En la época actual, estamos asistiendo a un aumento sin precedentes de la incidencia de la diabetes tipo 2 relacionado con un incremento de los grados de adiposidad. Además, la naturaleza compleja de la enfermedad con pacientes mucho más jóvenes que antaño hace que la prescripción del tratamiento sea una tarea difícil para los médicos contemporáneos.
El advenimiento de fármacos basados en las incretinas ha convertido el tratamiento en una actividad fascinante, pero también es necesario el uso prudente de estos preparados debido a los costes más altos de prescripción y al perfil limitado de datos de tolerabilidad. Al mismo tiempo, un número de pruebas cada vez mayor no sólo respalda una estrategia de tratamiento precoz, sino que también aconseja precaución en la obtención de un control glucémico estricto con excesiva celeridad en determinados grupos de pacientes. En este laberinto terapéutico, las guías clínicas son útiles porque acercan las mejores evidencias disponibles a la práctica clínica.
En este capítulo, abordamos las guías clínicas más recientes para el tratamiento de la diabetes tipo 2 basadas en las recomendaciones de la American Diabetes Association, European Association for the Study of Diabetes y National Institute of Clinical Excellence (Reino Unido). Al mismo tiempo, destacamos las limitaciones de estas guías porque no proporcionan opciones para todos los ámbitos de la “vida real”. Aunque son útiles para acercar las evidencias a la práctica clínica, en último término, es responsabilidad del médico racionalizar el tratamiento en función de las necesidades del paciente individual. A la vez, en particular en la época actual de la cultura de las “retribuciones por rendimiento” en asistencia sanitaria, también es decisivo obtener resultados significativos en salud que repercutan en la vida del paciente, con el objetivo de proporcionar unos cuidados estandarizados para cada uno de los pacientes con diabetes.
The current era is seeing an unprecedented rise in the incidence of type 2 diabetes, related to increasing adiposity levels. In addition, the complex nature of the disease with a much younger patient group than before makes prescribing a challenging task for physicians today.
The advent of incretin based agents makes therapeutics exciting but warrants judicious use given the higher prescription costs and limited safety data. At the same time, mounting evidence not only supports a “treat early” approach but also cautions against achieving tight glycaemic control too quickly in certain patient groups particularly those of long disease duration and evidence of cardiovascular disease. In this conundrum, guidelines help to bring the best clinical evidence closer to practise.
In this chapter, we discuss the latest clinical guidelines for management of type 2 diabetes based on recommendations from the American Diabetes Association, the European Association for the Study of Diabetes and the National Institute of Clinical Excellence (UK). At the same time we highlight the limitations of guidelines as they are unable to provide options for all “real life” scenarios. Though guidelines are instrumental in bringing evidence closer to practise, it is ultimately up to the clinician to rationalise therapy as per the needs of the individual patient. At the same time, it is also crucial to achieve meaningful outcomes in patients’ lives especially in the current “pay for performance” culture in health care with the aim of providing world class care to each and every patient with diabetes.