Obtener valores de referencia regionales de la circunferencia de la cintura (CC) e índice de la cintura/cadera (Ci/Ca) en escolares y adolescentes de la ciudad de Mérida (Venezuela) y comparar con referencias internacionales.
Materiales y métodosSe evaluaron 919 estudiantes de 9 a 18 años de unidades educativas públicas y privadas. Se tomaron medidas de peso, talla, CC y Ci/Ca. Los datos obtenidos fueron explorados excluyendo los valores atípicos (± 3 DE Z-Score). Se realizó la distribución por percentiles (pc) de las variables estudiadas según edad y sexo.
ResultadosEl 51% eran de sexo femenino y el 52,7% pertenecían a instituciones públicas. La CC (p=0,001) y el índice Ci/Ca (p=0,0001) fueron significativamente mayores en los niños. Con el avance de la edad la CC aumentó en ambos sexos. Comportamiento inverso tuvo la relación Ci/Ca (p=0,0001 para ambos). El pc90 para la CC osciló entre los 69,7 y los 83,6cm en las niñas y entre los 69,2 y los 86,7cm en los niños. Los valores de Ci/Ca del pc90 en las niñas estuvieron entre 0,79 y 0,91 y en los niños entre 0,86 y 0,93. En general, nuestros valores de la CC fueron más bajos que los norteamericanos y similares a algunos de Latinoamérica.
ConclusiónSe presentan tablas de referencia por pc específicas por edad y sexo para la CC y Ci/Ca en una muestra representativa de niños y adolescentes de la ciudad de Mérida (Venezuela) que pueden ser usadas regionalmente tanto para la evaluación individual como para la implementación de políticas preventivas.
To collect regional reference values of waist circumference (WC), and waist/hip ratio (WHR) in children and adolescents from Merida, Venezuela, and to compare them to international references.
Subjects and methodsA total of 919 students aged 9-17 years from public and private educational establishments were assessed. Weight, height, WC, and WHR were measured. Outliers (± 3 SD Z-Score) were excluded from the data collected. Percentile distribution of the tested variables was done by age and sex.
ResultsFifty-one percent of subjects were female, and 52.7% were from public institutions. WC (p=0.001) and WHR (p=0.0001) were statistically higher in boys. With advancing age, WC increased in both sexes, while WHR showed the opposite behavior (p=0.0001 for both). The 90th percentile (pc) for WC ranged from 69.7 and 83.6cm in girls and from 69.2 and 86.7cm in boys. The 90th pc values of WHR ranged from 0.79 and 0.91 in girls and from 0.86 and 0.93 in boys. Overall, our WC and WHR values were lower than North American values and similar to those of some Latin American references.
ConclusionPercentile reference charts for WC and WHR specific for age and sex, obtained from a representative sample of children and adolescents from Mérida, Venezuela, are provided. They may be used regionally, both for individual assessment and to implement prevention policies.
La prevalencia de la obesidad infantil se ha triplicado desde los años 70 y se considera uno de los retos más graves de la salud pública del siglo xxi. Según la Organización Mundial de la Salud la prevalencia mundial del sobrepeso y la obesidad infantil aumentó de 4,2% en 1990 a 6,7% en 2010. Esta tendencia se espera que alcance el 9,1% en el 2020 para un incremento relativo de un 36% a partir del 2010. Aunque la prevalencia de sobrepeso y obesidad en los países desarrollados es aproximadamente el doble que en los países en desarrollo (11,7 y 6,1%, respectivamente), la gran mayoría de los niños afectados (35 millones) viven en países en desarrollo. Además, el aumento relativo en las últimas 2 décadas ha sido mayor en los países en desarrollo (65%) que en los países desarrollados (48%)1. Estos datos son predictivos de las tasas de sobrepeso y obesidad en los adultos en el futuro. Diferentes estudios reflejan que la obesidad persiste desde la niñez y la adolescencia hasta la edad adulta y se considera el factor de riesgo principal de las enfermedades crónicas no trasmisibles en el adulto (hipertensión arterial, diabetes mellitus de tipo 2, enfermedad coronaria, accidentes cerebrovasculares y algunos tipos de cáncer) y, por lo tanto, con un alto riesgo de mortalidad, morbilidad, discapacidad y deterioro de la calidad de vida, lo que genera un alto impacto económico en la sociedad2–4.
