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Vol. 45. Issue 6.
Pages 318-325 (November - December 2023)
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Vol. 45. Issue 6.
Pages 318-325 (November - December 2023)
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Influencia del ejercicio físico en la gravedad de la COVID-19
Influence of physical exercise on the severity of COVID-19
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C. Martin-Sancheza,
Corresponding author
carlos_ms@usal.es

Autor para correspondencia.
, M. Martin-Sanchezb, A.M. Martin-Noguerasa
a Departamento de Enfermería y Fisioterapia, Universidad de Salamanca, Salamanca, España
b Hospital Clínico Universitario de Salamanca Salamanca, España
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Tabla 1. Características basales de la muestra
Tabla 2. Porcentaje de diagnóstico positivo de COVID-19 para toda la población de estudio
Tabla 3. Relación entre los síntomas y la práctica de ejercicio
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Resumen
Antecedentes

La enfermedad por el nuevo coronavirus (COVID-19) fue declarada pandemia en marzo de 2020. Este estudio tiene como objetivo analizar la relación entre la práctica de ejercicio físico y la gravedad de la COVID-19.

Método

Estudio observacional en una cohorte de 29.875 personas de la Universidad de Salamanca (2.800 profesores/investigadores, 1.289 personal de servicio y 25.786 estudiantes) mediante la realización de una encuesta anónima telemática que recogió los datos sobre la realización de ejercicio, el diagnóstico de COVID-19 y sus síntomas. La encuesta fue realizada durante la primavera de 2021 y estuvo abierta un mes.

Resultados

Se recibieron 3.662 respuestas completas. Se utilizó la metodología «raking» para inferir los resultados a toda la población de estudio (29.875 personas). Se encontró una relación estadísticamente significativa (p<0,001) entre la presencia de síntomas y la práctica de ejercicio, la probabilidad de sufrir síntomas en personas que no practicaban ejercicio antes de COVID-19 fue 2,18 veces mayor que en aquellas que practicaban ejercicio (IC 95%; 1,825-2,611). La práctica de ejercicio más de 5 días/semana fue el factor más protector (Chi-cuadrado=134,22; gl=2; p<0,000). El ejercicio intenso fue más efectivo que el ejercicio moderado (Chi-cuadrado=36,88; gl=1; p<0,000) para prevenir los síntomas de COVID-19.

Conclusión

El ejercicio físico es un factor protector en la enfermedad COVID-19. El ejercicio regular, al menos 5 días/semana, resultó ser la opción más adecuada para prevenir los síntomas de la enfermedad. El ejercicio intenso logró mayor efectividad que el ejercicio moderado en el control de la gravedad de la enfermedad.

Palabras clave:
COVID-19
Coronavirus
Ejercicio
Infecciones
Estilo de vida saludable
Abstract
Background

Coronavirus disease 2019 (COVID-19) was declared a pandemic in March 2020. This study aims to clarify the relationship between physical exercise practice and the severity of COVID-19.

Methods

The present research is an observational, cross-sectional study. 29,875 people from the University of Salamanca were surveyed in March 2021 (2800 teacher and research staff, 1289 service staff and 25,786 students). The survey analysed the influence of physical exercise on COVID-19 symptoms.

Results

A total of 3662 complete responses were received. Raking methodology was used to extrapolate the results to the entire study population (29,875 people). A statistically significant relationship (P<.001) was recorded between developing symptoms and practicing physical exercise, the probability of suffering symptoms in people who did not practice exercise before COVID-19 was 2.18 times higher than those who practice exercise (95% CI, 1.825-2.611). Practising physical exercise more than 5 days/week was the most protective factor (Chi-square=134.22, gl=2; P<000). Intense physical exercise was more effective than moderate exercise (Chi-square=36.88, gl=1; P<.000) to prevent COVID-19 symptoms.

