La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la salud digital como el uso de tecnologías de la información y la comunicación (TIC) para la salud1. La salud digital es un amplio paraguas que aborda diferentes conceptos, tales como la telemedicina, el internet de las cosas (IoT por sus siglas en inglés), los registros clínicos electrónicos, la ciencia de datos, la inteligencia artificial, la realidad virtual, entre otros2. Está enfocada en optimizar los flujos de información a través de medios digitales para apoyar la gestión y prestación de servicios de salud, contribuyendo al logro de objetivos sanitarios3. La pandemia por COVID-19 evidenció la gran relevancia que tiene la salud digital para mantener la salud en la población y, a su vez, aceleró la transformación digital en el sector salud4.

Aunque la mayor inversión se ha centrado en los recursos técnicos, se ha identificado que el éxito de la salud digital no depende únicamente de la implementación de tecnologías y debe estar alineado con el cuidado centrado en la persona5. Así mismo, la estrategia global de salud digital 2020-2025ha decretado que los recursos humanos son claves para un exitoso desarrollo de la salud digital6. Sin embargo, tanto a nivel local como global, se ha identificado un déficit de profesionales de la salud capacitados para tomar decisiones basadas en información digitalizada que sea capturada, administrada y utilizada correctamente7.

La tecnología ha sufrido un aumento exponencial y con ello los roles y las responsabilidades de los profesionales de salud se han ido sumando a la transformación digital. Esto revela la necesidad de desarrollar capacidades y facilitar un proceso de educación continua especialmente en los profesionales de la salud. En el Reino Unido se ha establecido que durante las próximas dos décadas, la mayoría de los trabajos del área de la salud tendrán un componente digital8. La pandemia de COVID-19, ha puesto en evidencia la importancia que tiene el cuidado remoto y ha acelerado la transformación digital del cuidado en salud, como también ha revelado brechas con respecto al acceso a la salud pública. Herramientas de teleconsulta y sistemas de registro electrónico se han vuelto indispensables para atender a los usuarios con COVID-19 como también otras enfermedades infecciosas9.

Actualmente países como Inglaterra han integrado en sus estrategias de salud digital marcos de referencia dirigidos al desarrollo y estandarización de las capacidades en salud digital de profesionales de salud10. Del mismo modo, Australia ha incluido el desarrollo de capacidades profesionales como uno de los siete objetivos fundamentales para la implementación de su estrategia nacional de salud digital11. Esta medida se repite en otros países con economías avanzadas como Nueva Zelanda y Canadá12. Actualmente a nivel regional, países como Argentina y Brasil han emprendido la implementación de estrategias de salud digital basadas en las recomendaciones formuladas por la Organización Mundial de la Salud13.

En Chile, se ha descrito que existe un déficit de perfiles profesionales capacitados, falta de estandarización en la adopción de conocimientos y bajas competencias para el desarrollo e implementación de proyectos en salud digital14. A esto se suma el escaso desarrollo y actualización curricular en la incorporación de competencias esenciales de salud digital en la formación de nuevos profesionales de salud15. El rol de enfermería en la salud digital por su parte, ha sido escasamente descrito16.

Las enfermeras y los enfermeros representan el 59% de los profesionales de salud, constituyéndose como la mayor fuerza de trabajo del sistema de salud a nivel global17. A su vez, otorgan más del 80% de los cuidados de atención primaria de salud en países de bajo y mediano ingreso18. En el ejercicio de su rol profesional, tienen gran responsabilidad en lo que significa la captura, almacenamiento y correcto uso de los datos e información clínica19. Es por esto que se ha descrito que la evolución de la tecnología en el sector salud también requiere una fuerza de trabajo especializada que comprenda las implicancias socio-tecnológicas que conlleva la implementación de la salud digital20.

