La inserción de un catéter intravenoso periférico (PIVC) es el procedimiento invasivo más frecuentemente realizado en la atención sanitaria. Sin embargo, a menudo presenta dificultades en los pacientes con venas no visibles o no palpables, lo cual causa intentos fallidos de canalización y complicaciones asociadas. La inserción ecoguiada del PIVC es una solución prometedora para los pacientes con acceso venoso difícil (DiVA). Sin embargo, sigue existiendo una brecha en la literatura con respecto a las experiencias del paciente con esta técnica.
ObjetivoEl objetivo de este estudio fue describir las características y las experiencias de los pacientes derivados a un equipo especializado en DiVA para la inserción ecoguiada del PIVC, y comparar sus experiencias con la canalización tradicional previa.
MétodoSe realizó un estudio cualitativo en un centro de referencia terciaria metropolitano de 980 camas en Australia. Se seleccionaron y entrevistaron 13 pacientes mediante muestreo intencional, tras la canalización ecoguiada. Se recopilaron los datos utilizando entrevistas personales seguidas del análisis temático.
ResultadosEl estudio identificó 3 temas mayores: mejora de la experiencia del paciente, derivada del conocimiento del equipo de DiVA con la canalización ecoguiada; impacto de la limitación del equipo y el personal experto en la experiencia y resultados del paciente; y significación del reconocimiento de las experiencias previas de los pacientes sobre canalización. Los participantes reportaron un contraste marcado en cuanto a sus experiencias entre la canalización ecoguiada y la tradicional, reduciendo la primera el malestar físico, el estrés y la ansiedad, y mejorando las tasas de éxito.
ConclusionesLa inserción ecoguiada del PIVC por parte de clínicos expertos mejora considerablemente la experiencia de los pacientes con DiVA. Sin embargo, las dificultades persisten, incluyendo la disponibilidad del equipo y del personal experimentado. El estudio destaca la necesidad de cambios de las políticas y de la formación en canalización ecoguiada para mejorar el cuidado al paciente y sus resultados. La investigación futura deberá centrarse en poblaciones más amplias y diversas para validar estos hallazgos.
Peripheral intravenous catheter (PIVC) insertion is the most performed invasive procedure in healthcare. However, it often presents challenges in patients with non-visible or non-palpable veins, leading to unsuccessful cannulation attempts and associated complications. Ultrasound-guided PIVC insertion is a promising solution for patients with difficult venous access (DiVA). However, there remains a gap in the literature regarding patient experiences with this technique.
AimThis study aimed to describe the characteristics and experiences of patients referred to a specialised DiVA team for ultrasound-guided PIVC insertion and compare their experiences with previous traditional cannulation.
MethodA qualitative study was conducted at an Australian 980-bed metropolitan tertiary referral centre. Thirteen patients were recruited through purposive sampling and interviewed post-ultrasound-guided cannulation. Data collection was conducted using one-on-one interviews followed by thematic analysis.
ResultsThe study identified three major themes: the improved patient experience resulting from the expertise of the DiVA team with ultrasound cannulation; the impact of limited equipment and trained personnel on patient experience and outcomes; and the significance of acknowledging patients’ prior cannulation experiences. Participants reported a stark contrast in their experiences between ultrasound-guided and traditional cannulation, with the former significantly reducing physical discomfort, stress and anxiety and improving success rates.
ConclusionsUltrasound-guided PIVC insertion by trained clinicians significantly enhances the experience for patients with DiVA. However, challenges remain, including the availability of equipment and trained staff. The study highlights the need for policy changes and training in ultrasound-guided cannulation to improve patient care and outcomes. Future research should focus on broader and more diverse populations to validate these findings.
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La colocación del catéter IV periférico es difícil en los pacientes con DIVA, causando a menudo complicaciones debido a los múltiples intentos. La ecografía mejora el éxito de la primera inserción, aunque existe poca investigación sobre las experiencias de los pacientes con acceso venoso difícil.
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El estudio ofrece una percepción sobre las experiencias de los pacientes con DIVA con inserción ecoguiada del catéter IV, destacando la importancia de la competencia clínica, el acceso al equipo y la comunicación centrada en el paciente para obtener resultados positivos.