Con el fin de determinar tan temprano como sea posible si un grupo particular de niños se encuentra en riesgo son fundamentales medidas precisas de la grasa corporal total y regional5. La circunferencia de la cintura (CC) y el índice cintura cadera (Ci/Ca) son las medidas antropométricas más utilizadas para la estimación de la grasa abdominal6–8 ya que se correlacionan positiva y significativamente con la cantidad de grasa intraabdominal valorada por métodos de imagen, tanto en adultos como en niños, y logran identificar a las personas en riesgo cardiometabólico mejor que con el índice de masa corporal (IMC) únicamente6–9. Estudios en niños y adolescentes mostraron que, al igual que en adultos, un incremento de la grasa central se asocia con la presencia de anormalidades metabólicas y cardiovasculares, incluyendo la hipertensión arterial, las alteraciones del perfil lipídico y, por tanto, con el llamado síndrome metabólico (SM). Además, se ha observado que tanto el tipo de distribución de grasa como los distintos factores de riesgo cardiovascular tienden a mantenerse estables en el tiempo, por lo que actualmente se recomienda utilizar la CC para el diagnóstico de obesidad central en niños5.
En el aumento de la grasa corporal, y especialmente en su distribución, intervienen factores genéticos (maduración sexual y raza) y ambientales10,11. La población latinoamericana presenta características particulares en su crecimiento, desarrollo y composición corporal producto del mestizaje de ancestros europeos, amerindios y africanos, siendo difícil establecer una clara diferenciación entre la influencia de los factores ambientales y genéticos6,9,12–15. Los investigadores han notado diferencias sistemáticas entre niños hispanos, blancos y negros6,9. Esto sugiere la necesidad de contar con valores de referencia étnico-específicos para la identificación de las personas en situación de riesgo6.
Numerosos países poseen gráficas de crecimiento nacionales pero este no es el caso de la mayoría de ellos11. Venezuela posee sus propios valores de referencia16 (talla, peso, IMC y otros), sin embargo, aún no dispone de las variables antropométricas de la dimensión de la CC y del índice cintura/cadera (Ci/Ca) que completan la evaluación nutricional y son de gran importancia para detectar tempranamente las alteraciones en el desarrollo y el riesgo cardiometabólico de nuestros niños y adolescentes y permitir las intervenciones nutricionales que restablezcan su desarrollo armónico. En este estudio se evaluó una muestra representativa de escolares y adolescentes de la ciudad de Mérida (Venezuela), se obtuvieron valores de referencia regionales de la CC y de la Ci/Ca y se compararon con las referencias internacionales.
Materiales y métodosSujetosLa muestra de este estudio forma parte de un proyecto denominado «Evaluación del crecimiento, desarrollo y factores de riesgo cardiometabólico en escolares y adolescentes de Mérida, Venezuela (CREDEFAR)» que se llevó a cabo en el Instituto Autónomo Hospital Universitario de Los Andes (IAHULA) desde marzo de 2010 hasta junio de 2011 con la participación de los servicios de Endocrinología, de Nutrición, Crecimiento y Desarrollo Infantil y de Nutrición Clínica. La población se obtuvo del registro de los niños y adolescentes matriculados por el nivel de estudio desde el 4.° grado hasta el 5.° año del ciclo diversificado en las unidades educativas públicas y privadas del municipio Libertador de la ciudad de Mérida. La población total fue de 32.630 niños y adolescentes de 9 a 18 años, aproximadamente 4.000 sujetos por año de edad, un 50,9% femeninos y un 49,1% masculinos, un 58% de instituciones públicas y un 42% de privadas. La muestra se seleccionó aplicando un muestreo por estratificación proporcional, aleatorizado y polietápico que garantizaba la participación adecuada por sexo, por institución pública o privada (condición socioeconómica) y por ubicación geográfica. Se incluyeron 927 escolares y adolescentes entre 9 y 18 años de edad provenientes de 8 instituciones públicas y 5 privadas cuyos padres aceptaron su participación en el estudio. Se excluyeron todos los escolares y adolescentes con enfermedades crónicas y debilitantes (diabetes, cardiopatías, nefropatías, neuropatías, otras enfermedades endocrinológicas, anemias, entre otras), adolescentes bajo medicación cuyos efectos colaterales conocidos afecten las variables a estudiar (hormona de crecimiento, metformina, entre otras) y adolescentes embarazadas. La muestra definitiva fue de 919 participantes.