Los profesionales de enfermería, al ser los usuarios finales de las soluciones de salud digital, son fundamentales para rediseñar la salud digital y a su vez ajustarla a las necesidades de la práctica clínica21. Dichos profesionales, a pesar de ser la piedra angular que soporta el sistema de salud y que conocen de primera fuente los desafíos y barreras en salud, aún están ausentes en los equipos que desarrollan tecnologías para la salud22. Las iniciativas de salud digital exitosas y bien implementadas deben estar centradas en la persona y en el viaje del usuario a lo largo del sistema de salud, lo que implica conocer sus características y necesidades, tarea en la que los profesionales de enfermería y su visión de innovación se vuelve fundamental. La OMS reconoce la salud digital como un punto crítico para avanzar hacia la cobertura universal en salud y lograr un sistema de salud sustentable23. Así mismo, identifica la enfermería informática como un poderoso canal para mejorar los resultados en salud.

Las soluciones de salud digital se mantienen en constante expansión, tanto en número como en capacidad, pero dicha expansión no se ha visto reflejada en materias de confianza, evaluación, regulación y transparencia24.

Desarrollar tecnologías para la salud sin la visión de enfermería puede comprometer la confianza en la tecnología como medio para mantenerse saludable y entregar cuidados de calidad.

A la inversa, incluir a las enfermeras y los enfermeros durante el diseño y desarrollo de la salud digital favorece la aceptación del uso de tecnologías en salud, mejora el flujo de trabajo en la práctica clínica, como también devuelve la enfermería al punto del cuidado, reduciendo los tiempos de registros en papel que muchas veces son innecesarios25.

Con el avance de tecnologías tales como la inteligencia artificial, la realidad virtual y la reciente expansión del metaverso en el sector salud, las enfermeras y enfermeros tendrán que tomar un rol activo y construir puentes que le permitan trabajar junto a desarrolladores e investigadores de salud digital. Esto permitirá regular las tecnologías y limitar el potencial daño y consecuencias adversas que pueden tener en salud26.

Cuando un profesional de la salud ha desarrollado capacidades en torno a las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), se habla de un “profesional de la salud digital”, muchas veces reducido a quien utiliza herramientas de informática médica en su diario quehacer. Sin embargo, existe cada vez mayor consenso acerca de cómo el desarrollo tecnológico tiene que estar también acompañado y alineado con el desarrollo humano. Es así como se advierte que la implementación de tecnologías sin capacidad profesional tiene el potencial de afectar negativamente a los usuarios del sistema de salud27.

A pesar de que las nuevas generaciones de profesionales de la salud se identifican como “nativos digitales”, encuestas realizadas a los profesionales de la salud señalan que valorarían una mayor capacitación en el área de tecnologías digitales. Mejorar las capacidades digitales llevará a una mejor adopción e implementación de las tecnologías digitales en salud. A la inversa, se ha demostrado que las bajas capacidades en salud digital son la barrera más común para lograr la transformación digital28.

En el caso de los profesionales de enfermería, esto requiere que exista un desarrollo de habilidades específicas del área de salud digital. La era digital y el internet, permiten una oportunidad única de fortalecer el lazo entre los usuarios y los sistemas de salud. En la actualidad, la salud ya no se encuentra solo en los centros de salud sino donde sea que se encuentre el usuario. Soluciones de salud digital como el monitoreo a distancia permite transformar el cuidado, abriendo una ventana para lograr la “enfermería de precisión”. Además de ir mejorando continuamente los aspectos técnicos de estas nuevas tecnologías en salud, los profesionales de enfermería deben estar en constante capacitación para consolidarse como una fuerza de trabajo con formación en salud digital29.

Al analizar marcos de capacidades de salud digital para enfermería de países con gran desarrollo en salud digital como Australia30, se identifica que los profesionales de enfermería deben ser parte del diseño, la implementación y la evaluación de las tecnologías de salud digital que involucran el cuidado del usuario. Por otro lado, se establece que deben asegurar la calidad de los datos de salud, esto implica la correcta captura, que asegure que la información sea completa, actualizada y precisa. Respecto al almacenamiento de los datos, las enfermeras y enfermeros juegan un rol clave en la accesibilidad, la seguridad y privacidad de los datos del usuario de salud31. Adicionalmente, con la gran cantidad de dispositivos móviles presentes en los diferentes centros de salud, el riesgo de compartir información sensible no anonimizada puede ocurrir en cuestión de segundos. Es así como el rol de la enfermera en preservar la confidencialidad y seguridad de los datos del usuario, aplicando los principios de protección de los datos y ciberseguridad se vuelve esencial.