La necesidad de colocación de un catéter intravenoso periférico (PIVC) en más de la mitad de todos los ingresos hospitalarios destaca su estatus como procedimiento invasivo más comúnmente realizado en los ámbitos sanitarios a nivel global1–3. Los PIVC son necesarios para administrar líquidos intravenosos y medicaciones parenterales4. Sin embargo, las dificultades surgen para un tercio de los pacientes que acuden al hospital con venas difíciles de canalizar, lo cual complica el acceso venoso periférico5. Dichas dificultades llevan a menudo a realizar numerosos intentos fallidos de canalización, causando malestar o dolor grave en los pacientes, y originando demoras en la iniciación de las pruebas diagnósticas y los tratamientos esenciales6.
Los pacientes que acuden con acceso venoso difícil (DiVA), que incluye pacientes que, en la evaluación, exhiben venas no visibles o palpables, tienen historia documentada con DiVA, abuso de sustancias por vía intravenosa o IMC superior a 30)7,8, se enfrentan a altas tasas de fallos repetidos de canalización, no solo causando malestar, sino también escalando a complicaciones graves tales como flebitis, trombosis e infecciones relacionadas con el catéter9,10. Dichas complicaciones contribuyen, a menudo, a un fallo prematuro del PIVC, obligando a los clínicos a buscar vasos alternativos para el acceso venoso periférico, lo cual es igualmente difícil y doloroso. En casos extremos, el agotamiento de las venas periféricas puede originar la transición a métodos más invasivos de acceso venoso central11.
Cada vez se utiliza más la ecografía en el punto de cuidado (POCUS) para acceso vascular, especialmente en los servicios de urgencia y las unidades de cuidados intensivos a nivel mundial. Los ecógrafos se han vuelto más asequibles, portables y versátiles, haciendo más accesible los POCUS en el ámbito clínico. En Australia, el coste de los POCUS inalámbricos es de unos 6.000-7.000 $ australianos, lo cual hace que sean factibles para procedimientos tales como inserción del PIVC, pudiendo abordar retos considerables en cuanto a acceso vascular12,13.
La inserción del PIVC mediante guía ecográfica a tiempo real permite la canalización de venas más profundas que no pueden visualizarse ni palparse. Esta técnica ha sido adoptada gradualmente para mejorar las tasas de éxito de la canalización por vez primera en los pacientes con venas difíciles de canalizar14. A pesar de dichos avances tecnológicos y procedimentales, sigue habiendo escasez en la literatura científica en cuanto a experiencias de los pacientes con DiVA15.
Además de proporcionar una experiencia menos estresante sobre la inserción del PIVC en adultos, la eficacia de este método, según lo destacado en los estudios previos, sugiere su gran potencial en pacientes pediátricos, y destaca la necesidad de formación especializada y experiencia sustancial en cuanto a procedimientos de acceso vascular entre el personal sanitario16. Los estudios previos que han explorado el malestar y las dificultades a las que se enfrentan los pacientes con DiVA subrayan la necesidad de un enfoque más centrado en el paciente para esta población vulnerable17.
La investigación continua es esencial para comprender el impacto de las intervenciones para mejorar el éxito de la primera inserción para los pacientes con DiVA. Dicha investigación deberá examinar las experiencias de los pacientes derivados a equipos especializados en DiVA, para la inserción ecoguiada del PIVC. Esto es esencial, no solo para ganar percepción sobre las experiencias del paciente, sino también para servir de orientación a las prácticas clínicas y la toma de decisiones, de cara a mejorar la calidad del acceso vascular en los hospitales, lo cual puede conducir a una mejora de la seguridad del paciente, así como de sus resultados y satisfacción.
ObjetivoEl objetivo de este estudio es describir las características y las experiencias de los pacientes derivados a un equipo especializado en DiVA para la inserción ecoguiada del PIVC, y comparar sus experiencias con la canalización tradicional.
MétodoDiseño y ámbitoEste estudio utilizó un diseño de investigación cualitativo básico. Se eligió dicho método dado que aporta una exploración profunda de las reflexiones personales y sensitivas de las experiencias positivas y negativas18. El estudio se reporta mediante la lista de comprobación Consolidated Criteria for Reporting Qualitative Research (COREQ)19.
