La diabetes tipo 2 (DM2) es una enfermedad crónica de prevalencia creciente a escala mundial que requiere de atención permanente de los profesionales sanitarios y autocuidados por parte del paciente, con la finalidad de prevenir las complicaciones agudas y reducir el riesgo de las tardías1. En este sentido, la mayoría de los pacientes con DM2 en tratamiento insulínico se benefician de una autonomía supervisada por el profesional sanitario que evite la toma de decisiones incorrectas en el ajuste de dosis de insulina y que permita, por un lado, ser lo más independiente posible y, por otro, tener la seguridad de que las decisiones que toma el paciente son validadas. Este apoyo es especialmente importante en los períodos de peor control metabólico (por ejemplo al inicio de la insulinización) donde se requieren continuas revisiones de la terapia, lo que no siempre es posible de forma presencial, sobre todo en áreas sanitarias con importante dispersión poblacional y en pacientes con dificultades de traslado por motivos económicos, laborales o de salud2,3. Diversas revisiones sistemáticas y metaanálisis apoyan la efectividad del seguimiento telefónico sobre el control metabólico en pacientes con diabetes3–8, y así la Agencia de Evaluación de Tecnologías Sanitarias de Andalucía recomienda la utilización de dispositivos de telefonía móvil y mensajería SMS para la monitorización intensiva de pacientes con diabetes, estableciendo la necesidad de realizar estudios sobre la efectividad clínica que demuestren que esta modalidad de seguimiento sea al menos igual de efectiva que la atención presencial9.
En la Unidad de Diabetes del Hospital Universitario Puerto Real (Cádiz) disponemos de un protocolo de atención compartida entre facultativos y educadoras en diabetes para pacientes con DM2 mal controlados que inician o intensifican el tratamiento insulínico, en el cual se ofertan visitas presenciales intermedias en el Hospital de día de Diabetes o contactos telefónicos concertados cada 15-30 días por parte de la educadora hasta optimización del control glucémico, siendo el paciente el que elige la modalidad de seguimiento en función de sus necesidades. Independientemente de este programa de seguimiento presencial o telefónico, todos los pacientes atendidos en nuestra unidad pueden contactar telefónicamente con nuestro Hospital de día si lo necesitan. Con el objetivo de evaluar la efectividad sobre el control metabólico y el número de visitas y contactos con la Unidad de Diabetes en función de la modalidad de seguimiento se ha llevado a cabo un estudio observacional descriptivo realizado en 154 pacientes (edad media: 64,7±11,6 años; 53% mujeres) con DM2 (13,9±10,1 años de evolución media) con mal control metabólico (HbA1c media: 10,4±1,3%) los cuales han iniciado o intensificado el tratamiento insulínico en el último año y han sido seguidos un mínimo de 6 meses. Se han evaluado dos cohortes de pacientes: modalidad de seguimiento presencial (84 pacientes; 55% del total) y modalidad de seguimiento telefónico (70 pacientes; 45% del total), sin diferencias entre grupos de forma basal en ninguna de las variables clínicas analizadas a excepción del hábito tabáquico, que fue mayor en el grupo con seguimiento presencial (22 vs. 9%, p=0,02).
Los pacientes de seguimiento presencial y telefónico presentaron similares niveles de HbA1c al inicio (10,2±1,3 vs. 10,5±1,4%), a los 3 meses (8,8±1,2 vs. 9,1±1,1%) y 6 meses de seguimiento (8,1±1,2 vs. 8,3±1,1%), sin que las diferencias fueran estadísticamente significativas. Sin embargo, el grupo de seguimiento telefónico realizó un menor número de visitas al facultativo (media de 3,3±1,0 vs. 2,5±0,7 visitas al facultativo durante el seguimiento; p: 0,001) y a la educadora (media de 3,8±1,0 vs. 1,7±1,0 visitas a la educadora durante el seguimiento; p<0,001), a expensas de un mayor número de contactos telefónicos al Hospital de día de diabetes (media de 1,9±0,9 vs. 0,2±0,3 contactos telefónicos durante el seguimiento; p<0,001).
En conclusión, nuestros resultados apoyan la idea de que el seguimiento telefónico en pacientes con DM2 mal controlados presenta una similar efectividad para mejorar el control metabólico que el seguimiento presencial6–8, aunque con un menor número de desplazamientos al Centro Sanitario, lo cual posiblemente contribuya a mejorar la satisfacción del paciente y reducir los costes indirectos por desplazamientos innecesarios. Por último, la atención telefónica al paciente con diabetes probablemente pueda contribuir a mejorar la autogestión del tratamiento insulínico y la educación diabetológica del paciente, promoviendo una mayor implicación en el autocuidado de la diabetes con el apoyo y supervisión de profesionales sanitarios10.
FinanciaciónEste estudio ha sido parcialmente financiado por la Beca «Innovando en la atención a pacientes crónicos» concedida por Laboratorios Esteve.
Conflicto de interesesLos autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.