Introducción: El cáncer colorrectal (CCR) es, en España, el segundo cáncer más frecuente y más mortal tanto en hombres como en mujeres. La cirugía es la base del tratamiento junto con la quimioterapia adyuvante en pacientes con CCR estadios III a IV, cáncer de recto en estadio II y cáncer de colon en estadio II con características de riesgo o complicación. La prehabilitación cognitiva pretende conseguir que el paciente llegue a la cirugía con el menor nivel de estrés y ansiedad posibles con la finalidad última de disminuir las complicaciones y obtener mejores resultados. El objetivo de este estudio es cuantificar la eficacia del programa de prehabilitación implantado y la influencia de la pandemia COVID en los pacientes intervenidos de CCR.

Métodos: Desde septiembre de 2019 hasta abril de 2020 se incluyeron de forma consecutiva aleatorizada los pacientes con CCR programados para cirugía electiva. El grupo prehabilitación al diagnóstico recibió una serie de recomendaciones de ejercicios de relajación y respiratorios, que el paciente debía realizar un mínimo de 2 veces por semana. Para la determinación de los niveles de ansiedad y/o depresión se utilizó una traducción española validad de la Hospital Anxiety and Depression Scale (HADS), un cuestionario con 14 ítems: 7 para valorar la esfera depresiva (HADS-D) y otros 7 para la valoración de la ansiosa (HADS-A). El objetivo era realizar estas mediciones al diagnóstico, el día antes de la intervención y postoperatoriamente a los 45, 100 y 200 días. Sin embargo, con la llegada de la pandemia COVID-19 no se pudieron hacer determinadas mediciones postoperatorias por razones étias y de seguridad, por lo que los pacientes quedaron divididos en dos grupos: grupo 1 (medición a los 45 y 200 días) y grupo 2 (medición a los 100 días).

Resultados: Respecto al nivel de ansiedad puede observarse que tanto el momento del diagnóstico como la intervención son dos situaciones vitales de alto estrés apreciándose un porcentaje de pacientes con un HADS-A patológico muy elevado (36,83% al diagnóstico y 43,09% antes de la intervención). Sin embargo, el porcentaje máximo de pacientes con un HADS-D patológico (21,04%) es muy inferior al de HADS-A, aunque destaca que este valor se registra tras el confinamiento por la pandemia COVID-19. Pese a que algunos estudios previos mostraron una reducción significativa de la ansiedad y la depresión en los pacientes en los que realizó una intervención psicooncológica, en nuestro estudio las diferencias no han sido estadísticamente significativas entre el grupo prehabilitación y el grupo control.

Conclusiones: Consideramos de extrema importancia la detección precoz de pacientes con síntomas ansioso depresivos o mayor probabilidad de padecerlos y la aplicación de medidas para evitar que estos se produzcan, además de la implantación de estrategias terapéuticas en el caso de que ya estén presentes. Nuestra prehabilitación cognitiva a base de recomendaciones visuales no ha demostrado ser eficaz y la realización de nuevos estudios con sesiones impartidas por psicólogos siguiendo el ejemplo de ensayos previos debería considerarse.