La obesidad mórbida (índice de masa corporal igual o superior a 40 kg/m2) implica un riesgo elevado de morbimortalidad y suele ser resistente al tratamiento médico. El abordaje quirúrgico puede conseguir una pérdida de peso efectiva a largo plazo, con mejoría de las comorbilidades y de la calidad de vida, pero presenta el riesgo de que se produzcan complicaciones potencialmente graves, si bien constituye una opción válida en pacientes seleccionados con criterios de inclusión en un programa multidisciplinario protocolizado. Las técnicas quirúrgicas actuales pueden ser simples (restrictivas) o complejas, asociando derivación gástrica y/o malabsorción intestinal. En general, las técnicas complejas producen mejores resultados en cuanto a pérdida de peso, pero tienen mayor riesgo de que se produzcan deficiencias nutricionales, por lo que la elección del tipo de intervención debe individualizarse en función de la experiencia del equipo quirúrgico y de las características del paciente. El seguimiento postoperatorio es imprescindible, no sólo para detectar cuanto antes la aparición de complicaciones, sino para validar los resultados de la intervención. Deben valorarse la evolución de los índices ponderales, la mejoría de comorbilidades, la calidad de vida, los parámetros nutricionales y la aparición de complicaciones. Es necesaria una educación nutricional específica para facilitar la tolerancia digestiva y conseguir una buena adherencia al tratamiento.
Morbid obesity (body mass index equal to or over 40 kg/m2) entails high risk of morbimortality and is usually resistant to medical treatment. The surgical approach can achieve an effective weight loss in the long term, with an improvement of medical complications and of the quality of life, but it presents risk of potentially serious complications, being a valid alternative in selected patients with criteria of inclusion on a registered multidisciplinary programme. Current surgical techniques can be simple (restrictive) or complex, associating gastric bypass and/or intestinal malabsorption. In general, complex techniques obtain better results on weight loss, but they present a higher risk of nutritional deficiencies. Therefore the choice of the kind of operation must be individualized according to the experience of the surgical team and the characteristics of the patient. A postoperative follow-up is essential, not only for the early detection of complications, but to validate the results of operation. It is necessary to value the evolution of weight loss, the improvement of comorbidities, quality of life, nutritional parameters and the appearance of complications. A specific nutritional education is mandatory to facilitate digestive tolerance and to obtain a good compliance.