdo con Santos Guerra (1993), estos pueden actuar superficialmente en una realidad compleja. El mismo autor propone como alternativa el análisis de documentos informales, que es el que más se ajusta a nuestro caso, que pretende recoger una información extensa y puntual sobre el proceso de enseñanza-aprendizaje de determinada materia: música. Consideramos muy interesante intentar generar estos documentos, proponiendo a los alumnos que escriban sus opiniones en forma de notas anónimas y las depositen en unos buzones en la clase de modo analógico, como en la investigación de Julia Blández (2001). Todos los aspectos de la clase de música podrían ser objeto de sus notas (desde el proceso enseñanza-aprendizaje, el profesor, el libro, la disciplina, etc., hasta cualquier detalle, pensamiento o propuesta). Los buzones se colocaron en cada clase y sus características se explicaron a los alumnos: en el buzón A, el alumnado podría introducir sus opiniones anónimas sobre cualquier aspecto de la clase de música sabiendo que finalmente van a ser leídas por el profesor. En cambio, las opiniones introducidas en el buzón B, solo van a ser leídas por las personas que realizan el estudio y serán conocidas por el profesor hasta que finalice el curso y se cierren las notas. De esta forma, queríamos desvanecer el posible miedo de los alumnos por represalias del profesor y estimular la sinceridad en las opiniones.

Para garantizar la fiabilidad de nuestro estudio, introducimos las siguientes condiciones: por un lado, los alumnos eligieron el sitio de colocación de los buzones y guardaban las llaves de los mismos, y por el otro, el profesor leyó un comunicado en presencia de los investigadores explicando los fines del estudio y el funcionamiento de los buzones, respondiendo al mismo tiempo a todas las preguntas por parte de los alumnos. Por último, cuando al finalizar la recogida de escritos se abrieron los buzones, los alumnos enumeraron cuidadosamente cada escrito antes de entregarlos a los investigadores.

Otro instrumento de recogida de datos que hemos utilizado es la entrevista semiestructurada de acuerdo con Bisquerra (2000), que la define como aquella en la cual el entrevistador puede modificar la secuencia de las preguntas, explicarlas, añadir información en función de las respuestas o demandas del entrevistador, que utiliza un cuestionario cerrado pero combinado con la recolección de información espontánea. Se realizaron 2 entrevistas con los profesores participantes: una antes de colocar los buzones y otra después de conocer todos los resultados.

Participantes

Para la realización de esta investigación han intervenido una profesora de música de un instituto público de Madrid (de ahora en adelante, Profesor 1), un profesor de música de un colegio privado de Madrid (Profesor 2), 58 alumnos pertenecientes al instituto público (de ahora en adelante, Colegio 1) y 45 alumnos pertenecientes al colegio privado (Colegio 2). Todos ellos se encuentran en el segundo curso de la Enseñanza Secundaria Obligatoria en sus respectivos centros.

ResultadosLa primera reacción ante los buzones

Los buzones se depositaron en ambas clases de música, colocados estratégicamente en un lugar visible para que de esta manera el alumnado recordara redactar y depositar en ellos sus opiniones. La primera reacción sobre la instalación de los buzones fue muy positiva por parte de los profesores y alumnos de ambos colegios:

“Me parece una idea creativa desde el punto de vista de la expresión del alumnado. Ahora bien, como profesor, sin duda, me serviría como herramienta de corrección de mis clases ya que en pocas ocasiones se toma en serio las opiniones del alumnado; a pesar de esto que también los alumnos se ven un poco intimidados por el hecho de que el profesor leerá sus comentarios. Es por eso que imagino que en el buzón que no leeré, ellos se desahogarán y escribirán comentarios con una crítica más fuerte” (Profesor 1).

También revelan sus previsiones en relación con los buzones:

“Presiento que los comentarios pueden encontrarse bastante repartidos entre ambos buzones. En el buzón que leemos ambos, los alumnos pueden escribir críticas no tan fuertes o incluso positivas, aunque realmente no lo crean, pensando que de esta manera quedan bien conmigo; y el otro buzón puede servir sobre todo para que aquellos a los que no les agradan mis clases tengan la posibilidad de desahogarse sin saber la autoría del comentario” (Profesor 1).

