En la actualidad aún no existe una definición clara de la COVID persistente o «Long COVID». En general, es una enfermedad descrita en pacientes que han padecido la COVID-19 y que continúan presentando síntomas durante más tiempo de lo esperado.
Entre diversas manifestaciones clínicas, los síntomas de la COVID-19 persistente incluyen síntomas musculoesqueléticos como mialgia, dolor articular y fatiga, manifestaciones presentes en personas afectadas por el síndrome de sensibilidad central. Teniendo en cuenta que esta sintomatología podría llegar a agravarse en estos enfermos en caso de padecer una COVID persistente, se expone la situación de una mujer con antecedentes de fibromialgia y síndrome de fatiga crónica que presenta empeoramiento de la sintomatología producida por sus enfermedades tras padecer COVID-19.
El caso que exponemos plantea la duda de si el agravamiento que sufre la paciente ha sido producido por la infección vírica o por el impacto sobre el estado anímico originado por la situación pandémica.
La persistencia de síntomas musculoesqueléticos en las personas que han padecido COVID-19 deberá estudiarse ampliamente y con especial hincapié en los afectados por alguna de las patologías englobadas en el síndrome de sensibilidad central.
Currently, there is still no clear definition of persistent COVID or “Long COVID”. Generally, it is a disease described in patients who have had COVID-19 and who continue to show symptoms for longer than expected.
Among various clinical manifestations, the symptoms of persistent COVID-19 include musculoskeletal symptoms such as myalgia, joint pain and fatigue. Manifestations present in people affected by central sensitivity syndrome. Bearing in mind this symptomatology could get worse in these patients if they suffer from persistent COVID, we present the situation of a woman with a history of fibromyalgia and chronic fatigue syndrome who presents a worsening of the symptomatology produced by her illnesses, after suffering from COVID-19.
This case raises the question of whether the aggravation suffered by the patient was caused by the viral infection or by the impact on her state of mind caused by the pandemic situation.
The persistence of musculoskeletal symptoms in people who have suffered from COVID-19 should be studied extensively and with special emphasis on those affected by any of the pathologies included in the central sensitivity syndrome.
Se expone el caso de una mujer con antecedentes de fibromialgia y síndrome de fatiga crónica que presenta empeoramiento de la sintomatología producida por sus enfermedades, después de padecer la COVID-19.
El objetivo de esta presentación es el de remarcar la vulnerabilidad de las personas que padecen alguna de las patologías englobadas dentro del síndrome de sensibilidad central frente la infección por el virus SARS-CoV-2 y la situación de pandemia por la COVID-19.
Presentación del casoMujer de 54 años de edad, sin hábitos tóxicos y con antecedentes patológicos personales de distimia desde los 45 años, fibromialgia de grado moderado (grado II) desde los 47 años, síndrome de fatiga crónica leve-moderada (grado I-II) desde los 52 años de edad, obesidad y artrosis cervical y lumbar.
Hace 7 meses padeció COVID-19 que se manifestó con febrícula, diarrea, vómitos, fatiga intensa, anosmia, disgeusia y prueba positiva de reacción en cadena de la polimerasa (PCR) de frotis nasofaríngeo para la identificación del SARS-CoV-2. Este cuadro agudo tuvo una duración de 13 días y no requirió ingreso hospitalario. Desde entonces la paciente refiere aumento del dolor osteomuscular generalizado con sensación de entumecimiento en las manos, persistencia de fatiga, cierto grado de falta de concentración y una leve inestabilidad motora, especialmente con los cambios posturales. Su estado de ánimo se encuentra moderadamente afectado.
En la exploración física destaca obesidad abdominal, sensibilidad al dolor aumentada a la palpación digital de los 18 puntos dolorosos, ligero entumecimiento de los carpos y codos y ausencia de focalidad neurológica. Las determinaciones analíticas de sangre y orina se encuentran dentro de los límites de normalidad.
Teniendo en cuenta la historia clínica, la exploración física y el resultado de las pruebas complementarias se orienta el cuadro de la paciente como síndrome COVID-19 persistente con empeoramiento de la fibromialgia a un grado severo (grado III) y persistencia de fatiga crónica de grado moderado (grado II).