ProcedimientoPrevia autorización de la Dirección de las unidades educativas seleccionadas se envió a todos los representantes o responsables un folleto informativo y el consentimiento informado escrito donde se explicaron los objetivos y la importancia del estudio. Se citaron al IAHULA y se recopilaron datos demográficos, antecedentes alimentarios, de actividad física, antropométricos y otros de interés para el proyecto CREDEFAR que se anotaron en una ficha de recolección de datos diseñada especialmente para la investigación. Se cumplieron las normas éticas contempladas en la Declaración de Helsinki.
Se realizó la evaluación de los niños y adolescentes en ropa interior y descalzos y se tomaron las medidas corporales de peso, talla y circunferencia abdominal. Los participantes fueron pesados utilizando una balanza estándar previamente calibrada y el peso se registró en kg. La talla se determinó con el estadiómetro de Harpenden. Se calculó el IMC según la fórmula peso(kg)/talla2(m) y se consideró obesidad si el IMC era >percentil (pc) 97 según edad y sexo en las curvas para niños y adolescentes venezolanos realizadas por Fundacredesa16, sobrepeso si el IMC era >pc90 y ≤pc 97, normopeso si el IMC se encontraba entre el pc10 y 90 y bajo peso si el IMC se encontraba <pc10. Las mediciones antropométricas se realizaron de acuerdo con las técnicas recomendadas por la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición del 2000 (NHANES por su siglas en inglés)17. La CC fue medida con una cinta métrica inextensible a la mitad de la distancia entre el reborde costal y la cresta ilíaca (espina ilíaca anterosuperior) en bipedestación y espiración. La circunferencia de la cadera se midió a nivel de la prominencia glútea y se calculó el índice Ci/Ca. Las mediciones para estas variables fueron tomadas por especialistas de la Unidad de Nutrición, Crecimiento y Desarrollo Infantil del IAHULA.
Análisis estadísticoLos datos obtenidos fueron explorados excluyendo los valores atípicos de las variables en estudio (±3 DE Z-Score). Se realizó la distribución por pc (pc5, 10, 25, 50, 75, 90 y 95) de la CC y de la Ci/Ca de acuerdo con la edad y el sexo. Para otros análisis las variables continuas se presentaron en promedio±desviación estándar (DE) y las categóricas en número y porcentaje. La diferencia entre los promedios de las variables continuas se determinó mediante la aplicación de la t de Student para muestras independientes o ANOVA. Para establecer asociaciones entre las variables categóricas se aplicó el chi cuadrado o el test de Fisher. Se realizó una comparación entre nuestros valores de la CC y los datos de Estados Unidos (USA) provenientes del NHANES18. Se consideró significativa una p<0,05. Se utilizó el paquete estadístico SPSS versión 15.
ResultadosEl 51% de la muestra estuvo constituida por el sexo femenino (n=469) y el 49% por el masculino (n=450); el 52,7% (n=484) pertenecían a una institución pública y el 47,3% (n=435) a una privada. No hubo diferencia estadística en la distribución por sexo e institución educativa (tabla 1). El promedio y la DE de la talla, el peso y el IMC, así como su correspondiente pc según las curvas venezolanas16 se presentan por edad y sexo en la tabla 2; estas variables antropométricas aumentan significativamente con la edad (p=0,0001) y la talla es mayor en el sexo masculino desde los 14 años de edad. Según el IMC el 72,8% (n=669) estaban en normopeso, el 9,8% (n=90) en bajo peso, el 9,6% (n=88) en sobrepeso y el 7,8% (n=72) en obesidad.
Distribución de los niños y adolescentes por sexo e instituciones educativas públicas y privadas
Variable | Femenino n=469 (51%) | Masculino n=450 (49%) | Total |
UE públicas | 255 (27,7) | 229 (24,9) | 484 (52,7) |
UE privadas | 214 (23,3) | 221 (24,0) | 435 (47,3) |
Total | 469 (51,0) | 450 (49,0) | 919 (100,0) |
Datos en n (%).
UE: unidades educativas.
