En un estudio realizado en Holanda entre más de 38.000 adultos de entre 20 y 70 años controlados durante 10 años, se ha demostrado que las personas que consumen más alimentos ricos en vitamina K son un 20% menos propensas a padecer diabetes tipo 2. La vitamina K existe en dos formas naturales: la vitamina K1 (filoquinona), que se encuentra en los vegetales de hojas verdes y en algunos aceites vegetales, como los de canola y de soja, y la vitamina K2 (menaquinona), que se obtiene principalmente de la carne, el queso y los huevos. En el estudio, las vitaminas K1 y K2 estuvieron asociadas con un bajo riesgo de desarrollar diabetes, especialmente el subtipo K2. Los participantes en el estudio respondieron a una encuesta alimentaria detallada, que se usó para calcular el consumo promedio de vitamina K. Con este análisis, se concluyó que el riesgo de desarrollar la enfermedad disminuía por cada 10 microgramos más de vitamina K2 consumidos. La vitamina K1 provocó una reducción del riesgo sólo cuando su consumo llegó a ser relativamente alto. Tras considerar otros factores de riesgo de la diabetes (edad, peso y ejercicio) y los hábitos alimentarios (calorías y nutrientes [grasa, fibra y vitaminas C y E consumidas]), el alto consumo de vitamina K se mantuvo asociado con una disminución del riesgo de diabetes. Aunque se desconoce por qué la vitamina K proporcionaría esa protección, el equipo investigador sostuvo que existen pruebas de que reduce la inflamación sistémica, lo que mejoraría la sensibilidad a la insulina.
Fuente: Diabetes Ca