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La reparación endovascular de aneurismas (REVA) ofrece una alternativa a la corrección abierta de menor agresividad quirúrgica y menor mortalidad y morbilidad perioperatorias. Este procedimiento se acompaña de posibles complicaciones, incluido el fracaso del dispositivo, migración del injerto y endofugas, que requieren un seguimiento a largo plazo. Sigue siendo una técnica relativamente nueva y, por esta razón, no se dispone todavía de datos suficientes sobre sus resultados a largo plazo. En el presente estudio se describen los resultados de la técnica a los 5 años a partir de un centro individual. Se revisó el seguimiento durante este período correspondiente a 58 pacientes que se sometieron a REVA en un solo centro utilizando diversos dispositivos comerciales. Cada 6 meses, todos los pacientes fueron seguidos con eco-Doppler y examen físico en una clínica dirigida por una enfermera, además de una tomografía computarizada (TC) anual para los que participaron en el ensayo REVA. En esta serie todos los pacientes eran hombres cuya edad mediana era de 72 años (límites 58-81). El diámetro aórtico preoperatorio medio fue de 5,95 cm y después de la REVA se redujo hasta 5,2 cm (diámetro medio) a los 5 años. La estancia hospitalaria media fue de 7 días y no se produjeron muertes perioperatorias. Se produjeron 20 (34%) complicaciones precoces y 15 (26%) tardías. Hubo 13 endofugas confirmadas en la TC; cuatro (31%) eran de tipo I y nueve (69%) de tipo II. La tasa de mortalidad por cualquier causa fue del 26%. No se produjeron muertes tardías relacionadas con el aneurisma. La REVA confiere la ventaja de una estancia hospitalaria más breve y una disminución de la mortalidad y morbilidad perioperatorias. Sin embargo, su seguimiento a largo plazo sigue siendo de máxima prioridad para detectar la aparición de complicaciones tardías.
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