Conclusion

This study proved that physical exercise is a protective factor against SARS-CoV-2 infection. Regular exercise, at least 5 days/week, has been shown to be the most appropriate option to prevent disease symptoms. Intense exercise achieves greater effectiveness than moderate exercise in controlling the severity of the disease.

Keywords:
COVID-19
Coronavirus
Exercise
Infections
Healthy lifestyle
Full Text
Introducción

En diciembre de 2019 se detectó en China un brote de enfermedad por el nuevo coronavirus (COVID-19), que se denominó coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo grave (SARS-CoV-2), propagándose rápidamente e infectando a más de 173 millones de personas, y siendo declarado una emergencia sanitaria el 30 de enero de 20201.

Las personas con COVID-19 han sufrido una amplia gama de síntomas registrados, que van desde síntomas leves hasta enfermedades graves. Los síntomas pueden aparecer entre 2 y 14 días después de la exposición al virus. Cualquier persona puede tener síntomas de diferente gravedad como fiebre o escalofríos, tos, dificultad para respirar, fatiga, dolores musculares o corporales, dolor de cabeza, pérdida del gusto o del olfato, dolor de garganta, congestión o secreción nasal, náuseas o vómitos y diarrea2-5.

La infección por SARS-CoV-2 causa una respuesta inflamatoria sistemática que afecta principalmente al sistema cardiopulmonar. Una mayor calidad cardiorrespiratoria (por ejemplo, la capacidad de ejercicio) refleja una mayor reserva cardiopulmonar y una mayor capacidad del cuerpo para responder a una agresión, igualmente está inversamente relacionada con el riesgo de efectos adversos en personas con una enfermedad crónica5. El ejercicio físico ha demostrado ser una terapia eficaz para la mayoría de las enfermedades crónicas e infecciones microbianas con beneficios preventivos/terapéuticos, considerando que el ejercicio implica mediadores inmunológicos primarios y/o propiedades antiinflamatorias6–10. El ejercicio moderado regular puede contribuir a reducir el riesgo por una infección vírica11 y ser una intervención eficaz en los pacientes con COVID-1912-14. Se recomienda controlar los factores de riesgo y realizar ejercicio físico ya que un estilo de vida sedentaria aumenta 8 veces la mortalidad por COVID-19, independientemente de la presencia de otros factores de riesgo15.

Debido a la actual falta de conocimiento en la relación entre el ejercicio físico y la COVID-19, el presente estudio fue diseñado para explorar si el ejercicio es un factor protector en la gravedad de los síntomas de la COVID-19 y conocer los parámetros de ejercicio físico más efectivos para lograrlo.

MétodoDiseño del estudio

Se llevó a cabo un estudio observacional, transversal, descriptivo y de asociación cruzada sobre una cohorte de sujetos pertenecientes a una comunidad universitaria en el que se utilizó una encuesta anónima y telemática para recopilar los datos de los participantes (Anexo 1 Material Suplementario).

El protocolo de estudio fue aprobado por el Comité de Bioética de la Universidad de Salamanca (número de registro 560, 3 Feb 2021).

El estudio se registró en la base de datos de ensayos clínicos de la Biblioteca Nacional de Medicina de los EE. UU. (www.clinicaltrials.gov) con el número de registro NCT04624048.

Todos los voluntarios fueron informados antes del inicio del estudio y tuvieron acceso a un formulario de consentimiento informado que se consideró aceptado en el momento que se respondió y envió la encuesta.

Participantes

Los participantes fueron reclutados a partir de toda la población universitaria de la Universidad de Salamanca en activo durante el curso 2020-2021. La encuesta fue enviada por correo electrónico a 29.875 personas, de las cuales 2.800 eran profesores y personal investigador, 1.289 personal de administración y servicios y 25.786 estudiantes. La encuesta permaneció abierta entre el 1 de marzo y el 1 de abril de 2021. La identidad de los encuestados se verificó mediante el correo electrónico corporativo en el momento de acceso a la encuesta garantizando la pertenencia a la comunidad y una única respuesta por sujeto. No se recopiló ni almacenó información de identificación personal.

