Tras casi veinticinco años de vigencia de la LISMI, sigue sin existir una regulación concreta para las entidades que se dedican a la integración laboral de las personas con discapacidad. Esto repercute directamente en las posibilidades de estos trabajadores para acceder a la formación continua. Se resalta, en primer lugar, que estos trabajadores tienen unas necesidades formativas parecidas a las del resto de trabajadores, pero que además necesitan unos conocimientos y unos apoyos especializados relacionados con la adquisición de estrategias relacionales y de resolución de situaciones cotidianas que deberán ayudarlos en su proceso de inclusión.
Almost 25 years since the LISMI Act first came into force, Spain still fails to regulate the organizations that facilitate integration into working life for people with disabilities. This has a direct impact on access to continuing education for these workers, whose training needs are similar to their coworkers, while additionally requiring specialized knowledge and support in order to acquire relationship strategies and everyday life problem-solving skills to help them achieve inclusion.
Este artículo está basado en un estudio realizado por la Comisión Técnica de la asociación ACTAS, formada por Sílvia Gascón, Anna Gutiérrez, Mercè Auquer, Teresa Roigé, Iolanda Ruiz y Raquel Galan.