Quisiéramos felicitar a I. Conget et al. por los resultados de su estudio sobre hipoglucemias desapercibidas (HD) en personas con diabetes mellitus tipo 1 (DM1)1, en el cual los autores describen que aproximadamente una cuarta parte de los pacientes con DM1, estudiados mediante encuesta online, presentan una percepción anormal a la hipoglucemia. Con el objetivo de determinar si en nuestra población con DM1 la frecuencia de HD es tan elevada como la descrita por estos autores, en el mes de abril de 2016 hemos evaluado los resultados del test de Clarke validado al español2 de 100 pacientes (57% varones) con DM1 (edad media: 35,4±12,8 años; evolución de DM1: 16,9±11,6 años; HbA1c media: 7,7±1,1%) atendidos de forma consecutiva en la consulta monográfica de DM1 con terapia bolo-basal (dosis media de insulina: 0,76±0,4UI/kg/día). En esta población hemos comprobado que el 25% presentaban una percepción anormal a la hipoglucemia, un 10% percepción indeterminada y un 65% percepción normal, resultados muy similares a los descritos por I. Conget et al.1 y por otros autores3. Comparado con los pacientes con percepción normal, los pacientes con HD tenían más edad (41,4±13,8 vs. 33,6±12,2 años; p:0,019), mayor tiempo de evolución de diabetes (22,0±13,3 vs. 15,3±10,7 años; p:0,032), y habían presentado mayor número de hipoglucemias graves en los últimos 6 meses (1,0±1,3 vs. 0,15±0,83 episodios de hipoglucemia grave en los últimos 6 meses; p<0,001). Sin embargo, no hemos observado diferencias en la puntuación al test de Clarke entre sexos ni en función del nivel actual o medio de HbA1c de los últimos 5 años.
La hipoglucemia posiblemente es el mayor factor limitante para alcanzar un óptimo control metabólico en pacientes con DM14. En estos pacientes, el desarrollo de HD dificulta seriamente el control adecuado de la enfermedad, deteriora su calidad de vida5 e incrementa el riesgo de desarrollar hipoglucemias graves1,6, por lo que es necesario establecer estrategias (como la cumplimentación del test de Clarke) que permitan identificar precozmente a estas personas, y de esta forma poder mejorar su educación diabetológica (adecuada alimentación, ajustes con el ejercicio, etc.), reajustar sus objetivos de control (al menos temporalmente)6, y optimizar su tratamiento insulínico, con el objetivo de intentar mejorar la percepción y respuesta ante las hipoglucemias y disminuir el riesgo de desarrollar futuras hipoglucemias graves.