Endocrinología, Diabetes y Nutrición es una revista que ha ido evolucionando en los últimos años, como reflejan los dos artículos especiales que aparecerán próximamente en conmemoración de sus 65 años de vida. Y debemos sentirnos orgullosos de ello, dado que la línea de crecimiento ha sido ascendente en todos los sentidos. Uno de los grandes hitos conseguidos fue su indexación en el “Journal Citation Reports” (JCR) en 2015, meta que le dio reconocimiento y, sobre todo, visibilidad. Desde entonces ha habido un aumento progresivo en el número de manuscritos recibidos. En 2017 se superó la cifra de los 300 y en 2019 ya hemos superado los 360, lo que supone una media de un artículo diario. Tal incremento de trabajos supone un cambio, también, en la manera de gestionar las aportaciones que llegan a la revista. Dado que no podemos incrementar de manera paralela el número de páginas de los ejemplares, resulta imprescindible aumentar el porcentaje de rechazos. Desde un punto de vista positivo, la recepción de tantos manuscritos ofrece un elevado abanico de selección, con una consecuente mejora en la calidad de los artículos publicados. No obstante, la enorme cantidad de propuestas conlleva también una demora en los plazos de respuesta y publicación. Sin lugar a dudas, la rapidez en ver la luz es un criterio de eficacia de la revista. Tanto los autores como los lectores merecen artículos no sólo de calidad sino también de actualidad.
En este marco cambiante que imponen los tiempos modernos emerge, con aún mayor importancia que la que contaba en el pasado, el papel del Revisor/a . Esta figura se ha convertido en un pilar fundamental como vertebrador tanto de la calidad como de la velocidad con las que una revista publica sus trabajos. No obstante y a pesar de su trascendencia, su papel cuenta con poco reconocimiento. Ni que decir tiene que su contribución es desinteresada, dedicando a los manuscritos que evalúa un tiempo no remunerado y que debe obtener a expensas, la mayoría de las veces, de su tiempo personal, robando minutos a familia y ocio.
Sin lugar a dudas, la mejora en los tiempos de publicación, la proyección internacional y el aumento en los parámetros de calidad científica a que aspiramos no tienen ningún porvenir sin la implicación directa de los revisores.
Ante todo ello, desde “Endocrinología, Diabetes y Nutrición” queremos replantearnos la contribución del revisor con algunas iniciativas que iremos implementando en los próximos meses. Por un lado nos gustaría reconocer públicamente esta figura, y, por otro, implicarle más, si cabe, en el proyecto a largo plazo de la revista. La primera iniciativa que hemos llevado a cabo durante este año, como muchos de los lectores que han sido revisores en 2019 habrán observado, ha sido emitir un certificado de revisor a todos los interesados. Valga este hecho para justificar la dedicación profesional a esta labor. Por otro lado, en colaboración con las juntas directivas de ambas sociedades y con su respaldo, se instaurará un premio al “revisor del año”, que será otorgado en cada uno de los respectivos congresos y que contará con una dotación económica bajo el patrocinio directo de la Sociedad Española de Diabetes (SED) y de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN). Los criterios de valoración de tal mención se harán públicos próximamente. Finalmente, se llevará a cabo una remodelación de la portada interna de la revista y en ella se reservará, también, un espacio de reconocimiento a los revisores.
Somos plenamente conscientes de que estos gestos no son suficientes para compensar el trabajo que supone la revisión crítica de los manuscritos, pero queremos que sirvan para poner en relieve y dar visibilidad a su esfuerzo.
El segundo grupo de acciones iniciadas va enfocado a fortalecer la relación entre la revista y los revisores y, con ello, maximizar también el trabajo que supone revisar de manera crítica un manuscrito. Desde hace unos meses, en el proceso de valoración por parte de los revisores, se les invita a puntuar la posibilidad de que el trabajo evaluado sea susceptible (por su originalidad, trascendencia clínica, etc.) de un comentario editorial. En caso afirmativo se pregunta al revisor si le gustaría proponer y/o redactar dicho editorial. Tras un periodo de prueba, la propuesta ha sido bien aceptada y algunos editoriales que se publicarán durante 2020 nacieron de esta iniciativa. De la misma manera, desde estas páginas, les animamos a proponer revisiones, editoriales o, simplemente, nuevas ideas encaminadas a la mejora de la calidad de la revista.
Por último, un ruego. Nos gustaría hacer hincapié en las demoras de tiempo que conlleva el proceso editorial desde que se recibe el manuscrito hasta su eventual publicación. Parte de este tiempo es la valoración del revisor. Hay que tener en cuenta que nuestro sistema de revisión por pares obliga a disponer de una elevada base de candidatos. Con las cifras actuales necesitamos más de mil revisores cada año. Somos conscientes de que las cargas de trabajo obligan, a veces contra la propia voluntad, a rechazar realizar una revisión. Si ese es el caso, rogamos se rechace lo más rápidamente posible para poder asignar el trabajo a otro revisor. En caso de aceptación, rogamos que se ajuste a los plazos para remitir el dictamen.
Desde el comité editorial de “Endocrinología, Diabetes y Nutrición” esperamos que este reconocimiento y las iniciativas aquí expuestas sirvan para animar a seguir participando a quienes ya lo hacen y a hacerlo a aquéllos que aún no han sido revisores, recordando a estos últimos que pueden contactar con la revista para registrarse como tales. Tengamos siempre presente que “autor” y “revisor” son dos caras de la misma moneda.
