Moxonidina y rilmenidina representan a una familia de fármacos simpaticolíticos de reciente aparición con propiedades antihipertensivas que actúan estimulando los receptores imidazolínicos I-1 localizados en el bulbo
La eficacia antihipertensiva de estos fármacos ha sido confirmada en estudios clínicos y experimentales con efectos favorables sobre la hipertrofia ventricular izquierda y la distensibilidad arterial
El efecto adverso más significativo es la bradicardia, por lo que debe evitarse en pacientes con menos de 50 latidos/minuto. Se puede combinar con otros fármacos excepto con aquellos que inducen bradicardia