Valores de talla, peso, índice de masa corporal (IMC) y sus percentiles correspondientes por edad y sexo de los niños y adolescentes de Mérida
Edad (años) | n | Talla (cm) | Pc talla | Peso (kg) | Pc peso | IMC (kg/m2) | Pc IMC |
Femenino | |||||||
9 | 42 | 134,8±6,5 | 52,1±26,8 | 31,2±6,9 | 49,6±29,2 | 17,1±2,8 | 46,2±32,4 |
10 | 52 | 140,0±5,9 | 54,1±22,8 | 34,6±8,2 | 47,9±29,2 | 17,6±3,4 | 43,6±33,4 |
11 | 47 | 147,2±6,6 | 58,8±29,2 | 38,9±10,1 | 47,6±33,2 | 17,9±3,8 | 41,1±35,6 |
12 | 52 | 152,4±6,8 | 54,3±28,1 | 44,8±8,3 | 54,5±26,4 | 19,3±2,9 | 50,0±28,6 |
13 | 61 | 155,3±5,0 | 51,0±25,6 | 48,3±8,5 | 51,8±27,5 | 20,0±3,2 | 50,0±29,7 |
14 | 67 | 158,7±5,7 | 57,9±29,1 | 53,5±10,9 | 57,1±30,0 | 21,2±3,9 | 55,6±29,9 |
15 | 61 | 159,3±5,5 | 55,8±26,7 | 53,7±8,2 | 53,2±28,4 | 21,2±2,9 | 54,7±29,6 |
16 | 54 | 160,4±5,4 | 57,0±27,7 | 56,9±10,9 | 56,1±30,6 | 22,2±4,3 | 57,0±30,9 |
17-18 | 33 | 158,7±6,5 | 46,9±31,2 | 56,3±11,6 | 54,7±31,6 | 22,5±4,4 | 59,6±32,6 |
Masculino | |||||||
9 | 60 | 135,4±7,2 | 57,7±27,9 | 31,7±6,9 | 51,4±30,2 | 17,3±2,8 | 49,7±33,0 |
10 | 79 | 139,6±6,9 | 56,7±28,3 | 36,6±9,3 | 57,6±27,9 | 18,6±3,3 | 60,6±30,4 |
11 | 52 | 144,9±7,5 | 54,8±28,5 | 40,2±8,9 | 57,6±27,1 | 19,1±3,2 | 61,4±30,2 |
12 | 53 | 150,2±8,6 | 52,1±30,2 | 44,9±12,7 | 54,1±30,5 | 19,8±4,5 | 53,9±34,3 |
13 | 45 | 157,9±8,7 | 56,7±26,9 | 48,3±9,6 | 53,2±26,2 | 19,4±3,3 | 48,9±32,5 |
14 | 36 | 166,4±8,7 | 65,6±28,7 | 54,8±12,2 | 55,8±26,6 | 19,7±3,4 | 45,0±30,2 |
15 | 33 | 167,3±13,1 | 59,0±28,6 | 58,6±10,9 | 53,6±30,0 | 20,5±3,6 | 47,7±30,5 |
16 | 42 | 170,8±6,9 | 54,0±31,6 | 64,2±11,6 | 57,2±28,5 | 22,0±3,3 | 60,7±25,1 |
17-18 | 50 | 170,4±5,9 | 48,0±26,7 | 63,2±10,8 | 51,5±29,5 | 21,9±3,5 | 54,8±30,8 |
Datos en media±DE.
La talla, el peso y el IMC aumentan significativamente con la edad en ambos sexos (Anova: p=0,0001).
La talla es significativamente mayor en el sexo masculino desde los 14 años (p<0,002).
IMC: índice de masa corporal; pc: percentil.
En la tabla 3 se presentan los valores de la CC y el índice Ci/Ca de acuerdo con el sexo. Se observa que ambos son significativamente menores en el sexo femenino que en el masculino (p=0,001 y p=0,0001, respectivamente).
Valores de la circunferencia de la cintura e índice cintura/cadera de niños y adolescentes de acuerdo con el sexo
Variable | Femenino n=469 (51%) | Masculino n=450 (49%) | Valor de p |
Circ. cintura (cm) | 66,30±8,00 | 68,13±8,50 | 0,001* |
Ci/Ca | 0,77±0,06 | 0,84±0,05 | 0,0001* |
Datos en media±DE.
Ci/Ca: cintura/cadera.
A continuación, se presentan las tablas con la media±DE y la distribución por pc (5, 10, 25, 50, 75, 90 y 95) de la CC y del índice Ci/Ca de los niños y adolescentes por edad y sexo. En todas las edades el indicador antropométrico de la CC fue mayor en los niños que en las niñas (tabla 4) y la media±DE presentó un aumento progresivo y significativo con el incremento de la edad (p=0,0001) en ambos sexos. Los valores de la CC mayores del pc90 se consideran altos (obesidad abdominal); en esta muestra los valores de la CC del pc90 en las niñas oscilaron entre los 69,7 y los 83,6cm, dependiendo de la edad, y en los niños entre los 69,2 y los 86,7cm.
