En 1817, James Parkinson describió por primera vez la enfermedad de Parkinson, quien la denominó “parálisis agitante” en alusión a los síntomas que provoca.
Esta afección tiene una incidencia anual de 8–18 casos por cada 100.000 habitantes y afecta a personas mayores de 60 años, sin distinción sexual.
Actualmente, no se dispone de ningún tratamiento médico ni quirúrgico que retrase su progresión. Por ello, el principal objetivo es intentar disminuir los síntomas y conseguir la independencia funcional del paciente.
Los pacientes con Parkinson suelen recibir tratamiento a través de atención primaria y sólo recurren al hospital cuando presentan complicaciones de la enfermedad o para iniciar nuevas opciones de tratamiento.
Uno de los tratamientos que se está utilizando actualmente es la administración de L-dopa intraduodenal a través de gastrostomía endoscópica percutánea. Esta opción de tratamiento se utiliza como alternativa al tratamiento con L-dopa en comprimidos cuando el paciente, tras una buena respuesta al tratamiento por vía oral (8–10 años), presenta un empeoramiento de la sintomatología que cursa con fl uctuaciones motoras, en las que se alternan episodios de buena situación motora con incapacidad grave.
En este artículo desarrollamos un plan de cuidados de un paciente con Parkinson en el que se ha decidido iniciar tratamiento con L-dopa intraduodenal. Entendemos que es importante conocer desde una óptica enfermera cuáles son los cuidados especiales que precisan este tipo de pacientes.
Parkinson's disease was first described by James Parkinson in 1817, who called it “shaking palsy” in reference to the symptoms it causes.
This disease has an annual incidence of 8–18 cases per 100,000 population and affects people over 60 years without sexual distinction.
Currently there are no available medical or surgical treatment to delay its progression.
Therefore, the main goal of this is to try to lessen the symptoms and get the patient's functional independence.
Parkinson's patients often receive treatment through primary care and only resort to hospital when complications of the disease or to initiate new treatment options.
One of the treatments being used today is the administration of L-dopa intraduodenal through PEG (percutaneous endoscopic gastrostomy). This treatment option is used as an alternative to treatment with L-dopa in tablet when the patient, after a good response to oral treatment (8–10 years) had a worsening of symptoms disease with motor fl uctuations, which alternating episodes of good standing from a severe motor disability.
We develop a plan of care of a patient with Parkinson's in which it was decided to initiate treatment with L-dopa intraduodenal. We consider it important to learn from a nurse perspective what are the special care these patients need.