Caso clínico
Varón de 58 años de edad, promiscuo sexual y sin otros antecedentes de interés, que acudió a nuestra consulta para valoración y tratamiento de hepatopatía crónica por el virus de la hepatitis C (VHC) (genotipo 1a; índice de Knodell 5). Se inició tratamiento con interferón pegilado-alfa 2b (IFN-PEG2b) y ribavirina, ambos ajustados a su peso (100 μg/semana SC y 1 g/día PO, respectivamente). A los 4 meses de iniciado el tratamiento, y siendo la respuesta clínica y virológica favorable, se apreció en el punto de inyección del IFN (parte superior de la pierna derecha) una lesión eritematosa, indurada y muy dolorosa que evolucionó en 72 h a una gran placa de necrosis (5 x 3,5 cm) con borde eritematoso sobreelevado (fig. 1).
Figura 1. Placa de necrosis con borde eritematoso sobreelevado.
Evolución
Excluidas las complicaciones infecciosas locales y sistémicas (cultivos y hemocultivos negativos) y los trastornos asociados de la coagulación, y ante la sospecha de reacción adversa al IFN-PEG2b se suspendió todo el tratamiento con lo cual se consiguió la resolución completa de la lesión en 3 semanas (curas tópicas con Betadine®). El paciente rechaza la realización de una biopsia cutánea, y la reinstauración del tratamiento.
Diagnóstico
Necrosis cutánea asociada a tratamiento con IFN-PEG2b.
Comentario
El IFN-PEG2b ha supuesto una mejora farmacocinética frente al interferón convencional en el tratamiento de la infección frente al VHC, con lo que se ha mejorado su poder antiviral y por tanto su eficacia1,2. Los efectos adversos asociados al tratamiento con IFN-PEG y ribavirina son bien conocidos1-3. Entre sus principales efectos adversos destacan astenia, cuadros seudogripales, molestias digestivas, síntomas neuropsiquiátricos y alteraciones hematológicas. Estos efectos por lo general se controlan sin medicación, si bien en ocasiones se hace precisa la reducción de las dosis o incluso su suspensión. A nivel cutáneo, la reacción local en el punto de inoculación se presenta hasta en el 58% de los casos, pero por lo general es leve1. En otras ocasiones se ha descrito la presencia de nódulos dolorosos, hipomelanosis, lesiones penfigoides, etc. Una manifestación más grave e inusual es la necrosis cutánea. En ésta se pueden apreciar lesiones únicas o múltiples, de tamaño variable (milímetros hasta 10 cm). En cuanto al tiempo de aparición, esta complicación puede aparecer precozmente (horas) o de forma tardía (meses)4-7, y siempre mejoran al suspender el tratamiento. Su aparición es independiente de la forma de administración (IM o SC)8 y de la dosis administrada5,6, y en ocasiones las lesiones no aparecen si se inyecta el interferón en otras localizaciones diferentes, si se decide continuar con el tratamiento5.
Son varios los mecanismos patogénicos que implican al IFN en la necrosis cutánea; entre ellos destacan los fenómenos de hipercoagulabilidad, vasospasmo local del endotelio vascular, inyección intraarteriolar o reacciones inflamatorias inmunes5,7. El estudio histológico de las lesiones necróticas muestra infiltrados superficiales y profundos de linfocitos y neutrófilos que a veces se asocian a paniculitis lobular4,5. No existen datos que impliquen un mecanismo alérgico en su aparición4,7.
Por lo general, las lesiones necróticas se resuelven con tratamiento tópico, si bien en ocasiones es preciso recurrir a la resección quirúrgica4,7.