Distribución en percentiles de la circunferencia de la cintura (cm) por edad y sexo en los niños y adolescentes de Mérida
Edad (años) | n | Media±DE* | Percentiles | ||||||
5 | 10 | 25 | 50 | 75 | 90 | 95 | |||
Femenino | |||||||||
9 | 42 | 59,69±6,71 | 50,7 | 51,8 | 54,6 | 58,7 | 64,6 | 69,7 | 72,7 |
10 | 52 | 61,66±7,99 | 52,3 | 53,6 | 56,1 | 59,0 | 66,4 | 75,6 | 78,3 |
11 | 47 | 64,07±9,05 | 51,8 | 53,0 | 57,1 | 62,5 | 67,5 | 79,1 | 82,0 |
12 | 52 | 65,02±5,94 | 56,2 | 58,1 | 60,8 | 64,4 | 68,5 | 73,6 | 78,4 |
13 | 61 | 66,97±7,20 | 58,7 | 59,5 | 61,1 | 64,7 | 71,6 | 78,9 | 81,8 |
14 | 67 | 69,64±7,04 | 59,0 | 60,3 | 63,8 | 68,6 | 72,8 | 81,8 | 87,8 |
15 | 61 | 68,27±6,06 | 60,0 | 61,4 | 64,9 | 67,0 | 72,6 | 76,3 | 80,8 |
16 | 53 | 70,41±6,85 | 60,8 | 62,3 | 65,2 | 69,2 | 75,2 | 80,2 | 85,6 |
17-18 | 33 | 69,94±7,82 | 59,5 | 60,3 | 63,3 | 70,2 | 72,8 | 83,6 | 88,3 |
Masculino | |||||||||
9 | 59 | 61,13±6,71 | 52,9 | 53,2 | 55,6 | 60,1 | 67,0 | 69,2 | 73,5 |
10 | 79 | 65,25±8,30 | 55,2 | 57,0 | 59,0 | 62,0 | 70,3 | 77,2 | 82,0 |
11 | 52 | 66,78±7,83 | 55,4 | 57,6 | 60,7 | 65,3 | 72,5 | 79,2 | 82,2 |
12 | 51 | 68,33±8,72 | 56,7 | 57,4 | 61,3 | 68,5 | 74,0 | 82,2 | 87,2 |
13 | 45 | 68,53±7,80 | 58,1 | 60,1 | 63,1 | 67,0 | 73,1 | 81,5 | 84,5 |
14 | 35 | 69,64±7,04 | 58,2 | 60,4 | 66,4 | 68,2 | 73,0 | 80,9 | 84,9 |
15 | 32 | 70,60±6,02 | 62,5 | 63,5 | 66,5 | 69,5 | 73,5 | 77,6 | 87,1 |
16 | 41 | 74,98±6,97 | 66,6 | 67,6 | 70,0 | 73,2 | 79,4 | 86,7 | 88,5 |
17-18 | 48 | 73,75±6,87 | 64,5 | 66,0 | 68,6 | 72,6 | 77,5 | 83,6 | 88,2 |
DE: desviación estándar.
En la tabla 5 se muestra la distribución en pc del índice Ci/Ca por edad y sexo. En todas las edades el indicador antropométrico Ci/Ca fue mayor en los niños que en las niñas y la media±DE mostró un descenso significativo de los valores obtenidos desde los 9 hasta los 17-18 años (p=0,0001) para ambos sexos, así como en todos los pc, siendo más pronunciada para el sexo femenino que para el masculino. Los valores de Ci/Ca mayores del pc90 se consideran altos (obesidad abdominal); en esta muestra los valores de Ci/Ca del pc90 en las niñas estuvieron entre 0,79 y 0,91, dependiendo de la edad, y en los niños entre 0,86 y 0,93.
