Enfermera de práctica avanzada, cuidados intensivos y España: una perspectiva

Resumen

La enfermera de práctica avanzada (EPA) continúa ganando reconocimiento. A pesar de las directrices publicadas por el Consejo Internacional de Enfermería en 2020, persiste cierta confusión sobre este concepto. En general, EPA se emplea de 3 formas diferentes, que no necesariamente son compatibles: como un término paraguas que sirve para regular 4 roles diferentes, como un nivel de práctica o como un rol en sí mismo. La especialización no siempre implica práctica avanzada, aunque ambos conceptos no son mutuamente excluyentes. Las acute care nurse practitioners en Estados Unidos pueden realizar una exploración física y elaborar una historia clínica, diagnosticar, prescribir medicamentos y solicitar e interpretar pruebas complementarias. No suponen un riesgo para los pacientes y han demostrado resultados clínicos positivos en las unidades de cuidados intensivos. También aportan un «valor añadido» al mejorar la comunicación, la coordinación interprofesional y la adhesión a los protocolos. Las clinical nurse specialists en cuidados intensivos ayudan a mejorar la calidad, la educación del personal y proporcionan atención a pacientes complejos. Tienen un impacto beneficioso en la reducción de infecciones nosocomiales y de episodios adversos, en la reducción de la estancia hospitalaria y en los costes. La implementación de roles de EPA en España se enfrenta a desafíos debido a sus circunstancias, como el alto número de médicos o la falta de medición sistemática y transparente de los resultados. A lo largo del tiempo, la corporación enfermera ha promovido una visión desproporcionalmente positiva del sistema de salud español y la enfermería. La corporación enfermera española ha seguido el modelo de especialización médica sin estudios que las respalden y con un marco que dificulta su integración en la EPA. La visión ortodoxa de la enfermería española sigue teniendo un peso significativo, en el que la experiencia se valora más que la educación, lo que complica la ampliación de competencias. Se han desarrollado numerosos proyectos regionales sin una voz o enfoque unificados. La EPA no debería ser una distracción para continuar reclamando mejoras en las condiciones de trabajo de las enfermeras.

Abstract

Advanced practice nursing (APN) continues to gain recognition. Despite the guidelines published by the International Council of Nurses in 2020, there is still some confusion about this concept. In general, APN is used in 3 different and not necessarily compatible ways: as an umbrella term that regulates 4 different roles, as a level of practice, or as a role itself. Specialization in nursing does not always imply advanced practice, although both concepts are not mutually exclusive. The Acute Care Nurse Practitioners in the United States can conduct physical examinations and medical histories, diagnose, prescribe medications, or request and interpret complementary tests. They pose no risk to patients and have shown positive clinical outcomes in Critical Care Units. They also add «value» by improving communication, interprofessional coordination, or adherence to protocols. The Clinical Nurse Specialists in Critical Care help improve quality, staff education, and provide care to complex patients. They have a beneficial impact on reducing nosocomial infections, adverse events, hospital stay, or costs. The implementation of APN roles in Spain faces challenges due to its circumstances, such as the high number of physicians or the lack of systematic and transparent measurement of outcomes. Historically, the nursing corporation has promoted a disproportionately positive view of the Spanish healthcare system and nursing. The Spanish nursing corporation has followed the model of medical specialization without supporting studies and a framework that hinders its integration into APN. The orthodox vision of Spanish nursing still holds significant weight, where experience is valued more than education, complicating the expansion of competencies. Numerous regional projects have been developed without a unified voice or approach. APN should not be a distraction from continuing to advocate for improvements in nurses’ working conditions.