No es posible solucionar un problema si no se entiende realmente en qué consiste y a qué se debe. El pasado mes de diciembre, desde la vocalía de la Agencia de Investigación de SECOT, solicitamos a los socios que cumplimentaran una encuesta que pretendía conocer el sentir de los cirujanos ortopédicos respecto a la investigación, en España, de su especialidad. Queremos manifestar nuestro agradecimiento a los 445 compañeros que han dedicado 10min de su tiempo a compartir sus impresiones sobre este asunto de tanta trascendencia.
A lo largo de la historia hemos sido testigos repetidamente de situaciones anómalas, que se han criticado, discutido, llegado hasta el fondo del asunto, pero sin embargo, la sociedad civil no ha tenido resortes para solucionarlas. Algo así está pasando en España respecto a la investigación. Sabemos que es el pilar sobre el que se apoya el desarrollo; lo vemos en países que lideran cultural y científicamente el mundo y hasta los políticos inactivos lo ven claro. Pero parece obvio que no podemos esperar a que el motor del estado nos de el empujón hacia la investigación; no ocurrirá. Los informes PISA son devastadores para nuestro país y no hay ninguna universidad española entre las 200 mejores del mundo y, sin embargo, en un momento de tanta actividad mediática y política, nadie ha levantado la mínima propuesta para mejorar. Tenemos que ser nosotros los que demos ese paso adelante y asumamos la responsabilidad; como decía nuestro compatriota Severo Ochoa «en principio, la investigación necesita más cabezas que medios».
La encuesta de i-SECOT fue cumplimentada por una muestra de cirujanos de todas las edades, mayoritariamente ocupando un puesto como facultativo especialista de área (FEA), que representaban el 62% de los encuestados. La primera pregunta era: «¿Qué importancia tiene para usted la investigación en su desarrollo profesional?» y la puntuación media sobre un máximo de 10 fue de 7,1, siendo el grupo de médicos mayores de 65 años y los menores de 35 los que otorgaron una mayor puntuación. Se obtuvieron puntuaciones muy parecidas respecto a la importancia de la tesis doctoral, siendo los menores de 35 los que más valoraban este punto. Un tercio de los encuestados es doctor y de los que no lo son, la mitad tenía intención de perseguir ese proyecto. No hay muchas disciplinas no vinculadas directamente a la universidad en las que un porcentaje tan alto de profesionales aspiren a la excelencia académica. Esto es muy alentador, y refleja de forma contundente que el problema no está, pues, en la falta de inquietud de los cirujanos ortopédicos españoles. En efecto, la mitad de los encuestados estaban implicados en un proyecto de investigación clínica y un tercio en uno de investigación básica; uno de cada 3 había participado en un ensayo clínico en los últimos 2 años y 7 de cada 10 tendría gran interés en participar en uno. Hay mucha gente con la ilusión y la capacidad de contribuir al avance de la ciencia. Evidentemente, hay un sesgo y es que posiblemente los que han contestado la encuesta son los más interesados en cumplimentar la faceta investigadora de su profesión. No podemos olvidarnos que algo más de 3.500 socios no rellenaron la encuesta.
Por otra parte, es patente la necesidad de interaccionar con colegas de otros países. La mayoría de los encuestados consideraban muy importante participar en reuniones internacionales (7,4 puntos) y leer revistas extranjeras (88%). Las bolsas de viaje para formación en centros extranjeros tienen una importancia manifiesta para nuestros cirujanos ortopédicos, obteniendo la mayor puntuación de la encuesta (8,21). Las puntuaciones no son tan altas cuando se habla de congresos nacionales o de nuestra propia revista y si nosotros no conseguimos considerarnos como líderes, difícilmente lo harán los demás. Aquí hay un reto para el futuro inmediato.
En el bloque de preguntas dedicadas a las dificultades encontradas para desarrollar una vocación investigadora ha destacado el desconocimiento del método científico por parte de los miembros SECOT y la reclamación de que existieran más cursos para aprenderlo. Por otra parte, cuándo se preguntaba quién debía liderar la investigación, las respuestas apuntaban fundamentalmente a las unidades de investigación de cada centro y, también, a la SECOT (tabla 1).
Aquí está, por tanto, el gran desafío de nuestra sociedad. Los socios, nosotros, reclamamos que SECOT contribuya a que nos familiaricemos con el método científico y que nos apoye cuando tengamos una idea, un proyecto, una inquietud. Porque los socios SECOT pensamos que nuestra sociedad es primordial para dar ese empujón pero, curiosamente, no la consideramos, en este momento, como un referente científico (6,6 puntos).
La investigación no es para los demás. Como sociedad científica, SECOT tiene que asumir la responsabilidad de liderar el impulso investigador de la Cirugía Ortopédica y Traumatología Española. Tiene que ser capaz de detectar a los investigadores con más capacidad y mejores ideas para apoyarlos. También tendrá que formar a los que manifiestan su inquietud de aprender a investigar, y colocarlos en posición para enrolarse en el primer grupo. La investigación rigurosa, con repercusión práctica para los enfermos, tiene que ser la protagonista de los congresos y reuniones auspiciadas por SECOT. Solamente la calidad nos convertirá en referentes para nosotros mismos y, luego, para los cirujanos extranjeros.
Todo esto no ha de hacerse solo por iniciativa de las sucesivas juntas directivas o de i-SECOT, sino porque los que forman parte de nuestra sociedad científica, el motor de la misma, lo reclaman. Ese es nuestro reto.
