Medidas no farmacológicas de ahorro de sangre en cirugía

La toma de conciencia de los riesgos y reacciones adversas que conllevan las transfusiones de sangre homóloga ha hecho que en los países desarrollados disminuya su uso, potenciando terapias alternativas. Junto a estas alternativas existen un gran número de medidas para reducir la pérdida de sangre durante la cirugía, disponibles desde hace años y que no han comenzado a usarse de forma rutinaria hasta la aparición del miedo al contagio por el virus del sida. Estas medidas se pueden adoptar de forma preoperatoria, como suspender la medicación con efecto anticoagulante, evitar extracciones innecesarias, calcular la pérdida de sangre que puede soportar el paciente sin ser transfundido, fijar los criterios de transfusión, planificar la intervención de forma detallada y poner al paciente en una posición que minimice la congestión venosa. Una vez empezada la intervención, ayuda a ahorrar sangre cuidar que la temperatura del paciente sea normal, una técnica quirúrgica minuciosa, acortar al máximo el tiempo operatorio y retrasar el momento de la transfusión en caso de que ésta no se pueda evitar. En el postoperatorio reinfundir la sangre perdida por drenajes y recogida de forma adecuada, prevenir los temblores postoperatorios, administrar oxígeno y evitar hipotermia y alcalosis metabólica por hiperventilación.