Se inicia estudio de hydrops fetal debido a los hallazgos ecográficos (figuras 1–4), detectándose IgM y IgG positiva para citomegalovirus (CMV). Resto de parámetros normales.
Se realiza seguimiento ecográfico semanal, practicándosele amniocentecis y paracentesis para descompresión abdominal en semana 28+2. La prueba diagnóstica determina una PCR positiva a CMV y un cariotipo hembra normal (46 XX). En la semana 33 presenta trabajo de parto activo y se decide cesárea intraparto por riesgo de pérdida de bienestar fetal.
Nace feto hembra de 2.950g, con Apgar 7-10-10, decidiéndose ingreso en la unidad de neonatología para control. Presenta hepatoesplenomegalia marcada (figuras 5 y 6) con aumento de transaminasas (AST: 66 U/l; bilirrubina: 4,8 U/l), trombocitopenia (plaquetas: 92.000) y PCR para CMV en sangre positiva. Los potenciales evocados auditivos del tronco cerebral (PEATC), tomografía computarizada (TC) y ecografía cerebral fueron normales. Durante el ingreso es tratada con valganciclovir y ursodiol. El neonato es dado de alta a los 32 días con parámetros analíticos normales.
La infección congénita por CMV puede llegar a ser un cuadro de extrema gravedad neonatal, llegando a producir discapacidad auditiva o alteraciones neurológicas. Los síntomas fetales típicos descritos en la literatura médica incluyen restricción del crecimiento intrauterino, microcefalia, hepatoesplenomegalia, petequias, ictericia, coriorretinitis, trombocitopenia y anemia. Por lo tanto, es preciso un control estrecho durante el periodo neonatal, así como tras el nacimiento, mediante ecografía, TC y PEATC.