Presentamos 24 pacientes con patología obstructiva urinaria, en los que se realizaron 27 procedimientos de colocación de un catéter doble J vía anterógrada (en 6 la obstrucción era bilateral y en 3 pacientes no se consiguió pasar el catéter).
En todos los casos el acceso a la vía urinaria fue a través de un catéter de nefrostomía, en 17 casos en el mismo acto se decidió colocar el catéter doble J y en los 10 restantes se realizó en un segundo tiempo, tras llevar la nefrostomía y haber fracasado un abordaje retrógrado convencional para la colocación del catéter de doble J.
El éxito de la técnica fue en el 90% de los casos. Hemos tenido una complicación reseñable por la formación de un hematoma subcapsular, tras la realización de la nefrostomía.
Como conclusión, consideramos que el abordaje anterógrado para la colocación de un catéter doble J es una buena alternativa cuando, por diversos motivos, se fracasa en la colocación retrógrada convencional.
We report twenty-four patients with urinary obstruction, in wich twenty-seven antegrade ureteral stent (double J) insertions were attemped (in six patients the obstruction was bilateral and in three other patients we failed).
In all of them access to the urinary tract was through a nephrostomy catheter, in seventeen cases we proceeded to insert the antegrade catheter inmediatly after percutaneous nephrostomy and in ten remaining cases we achieved in a second try after carrying nephrostomy and failing a conventional retrograde approach to ureteral stent insertion.
We got a 90-per cent success rate. A case of perirrenal hematoma occurred after applying a nephrostomy. It was the only relevant complication.
In conclusion we consider that the antegrade ureteral stent insertion is a good alternative when, under several circumstances, the conventional retrograde insertion fails.
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