El estudio seleccionó participantes utilizando una metodología de muestreo intencional, y fue realizado en 3 plantas médicas y una quirúrgica de un centro de referencia terciario metropolitano de 980 camas del Sudoeste de Sídney, Australia. Dicho hospital atiende a una población diversa y una gran área geográfica.
ParticipantesSe identificó a los pacientes mediante las derivaciones realizadas al equipo de soporte clínico fuera de horario (AHCST) para canalización periférica ecoguiada. El equipo AHCST se compone de enfermeros especialistas acreditados en canalización periférica ecoguiada. Las derivaciones al AHCST se realizan mediante una vía de escalamiento hospitalaria cuando se identifica a los pacientes con acceso difícil, bien en la evaluación, o bien cuando se producen intentos de canalización fallidos (vía de DiVA del Hospital Liverpool)6. Tras la derivación y antes de la canalización ecoguiada, un miembro del AHCST cribó a los pacientes, para determinar si cumplían los criterios de elegibilidad del estudio.
Criterios de inclusión y exclusiónLos pacientes mayores de 18 años derivados al AHCST para canalización periférica ecoguiada fueron elegibles para participar en el estudio. Se excluyó a los pacientes menores, no angloparlantes, con problemas de alteración mental tales como demencia o confusión, o incapaces de proporcionar consentimiento informado. Una vez considerado elegible el paciente, este fue contactado por un enfermero investigador (no perteneciente al equipo DiVA), proporcionándosele la hoja de información al paciente y el formulario de consentimiento. El enfermero investigador explicó el objetivo del estudio, y brindó la oportunidad de realizar preguntas o solicitar aclaraciones.
Recogida de datosSe utilizó un enfermero investigador, externo al equipo de investigación y a los autores, para ayudar a recopilar los datos. Tras obtener el consentimiento y antes de iniciar las entrevistas presenciales, dicho enfermero investigador recopiló los datos sociodemográficos. Las entrevistas fueron orientadas mediante una guía de entrevistas semiestructuradas (tabla 1), y se realizaron al menos 24h después de que el paciente recibiese la canalización de un catéter en la unidad AHCST. Dichas entrevistas tuvieron una duración de entre 30min y 1h, y fueron realizadas al lado de la cama del paciente o en una sala privada (de ser ambulatorios), manteniendo toda la privacidad posible, de lunes a viernes durante horas regulares.
Guía de la entrevista
Con relación a la canalización tradicional |
- ¿Puede describir usted qué se siente al tener insertado un catéter? |
- ¿Qué piensa sobre la competencia o técnica del clínico que trató de realizar su canalización? |
- ¿Cómo piensa que ha repercutido su experiencia sobre la canalización en su estancia hospitalaria general? |
Con relación a la inserción ecoguiada del PIVC |
- Con respecto a su procedimiento con el catéter ecoguiado, ¿puede explicar lo que sintió anteriormente? |
- ¿Qué piensa de la competencia o técnica del clínico que insertó su catéter mediante ecografía? |
- ¿Cómo piensa que ha impactado su experiencia de canalización ecoguiada en su estancia hospitalaria general? |
A modo de conclusión |
- ¿Tiene usted alguna sugerencia sobre cómo mejorar la experiencia o proceso de los pacientes con acceso vascular difícil en el futuro? |
PIVC: peripheral intravenous catheter.
Se grabaron todas las entrevistas en audio, transcribiéndose después de manera literal a texto para su análisis. El dispositivo de grabación de audio digital se mantuvo a la vista, no ocultándose durante las entrevistas. El participante fue informado cuando se conectó/desconectó el aparato. El tamaño de la muestra fue determinado sobre la base del punto de no surgimiento de nuevos temas o conceptos, indicando que se había alcanzado la saturación de datos.