“Imagino que la mayoría de las opiniones van a ser introducidas en el buzón B, ya que ante la duda de si puede o no repercutir en la nota, ellos no se atreverán mucho a opinar libremente en el buzón A, sobre todo si saben que yo voy a leerlos” (Profesor 2)

El índice de participación

Los profesores de ambos colegios pensaron en un principio que la participación sería elevada, y aunque no ha sido del 100%, han colaborado muchos alumnos de ambos centros. La participación por parte del colegio 2 ha sido más elevada como se puede comprobar en la tabla 1.

Tabla 1.

Participación

Profesorado  N.° de escritos Buzón A  N.° de escritos Buzón B  N.° de escritos Total  Porcentaje de participación 
Profesor 1  27  33  56.8% 
Profesor 2  18  26  44  97.7% 
Total  45  32  77  74.7% 
Características de los escritos

Uno de los aspectos fundamentales en los que se ha apoyado nuestra investigación es el anonimato. Sin embargo, algunos alumnos, realmente muy pocos (entre 3.4 y 6.6%), han preferido firmar sus escritos (tabla 2).

Tabla 2.

Anonimato

Colegio 1Colegio 2
Anónimo  No anónimo  Anónimo  No anónimo 
Buzón A  96.5%  3.4%  93.3%  6.6% 
Buzón B  100%  0%  95.5%  4.4% 

Otros alumnos, conservando su anonimato, se dedicaron a colocar su “toque personal” intentando dibujar el profesor debajo de sus opiniones o riéndose “ja, ja, ja”.

El profesorado se mostró convencido de que la autoría de los escritos firmados revelaba la identidad correspondiente a estos alumnos. Ante el anonimato, los profesores manifestaron opiniones dispares:

“No me interesa en absoluto conocer quién escribió los comentarios” (Profesor 1)

“Me hubiera gustado saber quién escribió algunos de los comentarios…” (Profesor 2)

En la mayoría de los escritos en los que el Profesor 2 descubrió la letra de sus estudiantes fue porque de alguna manera los propios alumnos quisieron que se conociera, ya que firmaban o ponían directamente su nombre. Otros al parecer, cambiaban a propósito su letra.

Otra curiosa característica de los escritos es que la mayoría de ellos, que eran pequeños trozos de papel cortados de un folio o del cuaderno, estaban muy doblados como para preservar y esconder su contenido. No obstante, varios de los escritos tratan diferentes cuestiones que hemos clasificado por temas (tablas 3–6).

Tabla 3.

Temas tratados buzón A, Colegio 1

Buzón A del colegio 1   
Contenidos  18 escritos 
Profesor  15 escritos 
Exámenes  15 escritos 
Materiales del aula  4 escritos 
Tabla 4.

Temas tratados buzón A, Colegio 2

Buzón A del colegio 2   
Contenidos  12 escritos 
Profesor  8 escritos 
Castigos  2 escritos 
Materiales del aula  2 escritos 
Tabla 5.

Temas tratados buzón B, Colegio 1

Buzón B del colegio 1   
Contenidos  4 escritos 
Profesor  2 escritos 
Exámenes  1 escritos 
Materiales del aula  0 escritos 
Tabla 6.

Temas tratados buzón B, Colegio 2

Buzón B del colegio 2   
Contenidos  18 escritos 
Profesor  23 escritos 
Exámenes  5 escritos 
Materiales del aula  0 escritos 
El contenido de los buzones A y los temas tratados

Los temas tratados resultaron muy parecidos en los buzones A de ambos colegios. Como se puede observar en las tablas 3 y 4, la mayoría de los escritos tratan al profesor y los contenidos de la asignatura. Podemos destacar el tema de los exámenes en el Colegio 1, que está ausente en el Colegio 2, y el tema de los castigos que surgió en el Colegio 2, pero no se trató en el Colegio 1.

Escritos relacionados con los contenidos

Los escritos relacionados con los contenidos hacen referencia ante todo a las actividades realizadas en clase y la didáctica utilizada por el profesor. Los alumnos proponen cambios en las actividades poniendo el acento en lo que les gustaría cambiar. Las reclamaciones en el Colegio 1 son principalmente por la parte teórica y los contenidos del libro, y las propuestas se centran en aumentar la parte práctica de instrumentos musicales:

“…se podría aprender a tocar más instrumentos aparte de la flauta, por ejemplo la guitarra”.

“Me gustaría tocar la flauta y no tener tanto el libro, es una mierda el libro”.

“Los temas del libro son muy aburridos, hay algunos que no me gustan nada. A mí me gusta solo tocar instrumentos como el piano, aprender a tocarlo”.

