Aunque sea en cierta medida arbitrario, aceptamos que cuando el índice de masa corporal (IMC-peso/talla2) está situado entre 25-30 hablamos de simple sobrepeso, pero si es mayor de 30 estamos ante un paciente obeso.
Está plenamente reconocido que la obesidad es un factor de riesgo cardiovascular independiente, aún cuando existe una asociación/relación con la HTA. Hecho confirmado en España por estudios epidemiológicos.
No obstante, las relaciones entre la obesidad y la HTA tienen algunos matices: en ocasiones la masa corporal no es sinónimo de obesidad. La distribución corporal de la grasa puede tener su importancia de tal forma que la obesidad centrípeta se asocia con más alteraciones lipídicas.
En relación con el tratamiento antihipertensivo en este tipo de sujetos, también caben algunas conjeturas, aunque el fármaco ideal que controla al tiempo la HTA y la obesidad todavía no se ha conseguido.