Objetivos: Paciente de 77 años, encamada desde hace más de 10 años. Precisa ayuda para todas las AVBD. Socialmente: bien integrada en el medio familiar. Cuidadora principal: una hija. AP: artritis reumatoide muy evolucionada, con deformidades articulares muy graves e incapacitantes, por lo que ha seguido tratamiento corticoideo durante años. Obesidad. HTA. Dislipemia. Gastropatía por AINEs. Sd depresivo. Ulcera en sacro grado IV. Principal problema: ulceras de decúbito y dolor durante las curas, que se hacen diariamente.

Metodología: Alerta. Caquéctica, bien hidratada, aceptable coloración, orientada en tiempo, espacio y persona, conversación coherente. No signos de artritis. Ulceras decúbito G IV en sacro y región dorso-lateral izquierda. Índice de Katz: E. NECPAL (instrumento de identificación y cribado en necesidades de cuidados paliativos): positivo.

Resultados: Úlceras decúbito G IV en paciente paliativo. Principal problema: dolor durante las curas.

Conclusiones: El dolor es uno de los síntomas más incapacitante de los pacientes. Como sanitarios nuestra labor no sólo es curar, también es aliviar el sufrimiento, apoyar a los cuidadores y acompañar. Nuestro trabajo diario será mucho más enriquecedor si aliviamos el dolor día a día. La enfermera que hacía las curas, se sentía culpable por el dolor producido durante las mismas. El alivio del dolor supuso una disminución del estrés de la enfermera, y un aumento en la seguridad de su actuación. Desde que iniciamos tratamiento analgésico intensivo, las curas dejaron de ser el peor momento del día, con disminución de la ansiedad anticipatoria de la paciente, y de la enfermera.

Palabras clave: Úlceras por decúbito. Tratamiento de dolor. Cuidados paliativos.