Se estima que la prevalencia de hipertensión arterial (HTA) en la población española mayor de 60 años es superior al 65%, a expensas principalmente de una elevación de la presión arterial sistólica. Es conocido que la HTA es el factor de riesgo más importante para el desarrollo de una enfermedad cardiovascular (cardiopatía isquémica, insuficiencia cardíaca, ictus) y que ésta sigue siendo la primera causa de muerte en la población occidental. La necesidad de tratamiento de la HTA en la población anciana es un hecho ya ampliamente demostrado en numerosos ensayos clínicos aleatorizados y controlados con placebo, en los que el tratamiento antihipertensivo se asocia a una reducción del riesgo de presentar una complicación cardiovascular. Sin embargo, el tratamiento de la HTA en el anciano puede resultar una tarea complicada por la necesidad de tener presente en su manejo clínico una serie de características propias de este grupo de pacientes, como son una farmacocinética alterada, la comorbilidad, o la polifarmacia. Por otra parte, todavía no existen estudios suficientes en el caso de la población más anciana (mayor de 85 años) y, en este sentido, el tratamiento individualizado es el que debiera realizarse en nuestra práctica clínica habitual.
The prevalence of essential hypertension in Spanish population elder than 60 years is about 65%. These data are particularly due to an elevated prevalence of isolated systolic hypertension in elderly people. It is known that essential hypertension is the most important risk factor for developing a cardiovascular disease (coronary heart disease, cardiac failure, stroke). Cardiovascular diseases continue to be the leading causes of illness and death among adults from developed countries. Several studies have demonstrated the beneficial effects of antihypertensive treatment in hypertensive elderly people. Indeed, antihypertensive treatment and control of high blood pressure are associated with lower risk for developing cardiovascular diseases. However, managing of high blood pressure in elderly population can be difficult since most of these people have comorbidities that could influence the therapy. On the other hand there are some issues that remains unanswered in this group of population, such as how aggressively these patients should be treated, and also evidence enough for treating oldest old patients (those aged > 85 years).