La encuesta analizó si se había tenido un diagnóstico positivo a la infección por SARS-CoV-2, los síntomas presentados durante la misma y la práctica habitual de ejercicio físico previa. La encuesta estaba formada por un total de 13 preguntas. El número de respuestas por sujeto varió entre 4 y 13 dependiendo de la respuesta al diagnóstico de la infección y a la práctica o no de ejercicio físico.

Análisis estadístico

El tamaño de la muestra se calculó para la población de estudio (29.875 personas, 2.800 profesores y personal investigador, 1.289 personal de administración servicios y 25.786 estudiantes), admitiendo una estimación de error global del 1,5%, una varianza máxima de 0,5 y un intervalo de confianza (IC) del 95%, especificando un tamaño de muestra de 3.809 personas (358 profesores y personal de investigación, 164 personal de administración y servicios y 3.287 estudiantes).

Para corregir el sesgo de muestreo, se utilizó la metodología de «raking»16 a través del paquete R de la biblioteca de anesrake. Para estimar la varianza de los estimadores en el remuestreo, se utilizó la técnica de la navaja17 de la biblioteca de encuestas18,19 del paquete R.

Se calculó el número de casos diagnosticados de COVID-19 ponderados en cada grupo, edad, grupo de edad y sexo, y estimados para el origen poblacional de los casos. Las variables cuantitativas se expresaron como media y desviación estándar.

La relación entre el ejercicio físico y la presentación de los síntomas se estudió mediante pruebas de Chi-cuadrado y cálculo de riesgos. La posible influencia en la relación entre frecuencia, intensidad y tipo de ejercicio realizado también se evaluó a través de un modelo de árbol de clasificación utilizando el algoritmo Chi-cuadrado Automatic Interaction Detection (CHAID) ajustado mediante el procedimiento de Bonferroni. En todos los casos se admitió un nivel de seguridad del 95%.

Resultados

Durante el mes de marzo de 2021 se encuestó a 29.875 personas de la Universidad de Salamanca. La encuesta fue respondida por 3.662 personas, de las cuales 668 eran profesores y personal investigador, 410 personal de administración y servicios y 2.584 estudiantes (fig. 1). Debido al sobremuestreo en los estratos docentes y de personal investigador y personal de administración y servicios, se llevó a cabo un procedimiento de corrección utilizando la metodología de «raking» para garantizar que los resultados ponderados coincidieran con las distribuciones objetivo y evitar el sesgo de selección. Las características basales de la muestra se presentan en la tabla 1. El diagrama de flujo de los pasos seguidos para completar el estudio de investigación se muestra en la figura 1

Figura 1.

Diagrama de flujo.

(0.32MB).
Tabla 1.

Características basales de la muestra

Variable  CategoríasRecuento (porcentaje) 
GéneroMasculino1338 (36,6) 
Femenino2319 (63,4) 
Grupo universitarioDocente e investigador668 (18,3) 
Personal de servicio410 (11,2) 
Estudiantes2579 (70,5) 
COVID-19 positivo580 (15,8) 
No3081 (84,2) 
Práctica de ejercicio físico antes del diagnóstico de COVID-19No184 (31,7) 
396 (68,3) 
Días/semana1 día/semana  13 (3,3) 
2-5 días/semana  339 (85,8) 
>5 días/semana  43 (10,9) 
TipoFuerza  228 (57,7) 
Resistencia  304 (77) 
Flexibilidad  91 (23) 
IntensidadModerado  232 (58,9) 
Intenso  162 (41,1) 
Hora<30min/día  77 (19,5) 
30-60min/día  186 (47,1) 
>60min/día  132 (33,2) 

Se registró que, en la Universidad de Salamanca, con un IC del 95%, 4.893 personas ya habían sido diagnosticadas de COVID-19. El porcentaje de diagnóstico positivo de COVID-19 en cada grupo se muestra en la tabla 2. De estos participantes, 1.587 no hacían ejercicio antes del diagnóstico (172 eran asintomáticos y 1.415 tenían síntomas) y 3.306 participantes practicaban ejercicio antes del diagnóstico (692 eran asintomáticos y 2.614 tenían síntomas).