Análisis de los datosLos datos descriptivos se trataron mediante el software SPSS® versión 28 (IBM Corp. Armonk, NY, EE. UU.). Para el análisis cualitativo de las respuestas de las entrevistas, se utilizó un enfoque temático mediante 6 pasos: 1) familiarización con los datos, 2) generación de códigos iniciales, 3) búsqueda de temas, 4) revisión de temas, 5) definición y denominación de temas y 6) producción del informe16. Se designó a 2 miembros del equipo de investigación (PD y JRT) para que realizaran el análisis de los datos y accedieran a las transcripciones, para familiarizarse con los datos. Dichos miembros fueron seleccionados sobre la base de su experiencia sobre análisis cualitativo, y no estuvieron implicados en la recopilación de los datos ni fueron empleados de la unidad AHCST, mitigando así cualquier influencia personal en la interpretación de los datos. Tanto PD como JRT realizaron el ciclo de codificación inicial independientemente, logrando el consenso mediante triangulación. En el segundo ciclo de codificación, para llegar a los temas finales, participó todo el equipo de investigación.
ResultadosEntre marzo y mayo de 2023, a lo largo de un periodo de 3 semanas, se cribó la elegibilidad de 18 pacientes. De ellos, 13 participaron en las entrevistas. Los motivos de exclusión incluyeron el no consentimiento a ser entrevistado (n=3), el ser positivo en COVID-19, estar aislado antes de tener la oportunidad de ser entrevistado (n=1) y el recibir el alta antes de tener la oportunidad de ser entrevistado (n=1). Los pacientes incluyeron 6 mujeres (46%) y 7 varones (54%), con una edad media de 53 años. Los PIVC insertados fueron de calibre 20 (n=7, 54%) o 22 (n=6, 46%), y principalmente de 45mm de largo, colocándose en el antebrazo. El número medio de intentos necesarios para la canalización exitosa utilizando ecografía por parte de AHCST fue de uno (tabla 2).
Características de los pacientes que requieren canalización ecoguiada
Pacientes (n=13) | |
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Hombres, n (%) | 7 (54) |
Mujeres, n (%) | 6 (46) |
Edad (años), media (DE) | 53 (16) |
IMC, media (DE) | 40,5 (13,7) |
IMC mínimo | 23,9 |
IMC máximo | 78,7 |
Motivo de la canalización ecoguiada, n (%) | |
Antibióticos intravenosos | 5 (38) |
TAC con contraste | 3 (23) |
Infusiones continuas | 3 (23) |
Producto sanguíneo | 1 (8) |
Preoperatorio | 1 (8) |
Calibre del catéter, n (%) | |
Calibre 20 | 7 (54) |
Calibre 22 | 6 (46) |
Longitud del catéter en mm, n (%) | |
45mm | 12 (92) |
64mm | 1 (8) |
Lugar de inserción, n (%) | |
Antebrazo izquierdo | 6 (46) |
Cúbito anterior izquierdo | 1 (8) |
Pierna izquierda | 1 (8) |
Antebrazo derecho | 3 (23) |
Parte superior del brazo derecho | 2 (15) |
Profundidad del vaso desde la piel en mm, mediana (RIC) | 10 (10,15) |
Profundidad mínima, mm | 7 |
Profundidad máxima, mm | 10 |
Número medio de intentos con guía ecográfica, media (DE) | 1 (0) |
DE: desviación estándar; IMC: índice de masa corporal; RIC: rango intercuartílico; TAC: tomografía axial computarizada.
Los hallazgos obtenidos de las entrevistas revelaron 3 temas mayores: la experiencia y el uso de ecografía mejora la experiencia del paciente; la falta de equipo y de experiencia repercute en la experiencia y los resultados del paciente; el no reconocimiento de la experiencia previa de los pacientes sobre canalización conduce al malestar físico y emocional y a unos malos resultados. Todos los participantes del estudio indicaron que el equipo de DiVA y la canalización ecoguiada repercutieron positivamente en la experiencia de canalización y en la satisfacción general.
