Los pacientes con hipertensión clínica aislada (HCA) presentan a medio plazo una menor tasa de mortalidad que los pacientes con hipertensión sostenida, aunque tienen una mayor afectación orgánica que los normotensos y, por lo tanto, en general, un mayor riesgo cardiovascular que éstos. Hasta un 18% de los pacientes con HCA puede presentar un riesgo cardiovascular añadido alto o muy alto a causa de factores de riesgo concomitantes (tabaquismo, dislipidemia, diabetes, síndrome metabólico), o por la presencia de lesión de órganos diana o de enfermedad clínica asociada.
La HCA es difícilmente predecible y precisa de la realización de una monitorización ambulatoria de la presión arterial (MAPA) de 24 h para su diagnóstico de certeza. Probablemente, nunca dispondremos de un test de cribado o de un algoritmo, de elevada sensibilidad, que permita decidir sobre qué pacientes debemos explorar la presión ambulatoria.
Por lo tanto, dada su prevalencia (entre el 15 y el 30% de los hipertensos atendidos), cada vez se hace más recomendable evaluar la presión ambulatoria de la mayoría de hipertensos, al menos inicialmente.
Para definir la HCA, parece razonable dar preferencia a puntos de corte más restrictivos (PA 24 h < 127/77 mmHg o PA diurna < 130/80 mmHg), especialmente en los pacientes de mayor riesgo.
Patients with isolated clinic hypertension (ICH) have a lower medium-term mortality rate than patients with sustained hypertension. However, these patients have greater target organ damage and therefore, in general, are at higher cardiovascular risk than normotensive individuals. Up to 18% of patients with ICH may present a high or very high added cardiovascular risk because of concomitant risk factors (smoking, dyslipidemia, diabetes, metabolic syndrome), or the presence of target organ damage or established cardiovascular disease.
ICH is difficult to predict clinically and 24-hour ambulatory blood pressure monitoring is required for an accurate diagnosis. There will probably never be a highly sensitive screening test or algorithm that will identify patients requiring ambulatory blood pressure assessment. Therefore, given the prevalence of ICH (between 15 and 30% of hypertensive patients), ambulatory blood pressure monitoring is advisable in most hypertensive patients, at least initially.
Defining ICH with the more restrictive cut-off point (24 h blood pressure < 127/77 mmHg or daytime blood pressure <130/80 mmHg) seems reasonable, particularly in patients at highest cardiovascular risk.