Por último, se describe que la tecnología debe ser comprendida y correctamente utilizada para poder asegurar la calidad y seguridad de la atención. Esto implica, el desarrollo de un pensamiento crítico que permita identificar qué tecnologías son apropiadas para el tipo de cuidado que se está brindando al usuario, como también apoyarse en ellas para resolver problemas de la práctica clínica diaria.

Las comunidades de enfermería y de la salud digital entonces, deben trabajar en conjunto para potenciar las capacidades de enfermería en la salud digital y poder lograr avanzar hacia un sistema de salud digital más sustentable, que asegure la cobertura universal32.

Hoy en día, los mayores avances hacia el desarrollo del liderazgo de enfermería en salud digital se han visto bajo el alero de la creación de una nueva especialidad en la ciencia del cuidar: la enfermería informática33. Lamentablemente, el mayor desarrollo de esta especialidad de enfermería se observa casi exclusivamente en países de altos ingresos.

Cada vez existe mayor consenso sobre cómo la transformación digital en el sector salud debe tener un sólido componente humano y centrado en la persona, más que solo reducirse al desarrollo tecnológico34.

Para lograr que las soluciones de salud digital empoderen al usuario de salud, el desarrollo tecnológico debe poner a la persona en el centro e incorporar la transformación del cuidado. La transformación del cuidado implica no solo modernizar los aspectos técnicos sino también el modelo de cuidado que se sigue perpetuando. Abandonar antiguos modelos de salud paternalista en los que el usuario es un ente pasivo y continuar potenciando el modelo de autocuidado, logrando que el usuario sea capaz de participar activamente en las decisiones que involucran su propia salud, se vuelve esencial.

Este cambio de paradigma implicaría entonces, dejar de ver a los profesionales de la salud como los únicos usuarios finales de las soluciones de salud digital y avanzar hacia un desarrollo de elementos centrado en el paciente. Un claro ejemplo de esto es la ficha clínica electrónica compartida, en la que los datos de salud dejan de permanecer sólo en las instituciones y también pertenecen al usuario, permitiendo que este pueda hacerse parte de su cuidado y las decisiones de salud, potenciado por tecnologías centradas en la persona35.

El punto del cuidado, por su parte, se solía atribuir exclusivamente a algún establecimiento de salud, mientras que en la era digital el punto del cuidado se identifica como el paciente, donde sea que este se encuentre, potenciado por las tecnologías de monitoreo remoto como relojes inteligentes, sensores y dispositivos que el usuario puede usar en vida diaria, denominados wearables.

Las intervenciones del cuidado, por su parte, están evolucionando desde una visión basada en poblaciones, hacia una visión de cuidado basada en el individuo, en la que la medicina de precisión ofrece la posibilidad de personalizar los planes de cuidado según las características propias de cada persona36.

Finalmente, es preciso señalar que las tecnologías digitales tienen el potencial de transformar positivamente el cuidado, pero también es necesario anticiparse y considerar el impacto negativo que esta podría tener en la interacción entre los profesionales de enfermería y los usuarios de salud. La tecnología tiene el poder de transformar el cuidado si es que las soluciones de salud digital comienzan a considerar conceptos fundamentales como la compasión, el respeto entre personas y un cuidado coordinado entre el usuario y el prestador de salud. Los profesionales de enfermería se enfrentan entonces al desafío de transformar el cuidado para potenciar un nuevo paradigma de la enfermería en la era digital.

El rol de enfermería trasciende el cuidado de los usuarios, involucrando áreas como la educación, la gestión, la investigación y la innovación. Utilizar herramientas digitales permite mejorar la práctica basada en la evidencia, otorgando un cuidado más efectivo y eficiente al usuario37.

Además, el liderazgo de enfermería es indispensable en la investigación que genera nueva evidencia científica no sólo para mejorar la práctica clínica y los cuidados otorgados, sino también para identificar las relaciones existentes entre las intervenciones de salud digital y los resultados de salud, el logro de metas y el acceso a sistemas de salud de calidad.

