Hemos leído con interés el reciente artículo de Costa Navarro sobre los sistemas de trauma en España1 en el que analiza varios centros hospitalarios especializados en el tratamiento de la enfermedad traumática. No nos queda sino felicitar a los autores por la revisión de más de 100 centros en su estudio y por las conclusiones a las que llegan, con las que estamos totalmente de acuerdo. Pero nos gustaría hacer algunas puntualizaciones basadas en los hechos que, desde los servicios de urgencia extrahospitalarios, hemos observado en los últimos tiempos.
La propia Sociedad Americana de Cirujanos establece en sus directrices de ATLS la necesidad de un aprendizaje continuo entre los servicios prehospitalarios y las unidades de trauma. En esas directrices se incluyen los servicios de urgencia que en España, debido a la presencia de médicos en el nivel prehospitalario, son muchas veces omitidos. Esta continuidad asistencial es básica en muchos aspectos, pero aún más si cabe en el trauma, como demuestran diversos estudios2,3. La calidad de la información trasmitida desde los servicios prehospitalarios dista mucho de ser la correcta y sería muy interesante establecer protocolos de trasferencia de pacientes4.
Por último la existencia de bases de datos de pacientes traumáticos es una demanda de todos los servicios implicados desde hace tiempo5. Estas bases de datos ya están siendo incorporadas en diversas comunidades6 pero es necesario que incluyan aspectos de la atención prehospitalaria para estar realmente bien construidas.