Sleep disturbances, including disrupted sleep and short sleep duration, are highly prevalent and are prospectively associated with an increased risk for various chronic diseases, including cardiometabolic, neurodegenerative, and autoimmune diseases.
Material and methodsThis is a narrative review of the literature based on numerous articles published in peer-reviewed journals since the beginning of this century.
ResultsThe relationship between sleep disorders and metabolic dysregulation has been clearly established, mainly in the setting of modern epidemic of cardiometabolic disease, a cluster of conditions include obesity, insulin resistance, arterial hypertension, and dyslipidaemia, all of them considered as main risk factor for atherosclerotic cardiovascular disease (ACVD) and its clinical expression such as ischemic ictus, myocardial infarction and type 2 diabetes. Clinically viable tools to measure sleep duration and quality are needed for routine screening and intervention.
ConclusionsIn view of what has been exposed in this review, it is evident that the timing, amount, and quality of sleep are critical to reduce the burden of risk factors for several chronic disease, including ACVD and type 2 diabetes, and most relevant in young people. Future research studies should elucidate the effectiveness of multimodal interventions to counteract the risk of short sleep for optimal patient outcomes across the healthcare continuum, especially in young people.
Los trastornos del sueño, incluyendo el sueño interrumpido y el de corta duración son altamente prevalentes y están, prospectivamente, asociados con un incremento en el riesgo de varias enfermedades crónicas, incluyendo cardiometabólicas, neurodegenerativas y autoinmunes.
Material y métodosEsta es una revisión narrativa de la literatura basada en numerosos artículos publicados en revistas sometidas a un proceso de revisión por pares desde el comienzo de este siglo.
ResultadosLa relación entre los trastornos del sueño y la desregulación metabólica ha sido claramente establecida, fundamentalmente en el contexto de la epidemia moderna de la enfermedad cardiometabólica, una constelación de condiciones que incluyen obesidad, resistencia a la insulina, hipertensión arterial y dislipidemia, todas ellas consideradas como factores mayores de riesgo para enfermedad cardiovascular aterosclerótica (ECVA) y sus expresiones clínicas como el ictus isquémico, el infarto de miocardio y la diabetes mellitus tipo 2 (DM2). Se requiere de instrumentos clínicamente viables para medir la duración y la calidad del sueño durante estudios de rutina y de intervención.
ConclusionesEl momento, la cantidad y la duración del sueño son críticos en reducir la carga de los factores de riesgo para varias enfermedades crónicas, incluyendo la ECVA y la DM2, siendo de mayor relevancia en las personas jóvenes. Investigaciones futuras deben esclarecer la efectividad de las intervenciones multimodales para contrarrestar el riesgo del sueño corto para un mejor estilo vida a lo largo del continuo del cuidado de la salud, especialmente en la población joven.