Hemos leído con interés el original breve con el título «Factores de riesgo para infección por Neisseria gonorrhoeae resistente a antimicrobianos y características de los pacientes con infección gonocócica» publicado por Fuertes de Vega et al.1. En él se estudia la sensibilidad antimicrobiana de 110 cepas N. gonorrhoeae aisladas de pacientes atendidos en una unidad de infecciones de transmisión sexual de Barcelona y se intenta establecer una relación entre las características epidemiológicas y de comportamiento de los pacientes y el desarrollo de resistencias antimicrobianas. En nuestra opinión este trabajo aporta datos muy relevantes, tanto a lo referente a la sensibilidad antimicrobiana de las cepas estudiadas como a los distintos factores de riesgo para el desarrollo de resistencia. Aun así, nos gustaría hacer algunos comentarios.
Los autores estudian la sensibilidad a penicilina, cefotaxima, cefixima, ciprofloxacino, azitromicina, espectinomicina y gentamicina, mediante Etest®, siguiendo las recomendaciones y puntos de corte del European Committee on Antimicrobial Susceptibility Testing (EUCAST). Un hecho muy sorprendente es que encuentran un porcentaje de resistencia a cefotaxima del 9,1%, valor muy superior al documentado por el European Centre for Disease Prevention and Control2, que en 2013 solamente detectó 7 aislados resistentes a ceftriaxona sobre los 1.932 estudiados (0,4%) y en 2014 se encontraron 5 resistentes sobre 2.015 (0,2%). Nuestro grupo, desde 2012, también monitoriza la sensibilidad de todos los aislados de N. gonorrhoeae de los pacientes atendidos en la Unitat de Infeccions de Transmissió Sexual Vall d’Hebron-Drassanes (UITS-VH-Drassanes), en el Hospital Vall d’Hebron y en los 150 centros de atención primaria adscritos al mismo. De agosto de 2012 a diciembre de 2017 se han estudiado 2.181 aislados procedentes de 2.021 pacientes. El 51% de las cepas presentaron resistencia a ciprofloxacino, el 4,1% a azitromicina y el 15,4% fueron resistentes a penicilina por producción de una beta-lactamasa, valores parecidos a los obtenidos por Fuertes de Vega et al.1. En cambio, solamente el 0,7% de las cepas presentaron sensibilidad disminuida a ceftriaxona y el 4,6% a cefixima, valores más parecidos a los observados por el European Centre for Disease Prevention and Control (ECDC). Creemos que una de las razones para la sobreestimación del porcentaje de resistencia a estos últimos antimicrobianos en el trabajo de Fuertes de Vega et al.1, tal y como señalan los propios autores, podría ser el limitado número de aislados incluidos en el estudio.
Por otra parte, los autores comparan sus resultados con los obtenidos por Cole et al.3 y con el Informe Epidemiológico del Sistema Integrado de Vigilancia Epidemiológica de sida/VIH/ITS en Catalunya4, el primero de los cuales incluye todos los aislados enviados entre 2009 y 2011 al European Gonococcal Antimicrobial Surveillance Programme (EuroGASP) desde 21 países europeos, y el segundo incluye todos los casos notificados en Catalunya en 2014. Pensamos que el tipo de usuario atendido en una unidad especializada de ITS como la suya, podría ser un sesgo importante a la hora de extrapolar los resultados a la población general.
Otro aspecto muy interesante del citado trabajo, es la asociación encontrada entre los pacientes heterosexuales y las cepas con resistencia a determinados antimicrobianos. En este contexto, en un trabajo publicado por nuestro equipo5 encontró una relación estadísticamente significativa entre el genogrupo G1407 de NG-MAST y las cepas con sensibilidad disminuida a las cefalosporinas de tercera generación. En un segundo trabajo del mismo grupo6 encontró un porcentaje de resistencia a las cefalosporinas y a ciprofloxacino significativamente superior en los pacientes heterosexuales, los cuales se infectaron más frecuentemente con el genogrupo antes mencionado (G1407). Por lo que nuestros resultados concuerdan con los observados por Fuertes de Vega et al.1 y por Cole et al.3.
