La hipertensión arterial se define como resistente o refractaria al tratamiento antihipertensivo cuando no se obtiene un adecuado control de la presión arterial por debajo de 140/90 mmHg o cifras incluso inferiores en hipertensos de alto riesgo, mediante un tratamiento antihipertensivo con tres o más fármacos, incluido un diurético, a las dosis adecuadas. En la mayor parte de los casos la presión arterial permanece no controlada debido a la falta de control de la presión arterial sistólica. En primer lugar es necesario descartar la falta de cumplimiento de la medicación antihipertensiva, así como la existencia de una hipertensión resistente clínica aislada mediante la monitorización ambulatoria de la presión arterial. Por otra parte se han descrito factores asociados a la hipertensión arterial resistente, como la edad avanzada, la obesidad, la ingesta excesiva de sal y la presencia de síndrome de apnea del sueño o de hipertensión arterial secundaria. Los pacientes con hipertensión arterial resistente presentan una mayor prevalencia de lesiones de órganos diana o de complicaciones clínicas asociadas, pero el pronóstico de los sujetos hipertensos está más relacionado con la presión arterial obtenida durante el tratamiento. Por ello el tratamiento de estos pacientes debe incluir un plan terapéutico con múltiples fármacos. Estudios recientes han mostrado que el control de la presión arterial puede mejorar con antagonistas de la aldosterona, incluso en ausencia de hiperaldosteronismo primario.
Arterial hypertension is defined as resistant or refractory to antihypertensive treatment when adequate control of the blood pressure below 140/90 mmHg or values even lower in high risk hypertensive subjects is not obtained by antihypertensive treatment with 3 or more drugs, including a diuretic, at adequate doses. In most of the cases, blood pressure remains uncontrolled due to lack of control of systolic blood pressure. In the first place, lack of compliance of antihypertensive medication and the existence of an isolated clinically resistant hypertension, by ambulatory blood pressure monitoring must be stressed. On the other hand, factors associated to resistant arterial hypertension, such as advanced age, obesity, excessive intake of salt and presence of sleep apnea syndrome or of secondary arterial hypertension have been described. Patients with resistant arterial hypertension have greater prevalence of lesions of target organs or of associated clinical complications, but the prognosis of hypertensive subjects is more related with the arterial pressure obtained during treatment. Thus, treatment of these patients should include a therapeutic plan with multiple drugs. Recent studies have shown that control of blood pressure may improve with aldosterone antagonists, even in the absence of primary hyperaldosteronism.