analizar las diferencias existentes entre la enfermedad celíaca en el niño y en el adulto desde la mayor parte de aspectos clínicos y diagnósticos.
Pacientes y métodosincluimos de forma prospectiva los pacientes ambulatorios estudiados en una consulta monográfica de enfermedad celiaca (EC) del adulto en los últimos ocho años y los comparamos con una serie de niños Comparamos los resultados obtenidos entre ambos grupos, mediante el valor de p, el cálculo de la OR, y del IC-95%.
Resultadosse incluyeron un total de 187 pacientes celíacos al diagnóstico de su enfermedad, que fueron seguidos ambulatoriamente cada 6 meses. De ellos eran adultos 144 (77%) y niños 43 (23%). Entre los adultos 56 casos (39%) fueron diagnosticados por estudio familiar y solo 7 niños (16%) (p<0,05; OR=3.3)). La relación por sexos (hembra/varón) fue menor en los niños (1/1,3) que en los adultos (2,4/1) (p<0,05; OR=2,2). El retraso diagnóstico fue mayor en los adultos (11±0,6 años) que en los niños (1,1±1 4 años) (p<0,001). Las formas de presentación clásicas predominaron en los niños 34 (79%) y fueron raras en los adultos 20(14%) (p<0,001; OR=23,4). La diarrea fue el síntoma predominante en niños 28 (65%), frente a los adultos 38 (26%) (p<0,001; OR=5,2). Por el contrario, la anemia ferropénica predominó en los adultos 61 (42%) frente a 8 (19%) en los niños (p<0,01; OR=3,2). La TGt fue positiva en 39 (90%) niños y en 50 (35%) adultos (p<0,001; OR=18.3) mostrando un cierto paralelismo con la presencia de atrofia de vellosidades que fue de 41 casos (93%) en los niños frente a 53 casos (37%) en adultos (p<0,001; OR=35,2). El tipaje DQ2 (+) fue más frecuentemente encontrado en niños 42 (97%), que en adultos 117 (81%) y por el contrario el DQ8 (+) fue más frecuente en adultos con 13 casos (9%), que en niños con 1 caso (2%) (p<0,01; OR=9,5). La presencia de alteración de las pruebas hepáticas fue más frecuente en adultos con 29 casos (19.4%) que en niños con 1 caso (2%) (p<0,01; OR=9,5). La presencia de disfunción tiroidea fue igualmente más prevalente en los adultos, con 29 casos (19%) frente a los niños con 1 caso (2%) (p<0,05; OR=7,6). Finalmente la presencia de enfermedades autoinmunes asociadas fue claramente más frecuente en los adultos con 35 casos (24%) frente a los niños con 4 casos (9%) (p<0,05; OR=3,1).
ConclusionesLa EC en el niño muestra un patrón clínico, serológico, histológico y genético más uniforme, correspondiente con las formas clásicas. En los adultos predominan las formas atípicas, encontradas frecuentemente en estudios familiares, con mayor predominio femenino, retraso diagnóstico prolongado, baja positividad serológica e histológica (1/3 de los casos), mayor porcentaje de DQ8 y mayor frecuencia de alteraciones hepáticas, tiroideas y de enfermedades autoinmunes asociadas.