El grupo de los diuréticos incluye las tiazidas y fármacos tiazida-like, los diuréticos de asa y los ahorradores de potasio. Las tiazidas son los fármacos más recomendados para el tratamiento inicial de la hiperpresión arterial esencial por razones económicas, su bajo coste, pero también por su eficacia y tolerabilidad tanto en monoterapia como en combinación con otros antihipertensivos. El uso de tiazidas puede reducir la incidencia de ictus y de enfermedad coronaria como han demostrado numerosos ensayos clínicos, desde la década de los sesenta hasta los más recientes, como el ALLHAT. Hidroclorotiazida en dosis de 12,5-25 mg una vez al día reduce la presión arterial en alrededor de la mitad de los pacientes tratados; dosis más altas no incrementan el efecto antihipertensivo, sino que favorecen la aparición de efectos adversos que son dosis-dependientes. La combinación de tiazidas con otros antihipertensivos aumenta la eficacia para bajar las cifras tensionales. El efecto adverso más común es la hipokaliemia; por ello, en los pacientes tratados con tiazidas deben vigilarse los niveles plasmáticos de potasio. Algunos estudios han demostrado que los pacientes tratados con diuréticos presentan un mayor número de nuevos diagnósticos de diabetes que los tratados con otros antihipertensivos. En conclusión, las tiazidas deben ser consideradas entre las primeras opciones para el tratamiento de la hipertensión esencial. Además, dado que muchos pacientes no alcanzan el objetivo terapéutico con un solo fármaco, si no existen contraindicaciones, debería incluirse un diurético en cualquier pauta terapéutica que asocie fármacos antihipertensivos.
The diuretic group includes thiazides and thiazide-like agents, loop diuretics and potassium-sparing diuretics. Thiazides represent the most commonly recommended initial treatment for hypertension for economic reasons, their low cost, but also due to their tolerability and efficacy both as monotherapy and in combination with other agents. Hypertension treatments that use a diuretic-based strategy have been effective in preventing stroke and cardiac disease in the randomized clinical trials from the 1960s to contemporary trials such as ALLHAT. Hydrochlorothiazide 12.5-25 mg once daily or equivalent dosages of other similar agents reduce blood pressure in approximately one-half of treated patients. Higher doses add little to the effect on blood pressure and increase side effects. Some combinations of thiazide diuretics with an antihypertensive drug of a different class increase antihypertensive efficacy. The most common adverse effect is hypokaliemia. Thus, serum potassium in patients treated with thiazide should be monitored. Several studies have demonstrated that the incidence of new case of diabetes was higher among hypertensive patients who were treated with diuretics than in those who were treated with other antihypertensive drugs. In conclusion, thiazide diuretics must be considered among the first options for drug therapy in uncomplicated hypertension. Furthermore, since many patients required more than one drug to control their blood pressure, a diuretic should be included in the therapeutic regime, if possible.