Tema 1: La experiencia y el uso de ecografía mejoran la experiencia del pacienteLos participantes reconocieron la competencia avanzada del equipo especializado en DiVA, especialmente para los pacientes difíciles de canalizar. Los participantes advirtieron que los clínicos no especializados en DiVA recurrieron con frecuencia a métodos repetitivos y dolorosos. [Siguieron] «pinchando y empujando, pinchando y empujando para intentar llegar a ella». (Paciente 3)
Esto contrastó claramente con el enfoque del equipo de DiVA, percibido por los pacientes como mejor comunicación y mayor conocimiento, y mejor competencia. «Explicaron con calma lo que iba a pasar, y el modo en que iban a hacerlo todo», que normalmente sucedió al primer intento, o «dar en el clavo, en un intento». (Paciente 13)
Entre los 13 participantes que recibieron canalización ecoguiada, dicha canalización fue exitosa al primer intento. Esto contrasta claramente con sus experiencias de canalización de referencia tradicional, en las que ninguno de los participantes había sido exitosamente canalizado al primer intento. Un participante recordó una experiencia particularmente desagradable. «Recibí 7 intentos [canalización manual]. Empecé a ponerme nervioso y al final dije que no quería ni uno más». (Paciente 13)
Los participantes subrayaron que el uso de la ecografía para localizar la vena había mejorado la experiencia tanto del personal clínico como de los pacientes. Un participante destacó: «tener un ecógrafo le proporciona elección [al clínico]. Pero cuando no hay, no hay elección, y no queda más que mirar aquello que mejor apariencia tenga». (Paciente 12)
Los participantes acordaron que el uso de la ecografía redujo los intentos fallidos y el dolor, y mejoró la colocación y durabilidad del catéter. Un participante explicó su experiencia comparativa entre la inserción ecoguiada y las inserciones estándar previas: «En comparación con el método antiguo [no ecografía]…no puedo sentirlo siquiera [catéter]. Con los otros [no ecografía] siempre ha habido un poco de hinchazón ahí, a veces un poco de molestia, y no te puedes mover especialmente cuando te lo colocan en las articulaciones». (Paciente 12)
A pesar de valorar unánimemente las ventajas de la ecografía, los participantes expresaron también su preocupación acerca de su disponibilidad y el número limitado de clínicos experimentados. Uno de ellos apuntó: «la ecografía puede ser más cara, pero para el paciente creo que habrá menos miedo a recibir una [catéter]». (Paciente 11)
Además, existieron comentarios acerca de la necesidad de personal más formado y de equipo suficiente, ya que un participante dijo: «Necesitan más personal con formación en esto [ecografía]», y otro mencionó: «no creo que tengan equipos suficientes». (Paciente 12)
Otro participante advirtió que, tras su experiencia con el ecógrafo, elegiría esta opción en el futuro: «Lo he pedido, pero sé que no es una opción fácil porque hay que conseguir un ecógrafo, y tienes que tener la persona adecuada con competencia». (Paciente 13)
Esto indicó la observación de los pacientes sobre que la probabilidad de contar con canalización ecoguiada es limitada. Otro participante comentó: «Creo que podrían usar más por aquí [ecógrafos], porque hay que esperar demasiado. Se suponía que iban a administrarme heparina ayer, pero, dado que no encontraron una maquina libre [ecógrafo] tuve que esperar hasta esta noche para recibir la medicación. Así que perdí todo ese tiempo sin recibir mi medicación porque no pudieron encontrar una máquina». (Paciente 9)
Esto ilustra el modo en que la falta de recursos (ecógrafos) puede afectar directamente al tratamiento y a los resultados del paciente.
Tema 3: La falta de reconocimiento de la experiencia previa sobre canalización de los pacientes origina malestar emocional y malos resultadosAunque la comunicación entre el clínico y el paciente deberá promover la canalización exitosa mediante la identificación de las dificultades pasadas, los participantes destacaron la falta de «escucha» de sus experiencias pasadas, por parte de los clínicos. «lo que funciona para ellos [nosotros los pacientes]». (Paciente 1)
Esto fue también destacado por otro participante, que sintió que el clínico ignoró su solicitud de una opción de inserción menos estresante, indicando el fallo de reconocimiento de la experiencia del paciente. «Creo que, si simplemente escucharan al paciente, porque yo sé que soy difícil de canalizar, y digo rápidamente si pueden utilizar el ecógrafo, aunque siempre quieren intentarlo primero [sin ecógrafo]». (Paciente 10)
Un participante que tuvo encuentros previos con procedimientos ecográficos compartió su caso en que sus intentos de comunicar experiencias pasadas fueron ignorados. A pesar de ofrecer comentarios valiosos sobre su cuerpo y venas, que podrían ayudar potencialmente al éxito del procedimiento, dichos comentarios fueron ignorados. Expresó su intención, no como crítica a la competencia profesional, sino como contribución a la comprensión de su situación única, para obtener mejores resultados. El participante comentó: «No le estoy diciendo cómo hacer su trabajo, sino que le estoy hablando de mi cuerpo y mis venas, para que tenga mayor éxito». (Paciente 5)
Esta experiencia subraya la importancia de que los profesionales sanitarios consideren la aportación del paciente, y en especial de los que tienen experiencias médicas previas relevantes, para mejorar el éxito de la canalización y el cuidado orientado al paciente.
