Presentamos la adaptación para España de la actualización de las Guías Europeas de Prevención Vascular. En esta actualización se hace mayor énfasis en el abordaje poblacional, especialmente en la promoción de la actividad física y de una dieta saludable mediante políticas alimentarias y de ocio y transporte activo en España. Para estimar el riesgo vascular, se destaca la importancia de recalibrar las tablas que se utilicen, adaptándolas a los cambios poblaciones en la prevalencia de los factores de riesgo y en la incidencia de enfermedades vasculares, con particular atención al papel de la enfermedad renal crónica. A nivel individual, resulta clave el apoyo personalizado para el cambio de conducta, la adherencia a la medicación en los individuos de alto riesgo y pacientes con enfermedad vascular, la promoción de la actividad física y el abandono del hábito del tabaquismo. Además, se revisan los ensayos clínicos recientes con inhibidores de PCKS9, la necesidad de simplificar el tratamiento farmacológico de la hipertensión arterial para mejorar su control y la adherencia al tratamiento. En los pacientes con diabetes mellitus tipo 2 y enfermedad vascular o de riesgo vascular alto, cuando los cambios de estilo de vida y la metformina resultan insuficientes, deben priorizarse los fármacos con demostrado beneficio vascular. Por último, se incluyen pautas sobre enfermedad arterial periférica y otras enfermedades específicas, y se recomienda no prescribir antiagregantes en prevención primaria.
We present the adaptation for Spain of the updated European Cardiovascular Prevention Guidelines. In this update, greater stress is laid on the population approach, and especially on the promotion of physical activity and healthy diet through dietary, leisure and active transport policies in Spain. To estimate vascular risk, note should be made of the importance of recalibrating the tables used, by adapting them to population shifts in the prevalence of risk factors and incidence of vascular diseases, with particular attention to the role of chronic kidney disease. At an individual level, the key element is personalised support for changes in behaviour, adherence to medication in high-risk individuals and patients with vascular disease, the fostering of physical activity, and cessation of smoking habit. Furthermore, recent clinical trials with PCSK9 inhibitors are reviewed, along with the need to simplify pharmacological treatment of arterial hypertension to improve control and adherence to treatment. In the case of patients with type 2 diabetes mellitus and vascular disease or high vascular disease risk, when lifestyle changes and metformin are inadequate, the use of drugs with proven vascular benefit should be prioritised. Lastly, guidelines on peripheral arterial disease and other specific diseases are included, as is a recommendation against prescribing antiaggregants in primary prevention.