Figura 1. Rotura del extremo piélico en el mismo acto que obligó a colocar nuevo doble J izquierdo.
Figura 2. Retirada del extremo piélico del catéter doble J con incrustación mediante acceso percutáneo, tras intento sin éxito en el mismo acto de retirada vía retrógada con ureterorrenoscopio.