A lo largo de la última década, la cirugía conservadora del órgano ha alcanzado reconocimiento generalizado dentro de la comunidad urológica internacional. En consecuencia, la cuestión de la cirugía radical frente a la cirugía conservadora del órgano está siendo cada vez más debatida de forma polémica. A día de hoy, incluso los defensores de la nefrectomía radical deben admitir que los resultados a largo plazo obtenidos con la cirugía conservadora de la nefrona son excelentes. Por consiguiente, la heminefrectomía se ha convertido en un tratamiento habitual en pacientes con función renal comprometida. Sin embargo, en pacientes cuyo riñón contralateral es normal, las directrices nacionales e internacionales siguen mostrándose favorables a la nefrectomía radical. El aumento de la morbilidad y las dudas sobre la eficacia de la heminefrectomía en relación con el control tumoral son los motivos clave tras esta estrategia. Como parte de este análisis, los autores destacan la hipótesis de que las diferencias actuales entre cirugía conservadora del órgano y nefrectomía radical en relación con la supervivencia son marginales siempre que se cumplan los requisitos para la heminefrectomía. Así pues, la polémica actual parece basarse sobre todo en suposiciones y convicciones más que en hechos reales. Para responder definitivamente a esta pregunta se ha sugerido la realización de un ensayo clínico prospectivo y aleatorizado, aunque sin subestimar los problemas que conlleva dicho estudio.
Organ-preserving surgery has gained widespread acceptance within the international urological community through the last decade. In consequence, the question of radical vs. nephron sparing surgery for the treatment of renal cancer is increasingly discussed in a controversial way. Today, even advocates of a radical nephrectomy must admit that long-term results obtained through nephron sparing surgery are excellent. In consequence, heminephrectomy has become a standard treatment in patients with impaired renal function. However, in patients with a normal contralateral kidney, national and international guidelines still favor radical nephrectomy. An increased morbidity and doubts on the efficacy of heminephrectomy concerning tumor control are the key reasons behind this strategy. Within this analysis the authors stress the hypothesis that the actual differences between organ-preserving surgery and radical nephrectomy concerning survival are marginal if the requirements for heminephrectomy are met. Therefore, the actual controversy appears to be rather based upon assumptions and convictions than on actual facts. To definitively answer this question a prospective randomized trial is suggested, however, the problems of this study may not be underestimated.