Distribución en percentiles del índice cintura/cadera por edad y sexo en los niños y adolescentes de Mérida
Edad (años) | n | Media±DE* | Percentiles | ||||||
5 | 10 | 25 | 50 | 75 | 90 | 95 | |||
Femenino | |||||||||
9 | 42 | 0,84±0,05 | 0,76 | 0,78 | 0,80 | 0,84 | 0,87 | 0,91 | 0,92 |
10 | 51 | 0,83±0,05 | 0,76 | 0,77 | 0,80 | 0,82 | 0,86 | 0,88 | 0,93 |
11 | 46 | 0,81±0,05 | 0,74 | 0,77 | 0,78 | 0,81 | 0,85 | 0,88 | 0,89 |
12 | 52 | 0,77±0,04 | 0,70 | 0,72 | 0,75 | 0,76 | 0,80 | 0,83 | 0,85 |
13 | 61 | 0,77±0,05 | 0,69 | 0,71 | 0,73 | 0,76 | 0,79 | 0,84 | 0,85 |
14 | 67 | 0,76±0,05 | 0,67 | 0,70 | 0,73 | 0,76 | 0,78 | 0,82 | 0,85 |
15 | 61 | 0,74±0,04 | 0,68 | 0,69 | 0,72 | 0,74 | 0,76 | 0,79 | 0,81 |
16 | 52 | 0,75±0,04 | 0,70 | 0,70 | 0,72 | 0,74 | 0,77 | 0,81 | 0,84 |
17-18 | 33 | 0,75±0,04 | 0,69 | 0,70 | 0,72 | 0,75 | 0,77 | 0,80 | 0,83 |
Masculino | |||||||||
9 | 58 | 0,86±0,05 | 0,76 | 0,81 | 0,83 | 0,86 | 0,88 | 0,93 | 0,96 |
10 | 79 | 0,86±0,04 | 0,80 | 0,82 | 0,84 | 0,86 | 0,89 | 0,91 | 0,93 |
11 | 52 | 0,86±0,04 | 0,79 | 0,81 | 0,83 | 0,86 | 0,88 | 0,90 | 0,92 |
12 | 51 | 0,86±0,04 | 0,81 | 0,81 | 0,82 | 0,85 | 0,89 | 0,92 | 0,94 |
13 | 45 | 0,83±0,06 | 0,74 | 0,76 | 0,79 | 0,82 | 0,87 | 0,90 | 0,94 |
14 | 35 | 0,81±0,04 | 0,75 | 0,76 | 0,79 | 0,81 | 0,83 | 0,87 | 0,91 |
15 | 32 | 0,80±0,04 | 0,75 | 0,76 | 0,78 | 0,80 | 0,83 | 0,86 | 0,88 |
16 | 41 | 0,82±0,04 | 0,75 | 0,77 | 0,80 | 0,82 | 0,83 | 0,87 | 0,90 |
17-18 | 48 | 0,81±0,04 | 0,75 | 0,76 | 0,79 | 0,81 | 0,83 | 0,86 | 0,89 |
DE: desviación estándar.
Debido a la importancia de los valores del pc90 de la CC para realizar el diagnóstico de obesidad abdominal, en la tabla 6 se comparan nuestros resultados, por grupos de edad y sexo, con los valores de referencia de niños y adolescentes de Estados Unidos18. Se observa que los valores de la CC fueron menores en nuestra muestra con diferencias de hasta 10cm en ambos sexos.
Comparación de los valores del percentil 90 de la circunferencia de la cintura (cm) entre niños y adolescentes de Mérida y Estados Unidos de acuerdo con grupos de edad y sexo
Variable | Edad (años) | Estados Unidos-Pc 90 | Mérida-Pc 90 | Diferencia |
Femenino | 9-11 | 77,1 | 75,9 | −1,2 |
12-14 | 85,7 | 78,3 | −7,4 | |
15-18 | 90,3 | 78,7 | −11,6 | |
Masculino | 9-11 | 77,4 | 75,8 | −1,6 |
12-14 | 86,6 | 81,4 | −5,2 | |
15-18 | 93,5 | 83,4 | −10,1 |
Pc: percentil.
Este estudio se diseñó con el objetivo de establecer valores de referencia regionales de la CC y el índice Ci/Ca en escolares y adolescentes de la ciudad de Mérida. Los datos expuestos muestran el comportamiento de estas variables en relación con la edad y el sexo. En general, en el aumento de la grasa corporal, y especialmente en su distribución, intervienen tanto factores genéticos (maduración sexual y raza) como ambientales. En las mediciones de los pliegues, en las circunferencias y en el índice de conicidad se ha observado que a medida que avanza la edad se produce un incremento en el peso corporal y un mayor acúmulo de tejido graso11; en los adolescentes masculinos se incrementa principalmente la grasa central, mientras que en las niñas aumenta la grasa periférica10. Este hecho se expone claramente en nuestro estudio donde se evidencia un aumento progresivo y significativo de la CC con el incremento de la edad para ambos sexos; para el pc50 en las niñas se observó un incremento de 11,5cm de los 9 a los 17 años y para los niños de 12,5cm. Además, se observó, para todas las edades, que el indicador de la CC fue mayor en los niños que en las niñas, resultados similares a los reportados en otros estudios6,19.