Discusión y conclusionesAproximadamente el 10-20% de los pacientes que han resultado positivos en la prueba del virus del SARS-CoV-2 describen síntomas prolongados y recurrentes más allá de las tres semanas y, en una proporción menor, durante meses. Es lo que se entiende por COVID persistente o «Long COVID»1,2. En la actualidad todavía no existe una definición clara de esta entidad clínica. En general, es una enfermedad descrita en pacientes que han padecido COVID-19 y que continúan presentando síntomas durante más tiempo de lo esperado.
Un estudio realizado mediante una app en población general con COVID-19 muestra la persistencia de síntomas en un 13,3% de los casos a las 4 semanas, un 4,5% a las 8 semanas y un 2,3% a las 12 semanas3.
Entre diversas manifestaciones clínicas, los síntomas de COVID-19 persistente incluyen síntomas musculoesqueléticos como mialgia, dolor articular y fatiga4, manifestaciones presentes en personas afectadas por fibromialgia y síndrome de fatiga crónica, patologías que, aunque médicamente distintas, comparten un contexto común: la sensibilización central.
El caso que exponemos plantea el dilema de si el empeoramiento de la fibromialgia y la persistencia de fatiga son causados por la infección vírica o por el impacto sobre el estado anímico producido por la situación pandémica.
Diversos estudios han puesto de manifiesto que aparece fatiga en el 41,4% y mialgias en el 20% de los pacientes sintomáticos4,5, lo que podría explicar las manifestaciones clínicas que presenta la paciente. Cabe destacar que, por otro lado, la condición física y emocional de las personas con síndromes de sensibilidad central experimentan un empeoramiento debido a la ansiedad emocional, como puede ser la producida por la situación de pandemia.
Algunos estudios sugieren la existencia de una asociación entre los efectos psicológicos en pacientes con síndrome de sensibilidad central y cambios en el estilo de vida debidos al confinamiento6. Se ha evidenciado un gran impacto de las medidas de aislamiento sobre la salud física y psicológica de los pacientes con dolor crónico7.
Es importante resaltar que los síntomas neurológicos de confusión/niebla mental e inestabilidad, así como la afectación del estado anímico, también están presentes en los pacientes con COVID-19 persistente5.
En conclusión, estamos en medio de una pandemia sin precedentes. Solo podemos especular sobre las implicaciones a largo plazo de la COVID-19. Las medidas de confinamiento, la incertidumbre y los factores estresantes asociados con la pandemia pueden llegar a afectar negativamente a las personas con síndrome de sensibilidad central8.
Los afectados por la COVID-19 son propensos al desarrollo de estados de dolor crónico. El dolor crónico, la fibromialgia, la depresión y la fatiga en las personas que han padecido COVID-19 deberán estudiarse ampliamente, sin olvidarse de los afectados por alguna de las patologías englobadas en el síndrome de sensibilidad central9.
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La COVID-19 persistente es una enfermedad descrita en pacientes que han padecido la COVID-19 y que continúan presentando síntomas durante más tiempo de lo esperado.
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Entre diversas manifestaciones clínicas, los síntomas de la COVID-19 persistente incluyen síntomas musculoesqueléticos como mialgia, dolor articular y fatiga, manifestaciones presentes en personas afectadas por el síndrome de sensibilidad central.
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Los síntomas de fatiga y mialgias de los pacientes con el síndrome de sensibilidad central podrían agravarse al padecer COVID-19.
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La condición física y emocional de las personas con síndromes de sensibilidad central pueden experimentar un empeoramiento debido a la ansiedad emocional producida por la situación de pandemia.
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El dolor crónico, la fibromialgia, la depresión y la fatiga en las personas que han padecido COVID-19 deberán estudiarse ampliamente sin olvidarse de los afectados por alguna de las patologías englobadas en el síndrome de sensibilidad central.
La tarifa de publicación open access ha sido financiada por la Unitat de Suport a la Recerca Catalunya Central de l’IDIAP Jordi Gol y la Gerència d’Atenció Primària Catalunya Central de l’Institut Català de la Salut (ICS).
Conflicto de interesesLos autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.