Los receptores de trasplante intestinal constituyen un grupo de alto riesgo para presentar enfermedad por citomegalovirus (CMV), debido a características específicas del injerto y a la intensa inmunosupresión celular que condicionan las terapias de inducción inmunosupresora en este tipo de trasplantes. La forma más frecuente de enfermedad por CMV es la enteritis del injerto, cuyo diagnóstico no es siempre sencillo dado que la antigenemia para CMV es frecuentemente de bajo grado o negativa, y los hallazgos anatomopatológicos pueden confundirse con los del rechazo. La inmunohistoquímica o la detección mediante biología molecular en las biopsias colónicas facilitan el diagnóstico. Las recomendaciones actuales del manejo preventivo de la enfermedad por CMV se basan en experiencias puntuales y opiniones de expertos dado que no hay estudios de calidad diseñados específicos en este tipo de receptores de trasplante. En general se prefiere la profilaxis universal frente a CMV en estos pacientes inicialmente con ganciclovir intravenoso y, posteriormente, con valganciclovir vía oral de forma prolongada durante un mínimo de 6 meses, si bien dicha profilaxis puede prolongarse hasta 1 año, según el tipo de tratamiento inmunosupresor del paciente. Varios grupos utilizan además inmunoglobulina específica anti-CMV.
Intestinal transplant recipients are at high risk of cytomegalovirus (CMV) disease due to the specific characteristics of the graft and the intense cellular immunosuppression caused by immunosuppressive induction therapy in this type of transplantation. The most frequent form of CMV disease is graft enteritis. Diagnosis of this entity is not always straightforward given that antigenemia for CMV is frequently low grade or negative and the pathological findings can be confused with those of rejection. Diagnosis is aided by immunohistochemistry or molecular biological detection in biopsies of the colon. Current recommendations for the preventive management of CMV disease are based on sporadic experiences and expert opinion, given the lack of specifically-designed, high-quality studies in this type of transplant recipient. In general, universal prophylaxis against CMV is preferred in these patients, initially with intravenous ganciclovir and subsequently with oral valganciclovir for a minimum of 6 months, although this prophylaxis can be prolonged for up to 1 year depending on the type of immunosuppressive therapy used. Several groups also use CMV-specific immunoglobulin.