Con respecto a la Ci/Ca, esta mostró un descenso significativo de los valores obtenidos desde los 9 a los 17 años para ambos sexos en todos los pc, siendo más pronunciada para el sexo femenino que para el masculino, lo que refleja una mayor distribución de grasa corporal en la parte baja del abdomen y la pelvis en las niñas, comportamiento fisiológico propio de la adolescencia femenina19.
Varios estudios han demostrado claramente la influencia de la etnia y las diferencias raciales sobre la composición corporal. Fernández et al.6 describen la distribución de la CC en una muestra representativa de niños estadounidenses entre 2 y 18 años de edad de diferentes orígenes (africano, europeo y mexicano) y en sus resultados demuestran que la CC difiere de acuerdo con el origen étnico; en general, los niños y las niñas mexicanos-americanos mostraron los valores de la CC mayores a sus congéneres de origen africano o europeo. Al comparar los valores de la CC en nuestros niños y adolescentes venezolanos de la ciudad de Mérida se evidencia una marcada diferencia, encontrándose que para todos los pc y para las edades entre 9 y 17 años nuestros valores de la CC son menores a los presentados por este autor tanto para cada grupo según su origen étnico como para el grupo completo6. En las niñas y adolescentes merideñas los valores del pc90 de la CC oscilaron entre los 69,7 y los 83,6cm, menores a los de las niñas norteamericanas que fueron de 73,6 y 101cm; igualmente, para los niños y adolescentes merideños los valores del pc90 oscilaron entre los 69,2 y los 86,7cm frente a los 74,6 y los 105,2cm para los niños norteamericanos; esto apoya la influencia de los factores ambientales y socioeconómicos en el desarrollo del individuo y muestra la importancia de establecer puntos de corte propios de cada región. Cabe mencionar que esas curvas de referencia norteamericanas fueron obtenidas durante las 2 últimas décadas (1988-1994), lo cual significa que se están realizando comparaciones con individuos que han vivido momentos históricos, sociales y culturales diferentes al actual, tal como lo refiere Morales et al20.
Recientemente, Cook et al.18 combinaron los datos existentes de NHANES (NHANES III 1988-1994 y NHANES 1999-2006) y de los principales estudios de Estados Unidos en la infancia (Bogalusa Heart Study, Fels Longitudinal Study, the Muscatine Study y the Lipid Research Clinics prevalence Study) para crear puntos de corte específicos para la edad y el sexo de los pc de la CC y factores de riesgo cardiovascular (perfil lipídico). Este estudio presenta un mayor tamaño de muestra e incluye la influencia de la actual epidemia de obesidad. De igual forma, al realizar la comparación de los valores de los pc de los niños y adolescentes merideños se observa para todos los pc y para todas las edades una CC menor en nuestros niños y adolescentes. Para los pc10, 25 y 50 en ambos sexos las diferencias oscilaron entre 2 a 4cm, siendo más acentuada a partir de los 15 años para ambos sexos y para los pc75 y 90, alcanzando a tener los adolescentes norteamericanos una diferencia entre 10 y 15cm superiores a los nuestros. Si nuestros niños y adolescentes se evalúan utilizando estas referencias internacionales probablemente se dejaría de detectar un número importante de individuos con obesidad abdominal en los que pasaría inadvertido este aviso de riesgo cardiometabólico.
Sung et al.21 publicaron en el 2007 las primeras curvas de la CC para niños de origen chino. La muestra estuvo conformada por 2.590 niños de 6 a 12 años. Los valores de la CC de nuestros niños y niñas muestran una diferencia entre 1 y 2cm mayores a los niños de origen chino.
Al comparar los resultados obtenidos en nuestro estudio con otras referencias latinoamericanas, específicamente los resultados informados por Ramírez-Velez et al.19 en Cali (Colombia), se observó que los valores de la CC en los diferentes pc para todas las edades y ambos sexos fueron similares a los nuestros, siendo ligeramente superiores los colombianos en los pc90 y 95. Con respecto a las referencias publicadas recientemente por Avalos et al.22 en una población de niños de Santiago de Chile se observó que nuestros valores de la CC fueron menores a los reportados por estos autores.