El ignorar las experiencias previas sobre canalización del paciente puede tener consecuencias profundas. Esto se ilustra gráficamente por parte de un paciente joven que compartió su experiencia angustiosa. El paciente señaló que soportar canalizaciones múltiples desde muy joven había incrementado la ansiedad y el estrés, no solo para él, sino que también había impactado considerablemente en su vida familiar. El paciente destacó: «Soy muy joven y tengo múltiples catéteres que me ponen nervioso, me estresan y mi estilo de vida es complicado, ya que afecta a toda la familia». (Paciente 2)
Expresó el deseo de que su equipo médico considerara sus experiencias pasadas. El paciente creía que, si se prestaba atención a sus sugerencias, y en particular acerca de utilizar consistentemente ecografía para canalización, podría mejorar considerablemente su situación general. Esta narrativa destaca la importancia de los cuidados centrados en el paciente, en los que el escuchar y respetar el conocimiento de los pacientes sobre sus cuerpos puede mejorar grandemente su experiencia y el bienestar general. Este escenario destaca la importancia de abordar los aspectos físicos del cuidado médico, y de considerar y respaldar el bienestar emocional de los pacientes que tienen canalización difícil.
DiscusiónEl objetivo de nuestro estudio fue investigar las características y las experiencias de los pacientes con DiVA que recibieron inserción ecoguiada del PIVC. Los resultados revelaron 3 temas principales: la preocupación sobre la competencia de los no especialistas en DiVA, la escasez de las máquinas de ecografía disponibles para canalización periférica, y la falta de reconocimiento de los clínicos de las experiencias previas de los pacientes sobre canalización, para ayudar a orientar el éxito procedimental.
Los hallazgos de este estudio ayudan a comprender las experiencias del paciente con inserción ecoguiada del PIVC en cuanto a los casos de DiVA. Los resultados subrayan la importancia de la experiencia de los clínicos, la disponibilidad del equipo adecuado, y la consideración de la historia del paciente en cuanto a la mejora de su experiencia y resultados.
Utilizada por el personal experto adecuado, la guía ecográfica puede mejorar el éxito de la primera inserción de la canalización. Puede reducir el tiempo requerido para lograr el acceso venoso, comenzar el tratamiento clínico y mejorar la satisfacción del paciente y la eficiencia organizacional general17,18. Los participantes de este estudio reconocieron de manera unánime la experiencia del equipo especializado en DiVA y el uso del ecógrafo. Ello refleja la necesidad de un cambio de paradigma para mejorar las prácticas sobre canalización para los pacientes de DiVA a través de la formación y la mejora de los recursos. El contraste drástico entre las tasas de éxito y los niveles de bienestar del paciente con la ecografía, en comparación con el método tradicional, destaca la efectividad de esta técnica. El enfoque del equipo de DiVA, caracterizado por la calma, la comunicación clara y la competencia, contrasta claramente con los intentos de la canalización tradicional, a menudo dolorosos y no exitosos.
Estos hallazgos concuerdan con la investigación previa, y la amplían, subrayando la necesidad de formación especializada en cuanto a inserción ecoguiada del PIVC13,14. Los estudios previos que han explorado las experiencias de los pacientes con DiVA, identificaron un déficit de destreza como factor clave de las experiencias negativas con la inserción del PIVC, y la falta de competencia para lograr el acceso venoso al primer intento, que originaron con frecuencia sensaciones de miedo, ansiedad y malestar19. Una encuesta transversal internacional realizada por Cooke y colegas20 sobre las perspectivas del paciente sobre inserción del PIVC estuvo fuertemente influida por la formación y competencia del personal. Los pacientes destacaron el modo en que la formación inadecuada puede causar incomodidad y malestar, y el modo en que la competencia es esencial para su seguridad y bienestar.
