Los problemas neurológicos comportan un importante impacto personal, familiar y social, fundamentalmente por su elevada morbimortalidad, siendo fuente importante de discapacidad y generando situaciones de dependencia sobre todo en los adultos y mayores de 65 años. Suponen un porcentaje muy importante de los ingresos hospitalarios (morbilidad hospitalaria), llegando a alcanzar el 4% de todas las altas en nuestro país.
El paciente neurológico precisa una coordinación de la atención específica por parte de diferentes dispositivos y profesionales tanto en Atención Especializada como en Atención Primaria, esta coordinación será efectiva y eficiente si se engloba en un conjunto de servicios más amplio que consiga una verdadera continuidad de cuidados.