Últimamente se han publicado curvas de pc de la CC en otras zonas de Venezuela, específicamente en un grupo de adolescentes del estado Lara20 y de Maracaibo, estado Zulia23. Los niños de 10 años larenses tienen una mayor CC que los nuestros pero a los 15 años esta es similar. Al comparar con los niños y adolescentes de Maracaibo se encuentra que nuestros valores son entre 4 y 6cm más bajos a los 9-11 años pero esta diferencia aumenta hasta llegar a ser de 8 a 10cm más bajos entre los 11 y 17 años. Estos estudios aportan nuevos parámetros antropométricos que podrán estar relacionados con el riesgo cardiovascular en los adolescentes de cada una de estas zonas de Venezuela y demuestran que, aún dentro de nuestro país, existen diferencias considerables entre las zonas geográficas que se podrían explicar por la diversidad en los hábitos de la alimentación, de actividad física, clima, factores genéticos, entre otros. El Segundo Estudio Nacional de Crecimiento y Desarrollo Humano (SENACREDH) que actualmente realiza FUNDACREDESA ha considerado estas diferencias e incluye niños y adolescentes de todas las zonas del país, por lo que sus resultados antropométricos servirán de referencia nacional24,25.
Hasta ahora no ha sido posible establecer si el estilo de vida, el ejercicio físico26, la dieta, la ingesta de macro y micronutrientes y/o los determinantes genéticos son los responsables de estas diferencias, las cuales varían considerablemente entre las diversas poblaciones27,28. Aunado a esto se encuentra el hecho de que en una población, independiente de las características étnicas y ambientales, se observa una amplia variación en la edad de inicio de la maduración sexual. La población venezolana, al igual que los niños cubanos, argentinos y chilenos y con gran similitud al patrón de los niños asiáticos, presenta una tendencia hacia una maduración más temprana, lo cual ha sido reportado en numerosas ocasiones29,30; los maduradores tempranos tienen mayor adiposidad que la encontrada en los maduradores promedio y tardíos de la misma edad, por lo que podría ser un riesgo biológico para el sobrepeso y la obesidad en la edad adulta.
Estas importantes diferencias en la madurez biológica y el dimorfismo sexual explicarían las grandes variaciones en el peso corporal y en la estatura de niños y adolescentes de similar edad pero con diferente grado de desarrollo puberal, señalando la dificultad para evaluar antropométricamente su estado nutricional al utilizar referencias que consideren solo la edad cronológica30. A la luz de estos hallazgos se demuestra la importancia de tener en cuenta los grupos étnicos y raciales en la investigación clínica y se sugiere la necesidad del desarrollo de valores de corte étnico-específicos para la identificación de las personas en situación de riesgo6.
La realización de estos estudios ha permitido construir una visión integral del crecimiento físico y de la maduración de los niños y adolescentes en relación con los fenómenos sociales, económicos y culturales que la afectan y establecer patrones de referencia para la población. Estas estrategias, en general, ayudan a un mejor entendimiento de las diferencias sistemáticas entre grupos, lo que permite la construcción e implementación de estrategias para mejorar la salud de una población.
En conclusión, se presentan los valores de referencia regionales de la CC y el índice Ci/Ca, los cuales mostraron variaciones según edad y sexo, que están de acuerdo con los hallazgos de otros investigadores e indican cambios durante la maduración puberal antes de que se establezcan los valores propios del adulto. De igual manera se demuestra la inconveniencia de utilizar valores de referencia internacionales para la determinación de la prevalencia de riesgo en este grupo poblacional ya que nuestros valores de la CC y Ci/Ca son más bajos que aquellos de niños y adolescentes norteamericanos, aunque similares a los de otras regiones latinoamericanas y asiáticas.
Conflicto de interesesLos autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.
Se agradece el financiamiento recibido por el Consejo de Desarrollo Científico, Humanístico, Tecnológico y del Arte de la Universidad de Los Andes (CDCHTA-ULA) bajo el proyecto M-1013-11-07-AA y ADG M-10, así como del Fondo Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Fonacit) del Ministerio del Poder Popular para Ciencia, Tecnología e Innovación con el proyecto No.° 2012000970.