La evidence based medicine o medicina basada en la evidencia (MBE) es una estrategia para perfeccionar la toma de decisiones a partir de la aplicación de las mejores evidencias disponibles. Este enfoque de la medicina, nacido en la práctica clínica, se ha extendido progresivamente a otros niveles organizacionales de los servicios de salud como la gestión y la planificación, dando origen a la denominada atención sanitaria basada en la evidencia (ASBE). Su principal limitación es considerar como mejor evidencia aquella que proviene de ensayos clínicos controlados (ECC) que analizan la eficacia de las intervenciones o la que se apoya en revisiones explícitas de tipo cualitativo (revisiones sistemáticas) o cuantitativo (metaanálisis) de este tipo de estudios. La revolución en los sistemas de información debida a Internet permite la práctica eficiente de la revisión crítica de la evidencia desde cualquier ordenador personal, dando origen a lo que puede denominarse MBE “electrónica” (e-MBE). La práctica de la e-MBE requiere cuatro pasos consecutivos: 1. Identificación del problema y formulación precisa de una pregunta contestable a partir del problema. 2. Búsqueda de la mejor evidencia disponible en la bibliografía para responder la cuestión planteada. 3. Evaluación crítica de la evidencia disponible y 4. Aplicación de las conclusiones de esta evaluación a la práctica y evaluación de las decisiones tomadas. La búsqueda de bibliografía relevante respecto a la pregunta planteada puede hacerse a partir de fuentes secundarias (Cochrane Library, Bandolier, ACP Journal Club, Evidence-Based Medicine, Evidence- Based Nursing, Journal of Family Practice, Evidence-Based Purchasing, Journal of Evidence-Based Health Policy and Management) y fuentes primarias (Medline, EMBASE o Índice Médico Español). La evaluación de los documentos encontrados debe determinar su validez (cercanía a la realidad) y utilidad (aplicabilidad clínica) con un método sencillo para filtrar los estudios encontrados de cinco pasos: 1. Observar el título: si no es interesante, puede rechazarse el artículo. 2. Leer el resumen: si no es correcto, desecharemos el trabajo. 3. Considerar el escenario clínico y si sus resultados son aplicables para el problema estudiado. 4. Contestar a una pregunta concreta sobre su diseño que dependerá de la intención del estudio (en caso de pruebas diagnósticas será responder si ha habido comparación independiente y ciega con el gold estándar; en los estudios pronósticos deberá haber una cohorte de comienzo, en los relativos a etiologías valoraremos la consistencia del método para establecer causalidad, y en los tratamientos observando si existió asignación aleatoria). 5. Trasladar el conocimiento adquirido a la práctica diaria. Este ejercicio debe ir acompañado de la experiencia necesaria para poder contrapesar los riesgos y los beneficios, así como contemplar las expectativas y preferencias del paciente.
ConclusionesLa sociedad demanda cada vez más de los sistemas sanitarios que mejoren su equidad, eficiencia y calidad asistencial, lo cual implica mejorar los fundamentos científicos de los procesos de toma de decisiones. Sin duda alguna, decidir desde el rigor científico es mejor que hacerlo desde la incertidumbre, ya que los profesionales sanitarios somos administradores de recursos ajenos que debemos gestionar en beneficio de la sociedad a la que servimos.
Evidence-based medicine (EBM) is an approach to optimize decision making by applying the best available evidence. This movement, which originated in clinical practice, has progressively spread through other organizational levels of health services such as management and planning, giving rise to what is known as evidence based healthcare (EBH). The main limitation of this approach is that best evidence is considered as that from controlled clinical studies (CCS) analyzing the effectiveness of interventions, or as evidence based on qualitative or quantitative reviews (systematic reviews and meta-analyses) of CCS. Because of the revolution in information systems produced by the Internet, critical review of the evidence can now be practiced from any personal computer and this has given rise to what can be called electronic EBM (e-EBM). The practice of e-MBE requires four serial steps: 1. Identification of the problem and precise formulation of an answerable question about the problem. 2. Accessing the best evidence available in the literature to respond to the question. 3. Critical evaluation of the available evidence, and 4. Application of the conclusions to daily practice and evaluation of decisions. The search for relevant literature on the formulated question can be can be carried out in secondary sources (Cochrane Library, Bandolier, ACP Journal Club, Evidence-Based Medicine, Evidence-Based Nursing, Journal of Family Practice, Evidence-Based Purchasing, Journal of Evidence- Based Health Policy and Management) and primary sources (Medline, EMBASE or Índice Médico Español). Appraisal of documents should determine their validity (proximity to reality) and utility (clinical applicability) with a simple method to filter the studies using five steps: 1. Read the title, if it is not interesting the article can be rejected. 2. Read the summary, if it is flawed the study can be discarded. 3. Consider the clinical scenario and whether the results are applicable to the question. 4. Evaluate whether the design was appropriate to the intention of the study (studies of diagnostic tests should include independent and blind comparisons with the gold standard, treatment studies should include a cohort, etiological studies should use a consistent method to establish causation and treatment analyses should involve randomization), and 5. Transfer the acquired knowledge to daily practice. This exercise should be accompanied by the necessary experience to be able to weigh up the risks and benefits, as well as to consider the expectations and preferences of patients.
ConclusionsSociety increasingly demands that healthcare systems improve their equity, efficiency and quality, which implies optimizing the scientific basis of the decision making process. Decisions based on scientific rigor are obviously preferable to those based on uncertainty since health professionals manage other people’s resources which should be used to benefit the society we serve.