“Puede que me gustase más la asignatura si tocáramos instrumentos o hiciéramos como juegos con ellos como lo hacíamos con la otra profesora. El libro me parece un rollo, es mejor la teoría pero con las palabras del profesor”.

En el Colegio 2 los alumnos igualmente plantean una clase más divertida pero refiriéndose a juegos y viendo películas:

“Yo creo que el profesor debería cambiar su clase, organizar juegos y ver más películas y hacer menos exámenes que son un tostón y no me gustan”.

“Me gustaría que trabajásemos menos con el libro y hacer más juegos”.

“Me gustaría que fuera la clase un poco más divertida y más amena y que usáramos la actualidad como referencia”.

“Me gustaría que las clases fueran más divertidas”.

Escritos relacionados con la figura del profesor

En esta categoría, los escritos se refieren fundamentalmente a la personalidad del profesor y su procedimiento en las clases. En ambos colegios los alumnos no aceptan el carácter del profesorado y reclaman más amabilidad y respeto:

“Molaría que la profesora sea diferente, que no sea tan aguada y ni mandona”.

“…...¡¡¡Profesora cambia tu carácter!!!”.

“… Le pediría que cambiara su ‘genio’ y que fuera un poco más maja”.

“Lo que no me gusta de esta profesora es que a veces se pasa con sus tonterías y sus paranoias y que a veces es injusta con las notas”.

“Me gustan los trabajos que nos hace realizar pero trata mal a los alumnos y a veces ridiculiza a los alumnos”.

“Me gusta cómo el profesor da las clases, lo que no me gusta es que a veces no nos tiene respeto, como a veces que a alguno le ridiculiza delante de los otros compañeros y nos sienta mal”.

“Esta profe se porta bien con nosotros cuando hay alguien delante, sino solo hace gritar y poner partes. Es una tocapelotas”.

Escritos relacionados con los exámenes

El alumnado en el Colegio 1 se queja de la dificultad de los exámenes prácticos —que en este caso es de flauta— afirmando que son “demasiado difíciles”. El motivo de esa sensación de dificultad, según nuestras observaciones, está dado por la práctica insuficiente por parte de los estudiantes:

“A mí no me parece justo suspender por flauta. El libro es necesario por lo tanto no digo nada. Pero los exámenes dependen un poco de cómo los haga la profesora, a mí me parecen complicados”.

“Yo a veces me lo paso bien en la clase, pero los exámenes de flauta son muy difíciles y no repasamos lo suficiente…”.

Algunos alumnos del Colegio 2 creen que los exámenes no están relacionados con lo enseñando en clase:

“La profesora hace exámenes que no tienen nada que ver con lo que damos…”.

Escritos relacionados con los castigos

En el Colegio 2 hay alumnos que consideran injusto el castigo que se le aplicó por parte de la profesora:

“…tampoco me parece bien que el profesor nos castigue sin recreo por no llevar un día el libro a clase”.

Escritos relacionados con los recursos en la clase de música

Las recomendaciones de los alumnos en esta sección fueron dirigidos al aula y las demás instalaciones, además de materiales didácticos. Su contenido era similar en ambos colegios:

“La clase de abajo es muy incómoda. ¡Por favor, cámbiala!”.

“Me gustaría que pusiesen sillas en el aula a la que vamos los miércoles”.

“No me gusta dar clase porque no hay instrumentos”.

“En la clase hay un montón de materiales pero nunca hacemos nada con ellos, así que no sirven para nada”.

El contenido de los buzones B y los temas tratados

En el Colegio 2 los alumnos eligieron depositar sus escritos preferentemente en el buzón B (26 frente 18 en el buzón A: tabla 1). En cambio, en el buzón B del Colegio 1 se depositaron solo 6 escritos (tabla 1). Sin embargo, los temas que abordan coinciden con los de los buzones A: el tema del profesor y el de la asignatura son los más comentados (tablas 5 y 6).

Una diferencia es una mayor agresividad en la forma de criticar las clases y al profesor del Colegio 2:

“Me parece mal cómo este profesor enfoca la asignatura, además nos trata como mongolitos, no tiene educación. No me gusta, además no nos dio batido”.

“El profesor cambia mucho de humor, lo que lo hace un tanto raro y a veces es un CABRÓN CON MAYÚSCULAS. Además, le gusta ridiculizar a los alumnos”.

“…en cuanto al profesor… es un gilipollas. Un día está majete y otro te busca las cosquillas para castigarte a la mínima parida que hagas e intenta dejarte mal enfrente de todo el mundo”.