Tabla 2.

Porcentaje de diagnóstico positivo de COVID-19 para toda la población de estudio

Proporción estimada  Error estándar  Rango de errores  Límite inferior  Límite superior   
Género COVID-19 positivo
Masculino  16,2%  1,1%  2,1%  14,1%  18,3% 
Femenino  16,5%  0,8%  1,6%  14,9%  18,1% 
Grupo universitario COVID-19 positivo
Docente e investigador  12,7%  1,3%  2,5%  10,2%  15,3% 
Personal de servicio  14,4%  1,7%  3,4%  11,0%  17,8% 
Estudiantes  16,9%  0,7%  1,4%  15,4%  18,3% 
Rangos de edad COVID-19 positivos
17-21  19,7%  1,1%  2,1%  17,5%  21,8% 
21-23  15,4%  1,5%  3,0%  12,4%  18,3% 
23-38  13,2%  1,2%  2,4%  10,8%  15,7% 
38-70  12,8%  1,2%  2,4%  10,5%  15,2% 

La edad media de la infección en el grupo de profesores y personal investigador fue de 45,2 años (IC 95%; 42,4-48,1), en el grupo de personal de administración y servicios fue de 52,1 años (IC 95%; 49,8-54,4) y en el grupo de estudiantes fue de 22,3 años (IC 95%; 21,8-22,8).

La relación entre la presencia de síntomas y la práctica de ejercicio físico previo al diagnóstico de COVID-19 fue estadísticamente significativa (p<0,001). Además, se encontró que el riesgo de aquellos que tenían síntomas y no hacían ejercicio físico era de 0,892 mientras que los que sí lo hacían era de 0,791. El cálculo del odds ratio determinó que la probabilidad de sufrir síntomas en personas que no practicaban ejercicio antes del diagnóstico era 2,18 veces mayor que en aquellas que practican ejercicio (IC 95%; 1,825-2,611). El riesgo de cada uno de los síntomas se muestra en la tabla 3.

Tabla 3.

Relación entre los síntomas y la práctica de ejercicio

Variable  p-valor*  Riesgo (sin ejercicio)  Riesgo (ejercicio)  Riesgo relativo (RR)  Límite inferior RR  Límite superior RR  Odds ratio (OR)  Límite inferior OR  Límite superior OR 
Fiebrec  0,00  0,43  0,49  0,88  0,82  0,94  0,78  0,69  0,89 
Diarrea  0,00  0,20  0,15  1,34  1,17  1,55  1,43  1,21  1,69 
Inmunodeficienciasc  0,00  0,04  0,01  3,53  2,28  5,47  3,64  2,33  5,69 
Conjuntivitisb  0,00  0,05  0,03  1,66  1,20  2,28  1,69  1,21  2,36 
Tosb  0,01  0,46  0,42  1,10  1,02  1,18  1,19  1,04  1,35 
Dolor de gargantaa  0,02  0,30  0,34  0,89  0,81  0,98  0,85  0,74  0,97 
Pérdida del olfato o del gustoa  0,02  0,56  0,59  0,94  0,89  0,99  0,86  0,75  0,98 
Fatiga  0,07  0,70  0,73  0,96  0,92  1,00  0,87  0,76  1,01 
Dificultad para respirar  0,10  0,19  0,21  0,89  0,78  1,02  0,87  0,74  1,02 
Dolores corporales  0,32  0,40  0,42  0,96  0,89  1,04  0,93  0,82  1,06 
Erupción  0,54  0,05  0,06  0,91  0,70  1,19  0,91  0,68  1,20 
Jaqueca  0,56  0,61  0,60  1,02  0,97  1,07  1,04  0,91  1,19 
a

Estadísticamente significativo.

b

Estadísticamente significativo.

c

Estadísticamente significativo p<0,001; p<0,01; p<0,05.

