Evaluar la catepsina D como marcador pronóstico en el carcinoma transicional vesical infiltrante y determinar su relación con variables pronósticas reconocidas como son el estadio, el grado y la afectación ganglionar.
Material Y MétodosSe realizó una tinción inmunohistoquímica de 32 piezas de cistectomía radical afectadas por carcinoma transicional infiltrante, practicadas entre noviembre de 1996 y mayo de 1999, con anticuerpo monoclonal anti catepsina D (Novocastra), realizando una medición semicuantitativa de la expresión de catepsina en las células tumorales y en el estroma peritumoral por campo de 400x.
La serie estudiada se compuso de 31 varones y una mujer con un rango de edad entre 41 y 75 años y una edad media de 63,25 años (Desviación estandard de 8,77) y un seguimiento medio de 23,6 meses (1 a 44 meses). Los estadios se clasificaron según la clasificación de la WHO de 1997. El grado citológico se clasificó según la clasificación de la ISUP /WHO de 1998.
Para el análisis de las variables se utilizó el test Chi-Cuadrado y test R de Pearson. El test de supervivencia se realizó según el método de Kaplan Meier y los niveles de significado mediante el test del logaritmo del rango (log-rank test).
ResultadosLos estadios diagnosticados en el momento de realizar la cistectomía fueron: pTo:3,1% (1), pT1:12,5% (4), pT2:15,6 % (5), pT3:34,4% (11), pT4: 34,4% (11). (p<0,001).
El 81,25% de los tumores fueron de alto grado citológico y el 18,75% de los tumores fue de bajo grado.
Se apreció afectación ganglionar en el 40,7% de los casos.
Existió una progresión del 43,8% y una mortalidad del 40,6%.
No se encontraron valores significativos de asociación entre el nivel de catepsina en el estroma y el grado de afectación ganglionar, estadio tumoral o grado citológico (p=0,473, p=0,604, p=0,2423 respectivamente), ni con los niveles de catepsina tumoral y los parámetros referidos anteriormente (p=0,496, p=0,722 y p=0,461 respectivamente).
Los niveles de catepsina en el estroma y tumor no mostraron influencia en los intervalos libres de enfermedad (p=0,785 y p=0,355 respectivamente) ni sobre la supervivencia (p=0,614 y p=0,601).
ConclusiónEn nuestra serie la determinación semicuantitativa de los niveles de catepsina D con métodos inmunohistoquímicos no aporta información pronóstica en el tumor vesical infiltrante.
The aim of this study was to evaluate cathepsin D as a prognostic marker in invasive bladder cancer and to determine its relationship with stage, grade, lymph-node metastasis and survival too.
Material And MethodsAn inmunohistochemical staining of 32 radical cystectomy specimens suffering from transitional cell carcinoma was performed, using a monoclonal antibody anti-cathepsin D (Novocastra).
We made a semicuantitative measurement of the cathepsin D expression in the tumor and in the peritumoral stroma in a 400 x microscopic high power field. Patient population was composed of 31 men and 1 woman with a mean age of 63,25 years. The mean follow up was 23,6 months.
Stage was classified with the WHO 1997 classification. Grade was classified with the ISUP/WHO 1998 classification.
For the statistical analysis the Chi-square test, Pearson´s test R, the Kaplan Meier method and the log-rank test were used.
ResultsThe pathological stages of the surgical specimens were as follows: pTo:3,1% (1),pT1:12,5 % (4),pT2:15,6 % (5), pT3:34,4% (11).(p<0,001)
A high citologic grade was found in 81,25 % of the tumors.
There was a 43,8 % progression rate and 40,6% mortality.
There was no statistically significant relationship among Cathepsin´s D levels in the stroma and lymph node metastases, stage, or grade (p=0,473, p=0,604, p=0,2423).
There was no statiscally significant relationship among Cathepsin´s D levels in the tumor and lymph node metastases, stage or grade (p=0,496, p=0,722 and p=0,461).
The cathepsin D levels, neither in the stroma nor in the tumor, showed no influence neither on the disease free intervals nor in the survival rates (p=0,785; p=0,355 and p=0,614; p=0,601 respectively).
ConclusionsInmunohistochemical Cathepsin D levels´ do not seem to play a role in the prognostic of transitional tumors of the urinary bladder.