Al igual que ocurre con otros análogos de los nucleósidos, tenofovir (TDF) se puede ver afectado por varias mutaciones en el gen de la transcriptasa inversa. La mayoría de las mutaciones asociadas con análogos de nucleósidos no son inducidas específicamente por TDF, aunque sí que pueden afectar su actividad. El impacto que las mutaciones asociadas con los análogos de la timidina (TAM) tienen sobre TDF es variable y depende, en gran medida, al igual que con los restantes inhibidores de la transcriptasa inversa análogos de nucleós(t)idos, del tipo y el número de ellas presentes. De esta forma, cuanto mayor es el número y cuantas más mutaciones del tipo 1 haya, más afectada se ve la actividad de TDF. La mayor afectación se produce en presencia de 41L y 210W. La mutación 65R presentaba una escasa incidencia antes de la introducción clínica del TDF y se seleccionaba por tratamientos con zalcitabina en monoterapia. Sin embargo, tras la comercialización de TDF, la mutación 65R comenzó a describirse con mayor frecuencia y, actualmente, es la mutación insignia de este fármaco. TDF ha demostrado ser un fármaco eficaz y seguro en pacientes con fracaso virológico previo y con mutaciones de resistencia en el gen de la transcriptasa inversa. En estos casos, la presencia de las mutaciones 41L y 210W se asocian a una peor respuesta al tratamiento de rescate que incluya TDF. Por el contrario, la existencia de TAM tipo 2 (67N, 70R y 219Q/E/N) presenta un escaso impacto en la actividad de TDF en estos pacientes. Merece la pena destacar que en el tratamiento con TDF la presencia de la mutación 184V se asocia con una respuesta virológica más favorable, frente a su ausencia, con cualquiera de las distintas combinaciones de mutaciones presentes.
As with other nucleoside analogues, tenofovir (TDF) can be affected by several mutations in the reverse transcriptase gene. Most nucleoside analogue mutations (NAMs) are not induced specifically by TDF, although they can affect the activity of this drug. The impact of thymidine analogue mutations (TAMs) on tenofovir varies and, as with the remaining nucleoside analogue reverse transcriptase inhibitors, largely depends on the type and number present. Thus, the greater the number of TAMs, and the greater the number of type 1 TAMs, the more TDF activity will be affected. The 41L and 210W mutations have the greatest effect. The incidence of the 65R mutation was slight before the clinical introduction of TDF. This mutation was selected by treatments with zalcitabine monotherapy. However, after TDF came on to the market, the 65R mutation began to be more frequently reported and is currently the signature mutation of this drug. TDF has been shown to be safe and effective in patients with prior virological failure and resistance mutations in the reverse transcriptase gene. In these patients, the presence of the 41L and 210W mutations is associated with a worse response to rescue therapy containing TDF. In contrast, the presence of type 2 TAMs (67N, 70R and 219Q/E/N) has little effect on TDF activity in these patients. Importantly, in TDF therapy, the presence of the 184V mutation is associated with a more favorable virologic response than the absence of this mutation, with any of the distinct combinations of mutations present.