Objetivos: El dolor lumbar es uno de los motivos más comunes de consulta médica de la población, con gran repercusión socioeconómica y laboral. Nuestro objetivo es revisar la patología más frecuente que condiciona dolor lumbar y mostrar la utilidad de las técnicas guiadas por TC para su tratamiento.

Material y método: Realizamos un seguimiento de 49 pacientes tratados en nuestro centro entre mayo y agosto de 2013, remitidos por dolor lumbar. Las causas de dolor fueron: patología discal degenerativa, herniación discal, síndrome facetario y dolor vertebral secundario a fractura osteoporótica. También se incluyen pacientes postoperados y con espalda fallida. Se realizaron infiltraciones epidurales y facetarias, bloqueo facetario, rizolisis y vertebroplastia, con guía de TCMC tras obtención de consentimiento informado y con anestesia local. Evaluamos a los pacientes mediante la escala analógica visual del dolor (EVA) antes, después de tratamiento y al mes, y el índice de discapacidad de Owestry antes del tratamiento y al mes.

Resultados: Realizamos bloqueos de facetas (53%), infiltración de facetas dolorosas (30%), infiltraciones epidurales (transforaminales (6%) interlaminares (4%) y caudales (16%)), rizólisis (10%) y VP (6%). La media de dolor antes del tratamiento fue 8,35. Inmediatamente después de 1,1 y al mes de 6,6. La capacidad funcional (intensidad del dolor, estar de pie o sentado, andar dormir, viajar y levantar peso) mejoro discretamente al mes del tratamiento.

Conclusiones: La TC es muy útil para guiar procedimientos intervencionistas en la columna lumbar, con el inconveniente de la radiación. Las técnicas intervencionistas son una excelente alternativa en el manejo del dolor lumbar, sobre todo a corto plazo.