Introducción: El aprendizaje de la sistemática para abordar situaciones clínicas habituales, como el dolor abdominal, es importante dentro de la formación de los estudiantes de Medicina, no solo en la exploración física, sino también en competencias como la comunicación con el paciente y el manejo diagnóstico y terapéutico. Este enfoque ayuda al desarrollo del razonamiento clínico desde los primeros cursos. Las prácticas con simuladores y pacientes simulados suponen herramientas importantes para ampliar el conocimiento y las habilidades de los estudiantes, permitiendo una evaluación objetiva y obteniendo una retroalimentación útil para mejorar la confianza y la competencia clínica. La evaluación mediante OSCE (Objective Structured Clinical Examination) requiere el uso de checklists validados y considerar la perspectiva de diferentes evaluadores y compañeros para una evaluación más completa.

Objetivos: Validación de seis checklists correspondientes a escenarios clínicos de dolor abdominal; evaluación global y de competencias en cada escenario; y análisis de diferencias evaluativas entre profesores y estudiantes.

Métodos: Se realizó un taller práctico centrado en seis escenarios clínicos de patología quirúrgica abdominal, cuatro con simuladores de fidelidad media y dos con metodología de paciente estandarizado. Los estudiantes recibieron material teórico previo y fueron evaluados con checklists con las dimensiones de comunicación, privacidad, anamnesis y habilidades técnicas. Se realizaron 10 talleres durante tres años, mediante método de evaluación del formato de OSCE. En el análisis estadístico, se emplearon test t-Student o ANOVA para comparar grupos. En la validación de checklists para escenarios clínicos, seis expertos evaluaron cada ítem en una escala del 1 al 9. Para medir el acuerdo entre expertos, se utilizó el coeficiente de correlación intraclase (CCI).

Resultados: En el estudio participaron 670 estudiantes de tercer año del Grado en Medicina de la Universidad de Murcia. Se observó alta adecuación en los ítems del checklist, con puntuaciones medias superiores a 7,5 puntos, así como un alto grado de acuerdo entre expertos. Los alumnos obtuvieron una puntuación media de 8 puntos en la evaluación de cada supuesto clínico. No se encontraron diferencias significativas en la evaluación de los ítems por parte de profesores y alumnos (p < 0,05).

Conclusiones: El método de aprendizaje demostró ser efectivo, obteniendo los alumnos una alta puntuación tras ser evaluados tanto por el profesorado como por el alumnado. Esta evaluación positiva se dio en todos los casos clínicos incluyéndose los supuestos más complejos. La implementación de checklists validados es esencial para garantizar la calidad y equidad en la evaluación de habilidades médico-quirúrgicas, preparando a los estudiantes para desafíos médicos futuros.