*

Valor de p correspondiente a la prueba Chi-cuadrado.

La variable más asociada a la ausencia de síntomas de COVID-19 fue la frecuencia de ejercicio físico, con diferencias significativas entre los que no hacían ejercicio (10,6% asintomáticos), los que hacían ejercicio entre 2 y 5 días a la semana (19,9% asintomáticos) y los que hacían ejercicio más de cinco días a la semana (33,6% asintomáticos) (Chi-cuadrado=134,22; gl=2; p<0,001). Los principales resultados se muestran en la figura 2.

Figura 2.

Modelo de árbol de clasificación CHAID.

(0.54MB).

El grupo más numeroso en la frecuencia de la práctica de ejercicio fue el de 2-5 días/semana, en estos participantes la intensidad del ejercicio físico también presentó diferencias significativas en la presencia de síntomas, se registraron un 25,2% de asintomáticos en los que hicieron ejercicio físico intenso y un 15,9% en los que hicieron ejercicio físico moderado (Chi-cuadrado=36,88; gl=1; p<0,001).

Además, se hallaron otros resultados reseñables en el estudio:

  • -

    En sujetos que practicaban ejercicio más de 5 días/semana y tenían entre 22 y 38 años, el porcentaje de pacientes con síntomas desciende drásticamente, pasando del 82,3% encontrado en la muestra global al 47,4% de este grupo (Chi-cuadrado=62,035; gl=1; p<0,001).

  • -

    En los sujetos que practicaban ejercicio intenso durante más de 30min, el 26,1% fueron asintomáticos, frente al 12,7% de los que se ejercitaban entre 15 y 30min.

  • -

    En los sujetos que realizaban ejercicio intenso de resistencia durante más de 30min, el número de participantes asintomáticos (24,6%) fue peor que el de los que hicieron otro ejercicio (33,5%) (Chi-cuadrado=6,504; gl=1; p<0,01).

  • -

    En los sujetos que realizaban ejercicio de resistencia intenso durante más de una hora, el porcentaje de asintomáticos (27,9%) fue mejor que el de los que practicaban menos de una hora (21,5%) (Chi-cuadrado=4,855; gl=1; p<0,05).

Discusión

Este estudio analiza la relación entre el ejercicio físico y la sintomatología asociada a la COVID-19 y evidencia que el ejercicio reduce el riesgo de enfermedad grave tras la infección. Se encuestó a 29.875 personas y se encontró que la práctica regular de ejercicio es un factor protector contra la gravedad de la infección por SARS-CoV-2. Los mejores resultados se obtuvieron para las personas que hacían ejercicio más de 5 días a la semana y en aquellos que hacían ejercicio 2-5 días/semana, el ejercicio físico intenso también fue un factor protector.

La bibliografía sobre COVID-19 es cada vez más amplia, sin embargo, la relación entre el ejercicio físico y la enfermedad aún no está clara, este estudio permitirá aumentar significativamente el conocimiento en este aspecto.

La actividad física se considera uno de los principales componentes de una vida saludable, además de intervenir en la prevención del exceso de peso, la inflamación sistémica y las enfermedades crónicas no transmisibles, es un beneficio potencial en la reducción de las enfermedades transmisibles, incluidas las enfermedades virales20. El impacto positivo del ejercicio físico para los pacientes con enfermedades crónicas está bien documentado, los estudios muestran que los programas de rehabilitación se relacionan con menor número de hospitalizaciones y, por lo tanto, con un ahorro de recursos21,22. Muchos estudios sugieren que el ejercicio físico tiene grandes beneficios en pacientes con patología respiratoria; es esencial para mejorar los síntomas, la función física y la calidad de vida, por lo que sin duda debe ser una parte del tratamiento23,24.