“Me parece una estupidez cómo este profesor enfoca la asignatura, nos trata como mongolitos y lo siento por ellos. No tiene educación y me está cayendo mal la asignatura, pero adoro MÚSICA”.

Como podemos comprobar, algunas frases atacan directamente al profesor de forma enfadada y totalmente irrespetuosa, llegando a los insultos.

El tono enfadado sigue en las propuestas para la asignatura en el Colegio 2, pero el contenido es muy parecido al del buzón A del mismo colegio, se reclaman más vídeos y juegos y menos trabajos con el libro de texto:

“La asignatura de música es un rollo porque no hacemos que los ejercicios del libro, ver los vídeos de los libros y al final nos manda hacer un resumen de toda la unidad. Me gustaría que eso cambiara un poco”.

“No me gusta cómo enfoca la asignatura y nos trata como si fuéramos tontos. Lo único que me gusta son las películas que vemos y algún juego…, y no es nada simpático, siempre está enfadado”.

“Me gustaría que diésemos más canto y práctica que menos uso del libro. Me gustaría también que enfocásemos la asignatura hacia la música actual”.

La reacción de los profesores ante los escritos

En líneas generales, los profesores se mostraron muy insatisfechos con los comentarios de los alumnos:

“Llevo un mes esperando a que se abrieran estos buzones y no me imaginaba que los comentarios fueran a tomar un camino tan personal como el que han tomado. Me hubiera gustado que se hubieran centrado en aspectos más importantes que ayudaran a la mejora de la clase en general”.

“Estoy un poco decepcionado con lo que los alumnos han escrito. La verdad es que no me ayuda en absoluto a mejorar la clase. Además, no creo que haya que faltar al respeto para decir cuando a uno algo no le gusta”.

Por otra parte, el profesorado reconoce que se ha sorprendido de algunas críticas que chocan con su propia opinión sobre su relación con los alumnos, y se sorprenden de no ser considerados como se creían que son:

“Me extrañan mucho sus comentarios ya que yo considero que nuestra relación es bastante buena y nunca me habían comentado estas cosas y más siendo como soy, un profesor abierto a las críticas y comentarios de mis alumnos”.

“No me ha gustado nada que mis alumnos piensen que los ridiculizo delante de los demás. Intentaré tener más cuidado pero no creo que eso sea cierto”.

Intentando mirar el lado positivo, los profesores consiguen algunas conclusiones útiles:

“Leyendo los comentarios me he dado cuenta de que muchos de ellos se refieren a la didáctica. El alumnado se queja de que quisiera tocar más los instrumentos y dar menos teoría, tendré que reflexionar sobre ello y ver de qué manera cambio un poco la perspectiva de la clase para que ellos puedan conocer la teoría por un lado y a la vez hacer una clase que les resulte más divertida y donde puedan utilizar los instrumentos de los que disponemos en el aula”.

“Me parecen un poco contradictorios los comentarios de los alumnos. Por un lado, quisieran que la clase estuviera basada más en la práctica que en la teoría, pero cuando les propones hacer algún juego en clase o sacar la flauta para aprender una canción nueva, el esfuerzo se valora por su parte como excesivo”.

En general, el experimento indudablemente ha hecho reflexionar a los profesores.

Al finalizar la experiencia se realizó una pequeña encuesta con los alumnos de los grupos participantes con el objetivo de conocer su opinión sobre la experiencia vivida. De los 103 encuestados, 45 se declaran contentos con la experiencia de los buzones, y el resto (58) no contestan. Solo siete alumnos proponen otras estrategias para realizar esta investigación como “decírselo directamente al profesor”, pero ponen condiciones “eso siempre que el profesor no ponga partes y castigos”.

Conclusiones

Tomando como referencia los objetivos planteados y basándonos en los datos obtenidos en esta investigación a través de los escritos recogidos, las entrevistas de los profesores y las encuestas del alumnado llegamos a las siguientes conclusiones:

  • Podemos afirmar que una vez creado el acuerdo de confidencialidad y puesto el medio para la expresión, el alumnado ha presentado poca dificultad para expresarse con libertad, consiguiendo un alto grado de sinceridad en los comentarios. La mayoría de los alumnos del Colegio 1 escribió lo que pensaba en el buzón A (incluso los mensajes insultantes), lo que significa que aprovecharon el anonimato para expresarse libremente. En el Colegio 2, la baja participación en el buzón A corrobora que el miedo a la represalia estuvo presente. La mayoría de los alumnos utilizó el buzón B, que dejaba la posibilidad de expresarse una vez firmadas las actas de las notas.

