Aventura. Para los miembros del comité y para toda la IBAMFIC, asumir la organización del XLI Congreso Nacional de la semFYC en Palma, en nuestra casa, suponía cuando nos lo propusieron un reto largo tiempo deseado, y se convirtió en una aventura llena de dudas, ilusiones, retos, desafíos y determinación.
Biopsicosocial. Nuestro cuerpo, como especialidad, tiene 3 cabezas. Nuestra alma, de tenerla, es una y trina. Los abordajes biológicos, psicológicos y sociales de la salud y de la enfermedad tenían que estar presentes en nuestro congreso. Benjamín Pérez-Franco, uno de los mejores teóricos de este paradigma, nos brindó una conferencia sorprendente sobre su historia, presente y futuro.
Clima. El tiempo atmosférico nos regaló 3 días formidables. Las vistas desde el Palacio de Congresos sobre la bahía de Palma, la playa cercana, todo invitaba a disfrutar. Eso hace aún más valiosa la altísima participación en todas las sesiones. Salas llenas, colas para no perderse nada. Habrá que mejorar en la organización, porque el público respondió y responderá.
Desigualdades. Si ya nos sabemos que los determinantes sociales son cruciales en el mantenimiento y la pérdida de lo que sea que llamemos salud, estos deben estar presentes en un congreso de medicina de familia. género, orientación sexual, violencia, inmigración, entre otros, son temas que fueron debatidos dentro de una de las líneas estratégicas del congreso.
Equivocarse. Un cómico decía que había 2 maneras de equivocarse: por las cosas que haces y por las que dejas de hacer. Nuestro comité eligió equivocarse o acertar por las cosas hechas y no por las oportunidades perdidas.
Investigación. Cuando parecía que la pandemia podía haber acabado con las ganas de los y las médicas de familia recibimos más de 1.700 comunicaciones de proyectos de investigación, resultados y experiencias. Han demostrado que además de ser capaces de atender a más del 90% de los enfermos por COVID-19 eran capaces de seguir aprendiendo e investigando desde el punto de vista que solo la medicina familiar y comunitaria puede ofrecer. Las sesiones virtuales, los posters, las comunicaciones orales, los proyectos de fin de residencia, los proyectos de tesis recibidos son lujo al alcance de pocos.
Juntarse. Volver a juntarnos de forma presencial, abandonando las sesiones online y abrazando la cercanía, era uno de los reclamos del congreso y fue uno de sus éxitos. Volver a vernos, abrazarnos, mirarnos a los ojos sin pantallas de por medio, todos pudimos disfrutar de momentos así.
Medicina. Para practicar el citado paradigma biopsicosocial no se pueden olvidar los aspectos más tradicionalmente biomédicos de nuestro trabajo. Las enfermedades cardiovasculares, respiratorias, dermatológicas, infecciosas o endocrinológicas, entre otras, tuvieron su espacio en una de las líneas estratégicas del congreso: «El día a día en la consulta. Sin olvidarnos de la clínica».
Nuevo. La sociedad tiene cada día nuevas preocupaciones. La medicina familiar y comunitaria no puede mantenerse al margen. Temas tan dispares como la ley de eutanasia, el riesgo de suicidio, la salud planetaria, la multiculturalidad, la telemedicina o el consejo genético ocupan los titulares, y también fueron abordados en el congreso.
Organización. Si el Congreso de Málaga en 2019 fue el del inicio de una nueva manera, más independiente y más valiente, de organizar nuestros congresos, creemos que Palma 2021 ha sido la confirmación de que esta nueva orientación ha llegado para quedarse y mejorar.
Pandemia. No queríamos que el congreso se convirtiera en un congreso dedicado a la pandemia por COVID-19, pero era inevitable y necesario incluirla. Por ello incluimos, entre otros, aspectos como el uso de ecografía pulmonar en domicilio, la COVID persistente, las vacunas o los problemas éticos surgidos con la pandemia. Sobre escuchar qué tenía que decirnos un personaje tan relevante en este tiempo como Fernando Simón, ver más arriba «Equivocarse».
Residentes. Más del 70% de los asistentes al congreso eran residentes de MFyC. La gran mayoría de las comunicaciones presentadas, también eran suyas. Todo el éxito de asistencia, de participación, de ambiente inmejorable, es de ellas y ellos. Dejen paso.
Sevilla. En 2022 el XL Congreso será en Sevilla. Estamos totalmente convencidos de que, si el azar les respeta, nos van a regalar un congreso formidable. Nos veremos allí.
Transformar. El lema del congreso era «Transformando la Atención Primaria». Queríamos reflejar la mayoritariamente sentida necesidad de una reforma/transformación/revolución (táchese lo que no proceda) de la atención primaria. Una de nuestras intenciones era mostrar un catálogo de todo lo bueno que debemos mantener y de los posibles, y no excluyentes, caminos a tomar.
Versatilidad. La tercera línea del congreso buscaba exponer la versatilidad de la medicina familiar, tanto si hablamos de las múltiples herramientas que somos capaces de manejar (entrevista, teléfono, ecógrafos, trabajo comunitario, dermatoscopios…) como de los múltiples ámbitos lejos del centro de salud en los que podemos trabajar (cárceles, cooperación, inmigración, gestión…). La médica de familia estadounidense Belinda Fu nos sorprendió con su conferencia sobre la aplicación de la improvisación teatral a la formación médica y su forma de afrontar su trabajo y la vida en general. Sigue invitada a venir en persona cuando quiera y pueda.
Zeta. Última letra del alfabeto y de la expresión final feliz.
Referencias no citadas1-3.