Todavía hay lagunas en el conocimiento sobre los mecanismos patógenos implicados en la infección por SARS-CoV-2. Sin embargo, existe consenso en la literatura científica sobre la importante implicación del sistema inmune en la susceptibilidad, progresión y resultado de la COVID-1925. La respuesta inmune al virus depende de factores como la genética, la edad y el estado físico, y su principal receptor de entrada es la enzima convertidora de angiotensina 2. La práctica de ejercicio físico actúa significativamente como modulador del sistema inmune, los estudios indican que la modulación de la respuesta inmune relacionada con el ejercicio depende de factores como la regularidad, intensidad, duración y tipo de esfuerzo aplicado26. Durante y después de la práctica de ejercicio físico se liberan citoquinas proinflamatorias y antiinflamatorias, aumenta la circulación de linfocitos, así como el reclutamiento celular. La práctica de actividad física fortalece el sistema inmunológico, suponiendo un beneficio en la defensa contra el virus. Las respuestas inflamatorias y las hormonas de estrés disminuyen, en cambio los linfocitos, las células NK, las células B inmaduras y los monocitos presentan niveles altos. Así, se produce una mejora en la inmunovigilancia y en la reducción del proceso inflamatorio sistémico, factores que corroboran que la actividad física regular ayuda a mejorar el sistema inmunológico a la vez que ayuda a prevenir enfermedades respiratorias y, por lo tanto, infecciones como la COVID-1927.

Siguiendo la línea de los resultados encontrados en estudios previos, nuestros datos muestran una relación positiva entre la práctica de ejercicio previo al diagnóstico y una buena evolución de la enfermedad.

Este es el primer estudio que proporciona pautas claras para el ejercicio físico recomendado en COVID-19: el ejercicio regular al menos 5 días a la semana ha demostrado ser la opción más efectiva para prevenir los síntomas de la COVID-19. La práctica de ejercicio intenso resulta más que el moderado.

Una vez conocidos los datos presentados en este estudio, es fundamental establecer pautas globales para la recomendación de ejercicio físico para prevenir la gravedad del COVID-19.

Las principales limitaciones encontradas fueron: La encuesta se realizó en un momento concreto, en el contexto de un cambio global constante y de nueva información sobre esta enfermedad reciente. Los estudios futuros deben desarrollar ensayos clínicos a gran escala para tener una comprensión más amplia de la influencia del ejercicio físico en la COVID-19. Los ensayos clínicos nos permitirán establecer una clara relación causa-efecto de los resultados presentados en este estudio.

Conclusión

Este estudio puso de manifiesto que el ejercicio físico es un factor protector contra la infección por SARS-CoV-2. El ejercicio regular, al menos 5 días/semana, ha mostrado ser la opción más adecuada para prevenir los síntomas de la enfermedad. El ejercicio intenso logra una mayor efectividad que el ejercicio moderado en el control de la gravedad de la enfermedad. La realización de ensayos clínicos siguiendo la línea del presente estudio es necesario para continuar con la investigación sobre los hallazgos presentados.

Declaración de ética

Este estudio observacional cumple con los estándares internacionalmente aceptados para la realización de la investigación y de la práctica. Todos los sujetos dieron su consentimiento informado en el momento que contestaron y enviaron la respuesta a la encuesta. El protocolo de estudio fue aprobado por el Comité de Bioética de la Universidad de Salamanca (número de registro 560, 3 feb 2021).

Financiación

No hubo apoyo financiero externo.

Conflicto de intereses

Los autores no tienen ningún conflicto de intereses que declarar.

Agradecimientos

Nos gustaría agradecer a todas las personas que participaron en el estudio y nos ayudaron a aprender más sobre la COVID-19.

Queremos expresar nuestro especial agradecimiento a Purificación Galindo Villardón, Catedrática del Área de Estadística e Investigación Operativa de la Universidad de Salamanca por su asistencia en la difusión de la encuesta y en el asesoramiento estadístico.

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Este estudio está registrado en www.clinicaltrials.gov y el número de identificación del registro es NCT04624048.

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