Evaluar si se puede mejorar el control de la presión arterial (PA) mediante información de objetivos tensionales al paciente y mediante automedidas en la consulta. Evaluar el impacto de la intervención sobre hábitos de salud, ansiedad, prescripción de antihipertensivos, satisfacción de los pacientes y costes
DiseñoEnsayo clínico aleatorizado
ÁmbitoOcho consultas de Atención Primaria de Birmingham (Reino Unido). Sujetos de estudio. Fueron incluidos en el estudio 441 hipertensos en tratamiento farmacológico antihipertensivo aunque con mal control tensional (PA >140 /85 mmHg)
IntervencionesLos pacientes del grupo de intervención fueron informados sobre objetivos de tratamiento y les fueron proporcionadas facilidades y formación para automedirse su PA en la propia consulta (sala de espera o habitación contigua). Se les pedía que visitaran a su médico de familia o enfermera si su PA sobrepasaba repetidamente los límites objetivo. Los pacientes del grupo control recibieron la atención usual
MedidasLa variable principal de medida fue el cambio en la PA sistólica a los 6 meses y al año de la intervención en ambas ramas. Variables secundarias: cambios en los estilos de vida, ansiedad (cuestionario breve de Spielberger), prescripción de antihipertensivos, cuestionario de satisfacción del paciente y costes (número de visitas, consumo de fármacos, derivaciones por hipertensión, costes de la intervención)
ResultadosCuatrocientos (91%) pacientes completaron el seguimiento de un año. La PA sistólica en el grupo de intervención se redujo significativamente a los 6 meses de seguimiento (diferencia media: 4,3 mmHg [IC 95%: 0,8-7,9 mmHg]), pero no al año de seguimiento (diferencia media: 2,7 mmHg [IC 95%: –1,2-6,6 mmHg]). No se hallaron diferencias significativas en relación con la PA diastólica, la ansiedad, estilos de vida o número de antihipertensivos prescritos. Los pacientes que realizaron automedidas en la consulta perdieron más peso que los controles (caída de un punto del índice de masa corporal), manifestaban preferencias por un seguimiento a base de automedidas y consultaban menos. Los costes de la rama de intervención no superaron significativamente a los de la rama control
ConclusionesLa práctica clínica basada en automedidas en la consulta representó una pequeña aunque significativa mejora del control tensional a los 6 meses, que no se mantuvo al año de seguimiento. La automedida en la consulta fue bien aceptada por los pacientes, los niveles de ansiedad no se incrementaron y no hubo costes adicionales apreciables. El seguimiento basado en la automedida en la consulta es posible y los resultados de control tensional son parecidos a los de la práctica clínica habitual