Introducción: El estigma del peso (EP) es una de las formas más frecuentes de discriminación entre los adultos, comparable con las tasas de discriminación racial. La exposición al EP entre los pacientes con obesidad puede dificultar la adopción de patrones dietéticos saludables y la actividad física regular y, consecuentemente, la promoción de la pérdida de peso. Además, el EP, y debido a la exposición crónica al estrés, también podría producir respuestas fisiológicas anormales, como el aumento de marcadores inflamatorios.

Material y métodos: Se reclutaron de forma consecutiva pacientes que acudieron a las Consultas Externas por obesidad y fueron evaluados al inicio y tras un seguimiento mínimo de seis meses. Para evaluar el EP en estos pacientes se administraron el “Inventario de Situaciones Estigmatizantes” (ISE) y la “Escala de Interiorización de Prejuicios sobre Obesidad” (WBIS). Asimismo, se registraron parámetros sociodemográficos, antropométricos, clínicos y bioquímicos, incluyendo cortisol, ferritina y proteína C reactiva (PCR).

Resultados: Se incluyeron 79 pacientes (92,1% mujeres, 45,5 ± 1,3 años, IMC 35,9 ± 0,7 kg/m²). Al inicio del estudio el 72,2% iniciaron análogos de GLP1 como tratamiento coadyuvante a las medidas dietéticas y de ejercicio. El IMC basal se correlacionó positivamente tanto con la puntuación en el WBIS (r = 0,23; p = 0,03) como con el ISE (r = 0,25; p = 0,02). La pérdida de peso medio desde el inicio hasta un período de seguimiento medio de seis meses fue de 7,28%. Sin embargo, hubo una correlación negativa, aunque sin alcanzar la significancia estadística, entre la pérdida de peso y tanto el WBIS (r = -0,14; p = 0,2) como ISE (r = -0,19; p = 0,08). Además, hubo una correlación positiva significativa entre la pérdida de peso media y la presencia de trastorno por atracón al inicio (r = 0,2; p = 0,05). En cuanto a los biomarcadores inflamatorios, los niveles plasmáticos de cortisol al inicio se correlacionaron positivamente con ambas pruebas de EP, el WBIS (p = 0,005) y el ISE (p = 0,02). La PCR al inicio también presentó una correlación positiva con el ISE (p = 0,03). No se encontraron correlaciones significativas con el ISE o el WBIS y los niveles de ferritina. Conclusiones: A medida que aumenta el peso entre las personas con obesidad, también lo hace el EP. Existe una posible tendencia de los pacientes con obesidad con tasas más altas de EP a tener una peor respuesta a un programa de pérdida de peso. Se evidenció una correlación positiva entre el EP y los biomarcadores inflamatorios, reflejando posiblemente una respuesta fisiopatológica al estrés, con potenciales consecuencias adversas. Los análogos de GLP1 entre estos pacientes podrían reducir los episodios de atracones y, por tanto, tener un impacto positivo en la pérdida de peso.