  • Referente a los temas tratados por el alumnado, se centran sobre todo en dos aspectos: el proceso de enseñanza-aprendizaje y la figura del profesor. En ambos aspectos los escritos expresan abundantes quejas y propuestas.

  • En los escritos relacionados con el proceso de enseñanza-aprendizaje, podemos distinguir dos tipos de contenidos: quejas y propuestas. Las quejas de los alumnos se centraron principalmente en criticar el libro de texto: “Es una mierda el libro”; “los temas del libro son muy aburridos”; “el libro me parece un rollo”; “me gustaría que trabajásemos menos con el libro”; “me gustaría que diésemos más canto y práctica que menos uso del libro”. En este sentido, un alumno propuso que sería mejor la teoría suministrada por el profesor: “Es mejor la teoría pero con las palabras del profesor”.

  • Los alumnos conciben la asignatura de música como una clase de práctica instrumental y para divertirse. Esto lo confirma tanto el rechazo del libro y de la teoría en general como las propuestas de los escritos. Los alumnos se interesan por la práctica de varios instrumentos como flauta, guitarra o piano: “Me gustaría tocar la flauta”; “(…) se podría aprender a tocar más instrumentos aparte de la flauta, por ejemplo la guitarra.”; “a mí me gusta solo tocar instrumentos como el piano, aprender a tocarlo”. Otras propuestas son para una clase más divertida: “Profesor, debería cambiar su clase, organizar juegos y ver más películas”; “me gustaría que fuera la clase un poco más divertida y más amena”; “me gustaría que las clases fueran más divertidas”.

    Los alumnos reivindican la presencia de la música moderna en las clases de música: “Y que usáramos la actualidad como referencia; que enfocásemos la asignatura hacia la música actual”.

  • En los escritos referidos al profesor podemos diferenciar dos grupos, los que critican aspectos del carácter y la personalidad del profesor: “A alguno le ridiculiza delante de los otros compañeros y nos sienta mal”; “el profesor cambia mucho de humor; nos trata como mongolitos”; “…¡¡¡Profesora, cambia tu carácter!!!”; “le pediría que cambiara su genio”; y los que proponen un trato más amable y cordial: “Que fuera un poco más maja; que no sea tan aguada y mandona”.

  • Otro grupo de escritos, menos numeroso, hace referencia a los exámenes. Los alumnos protestan en cuanto a que los exámenes son difíciles: “Los exámenes dependen un poco de cómo los haga la profesora, a mí me parecen complicados”, pero al mismo tiempo reconocen que no estudian suficientemente: “Pero los exámenes de flauta son muy difíciles y no repasamos lo suficiente”.

  • Los profesores se mostraron insatisfechos por los resultados porque no les aportaron información relevante para mejorar ni el proceso de enseñanza-aprendizaje ni la relación profesor-alumno: “Me hubiera gustado que se hubieran centrado en aspectos más importantes que ayudaran a la mejora de la clase en general”. Ellos se sintieron objeto de la ira y la frustración de los alumnos que optaron más por los insultos y las críticas que por las propuestas y recomendaciones.

  • En definitiva, los escritos —tanto positivos como negativos— han influido en el profesorado, provocándole una profunda reflexión.

  • En último lugar, todos los alumnos que participaron en la encuesta final se mostraron satisfechos con la experiencia de los buzones.

Referencias
[Bisquerra, 2000]
R. Bisquerra.
Métodos de investigación educativa guía práctica.
CEAC, (2000),
[Blández, 2001]
J. Blández.
Lo que el alumnado de educación secundaria piensa de las clases de educación física y no se atreve a decirle a su profesor/a.
Educación Física y Deportes, 66 (2001),
[Delamont, 1988]
S. Delamont.
La interacción didáctica.
Cincel Kapellurz, (1988),
[Santos Guerra, 1993]
M.A. Santos Guerra.
Hacer visible lo cotidiano.
Akal, (1993),
[Santos Guerra, 1995]
M.A. Santos Guerra.
La evaluación: un proceso de diálogo comprensión y mejora.
Ediciones Aljibe, (1995),
[Tirado et al., 2006]
F. Tirado, A. Miranda, A. Sánchez.
La opinión de los alumnos, un recurso para la evaluación.
Séptimo Foro de Evaluación Educativa. San Luis de Potosí, (2006),
Copyright © 2014. Universidad de Oviedo
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