La salud digital, junto con los sistemas de registro electrónico capturan a diario una gran cantidad de datos de salud que se almacenan en diferentes bases de datos. La gran barrera que existe especialmente en Latinoamérica a la hora de realizar investigaciones en salud es el acceso a los datos. Dificultad en el acceso a información valiosa para la generación de nuevo conocimiento respecto a la ciencia del cuidado se traduce en estudios con muestras pequeñas, muchas veces de bajo nivel de evidencia y difícilmente extrapolables a poblaciones mayores. La salud digital, abre la oportunidad de facilitar el desarrollo de la investigación en enfermería. Cuestionarios extensos en papel y planillas completadas manualmente hoy pueden ser reemplazadas por exportaciones de bases de datos que contienen datos e información valiosa, incluso en tiempo real, para seguir actualizando los modelos de cuidado de acuerdo con la evidencia científica38. Pero como en el rol de investigación la ética de enfermería debe siempre estar presente, incluir herramientas de salud digital en estudios de salud implica analizar críticamente la elección de las tecnologías, du diseño, desarrollo, como también que están cumplan con los estándares que aseguren la privacidad y seguridad de los datos. La tecnología desarrollada con estándares éticos hoy permite fácilmente anonimizar los datos de los usurarios de salud y asegurar su correcta captura, almacenamiento, transferencia y procesamiento39.

Otro aspecto importante respecto al desarrollo de la investigación en los profesionales de enfermería es que esta ocurre mayormente en el ámbito de la academia, y los profesionales que de desenvuelven en el área asistencial manifiestan no tener suficiente tiempo para participar en investigaciones37. Utilizar herramientas de salud digital para la captura y seguimiento de los participantes del estudio optimiza el tiempo de los gestores del estudio, pudiendo fomentar la participación de los profesionales clínicos. También el uso de entornos digitales facilita la gestión general de los proyectos de investigación, desde la conceptualización, el desarrollo hasta la publicación del artículo científico40.

Por último, es necesario, en tiempos donde las herramientas de salud digital avanzan rápidamente, investigar y evaluar si es que efectivamente contribuyen a mejorar el cuidado de las personas41. Lejos de reemplazar a los profesionales de enfermería, las herramientas de salud digital, con adecuada regulación y evaluación, son un gran complemento en el cuidado.

La literatura anteriormente descrita y analizada permite identificar en primer lugar, el gran potencial que tiene la salud digital para beneficiar el sistema de salud a nivel global, como también devolver a las enfermeras y enfermeros al punto de cuidado.

Así mismo, se establece la importancia de tener una fuerza de trabajo capacitada que permita avanzar en la transformación digital, más que sólo poner el foco en los aspectos técnicos del avance tecnológico.

Por otro lado, permite comprender el importante rol que tiene el profesional de enfermería en la salud digital, destacando las capacidades de salud digital que son necesarias para que se integren en el proceso de diseño, desarrollo e implementación de soluciones de salud digital.

Es importante también destacar los cambios que han surgido a partir de la incorporación de tecnología en el cuidado del usuario, incluyendo aspectos como el monitoreo remoto que permiten que el punto del cuidado ya no sea solo en un establecimiento de salud sino donde sea que se encuentre el usuario.

Respecto al desarrollo de investigación en enfermería, la salud digital ofrece grandes oportunidades para potenciar este rol que aún presenta escaso desarrollo, optimizando los procesos de recolección de información que permitirán generar mayor evidencia científica respecto al cuidado. Por otro lado, es necesario identificar si las soluciones de salud digital realmente significan una mejora en el cuidado y cuál es la evidencia al respecto, como también regular y analizar las implicancias éticas de su incorporación en los modelos de cuidado.

Finalmente, por la evidencia anteriormente expuesta, se concluye que es fundamental que los profesionales de enfermería se capaciten y desarrollen su liderazgo en el área de salud digital. Para lograr capacitar al estamento de salud más numeroso, esfuerzos conjuntos tanto de sectores públicos como privados son necesarios. Es fundamental el desarrollo de un marco de capacidades de salud digital para enfermería, tal como se ha desarrollado en otros países. Esto permitirá establecer un marco que otorgue los lineamientos para capacitar tanto a los profesionales como a los estudiantes, actualizando las mallas curriculares y mejorando también la oferta de formación en postgrado. Potenciar el liderazgo de enfermería en la salud digital hoy, permanece como un desafío necesario de abordar.

La autora declara no tener conflictos de intereses.