Se ha demostrado previamente las ventajas de la inserción ecoguiada del PIVC, en comparación con las técnicas tradicionales para los pacientes con DiVA, siendo las tasas de éxito de la primera inserción 2 veces y media superiores17. Sin embargo, las ventajas del uso de la ecografía han disminuido debido a los retos logísticos, en particular la disponibilidad tanto del equipo como del personal. Es común que los clínicos carezcan de formación y preparación antes de realizar la inserción tradicional del PIVC. La cuestión es aún más difícil para estos clínicos cuando se enfrentan a los pacientes con DiVA. La falta de estructuras hospitalarias formales (tales como vías clínicas para pacientes DiVA) que respalden las inserciones difíciles origina intentos de inserción vanos, causando dolor y malestar para aquellos que parecen ser más vulnerables (jóvenes y ancianos)21. Nuestros hallazgos son similares a los de estudios previos que reportaron el impacto negativo para los pacientes de la falta de políticas DiVA, la insuficiencia de recursos (tales como equipos de ecografía), y la inadecuación de la formación del personal22.
Las experiencias de los participantes sobre demoras del tratamiento debido a la no disponibilidad de equipos ecográficos destacan un área crítica de mejora de la gestión de recursos hospitalarios. La solicitud de personal más formado en esta técnica es una llamada clara a la educación y formación continuas en métodos de canalización avanzados. Esta situación refleja una cuestión más amplia en la atención sanitaria, donde los avances tecnológicos no se ven siempre acompañados de la adecuada formación y asignación de recursos23.
La falta de reconocimiento de las experiencias previas de los pacientes sobre canalización reveló también un aspecto esencial de la atención orientada al paciente. Los relatos de los pacientes revelan la desconexión entre el conocimiento de su propio cuerpo y la receptividad de esta información por parte de los clínicos. Esta brecha puede originar tanto malestar físico como angustia emocional, según lo observado en las experiencias de los pacientes más jóvenes, que han soportado múltiples canalizaciones20. La historia de DiVA incrementa el riesgo de fracaso de la inserción del catéter al primer intento. Los pacientes que han tenido historia previa de dificultad en la canalización venosa periférica tienen mayor probabilidad de experimentar fallo prematuro del PIVC. En una revisión sistemática reciente de 121 estudios sobre la definición de DiVA, todas las definiciones incluidas en la literatura incorporaron una historia de DiVA como parte de la definición o evaluación del riesgo7,24. Esto destaca la importancia de un enfoque de la canalización para los pacientes con DiVA más holístico: aquel que respete e incorpore la historia y las preferencias del paciente sobre los planes terapéuticos.
Los hallazgos de nuestro tienen implicaciones significativas para la práctica y políticas clínicas, destacando la necesidad de una mejor formación en canalización ecoguiada, un incremento de la inversión en equipos, y un cambio hacia las estrategias de comunicación más centradas en el paciente. Los hospitales y los sistemas sanitarios deben reconocer los beneficios multidimensionales de la inserción ecoguiada del PIVC, no solo incrementando la tasa de éxito de las canalizaciones, sino también mejorando la satisfacción del paciente y su bienestar emocional.
LimitacionesSe seleccionaron participantes de un único hospital del Sudoeste de Sídney, y sus experiencias pueden reflejar las prácticas únicas de dicho centro. De haberse realizado el estudio en otros hospitales o sistemas sanitarios, con diferentes enfoques de canalización ecoguiada, las experiencias del paciente podrían diferir.
Los criterios de exclusión del estudio, tales como los no angloparlantes y los pacientes con deterioros cognitivos, podrían haber originado la omisión de perspectivas valiosas. Dichos grupos podrían tener potencialmente experiencias y dificultades únicas con la inserción del PIVC, que no están representadas en este estudio.
A la vista de dichas limitaciones, este estudio sigue aportando perspectivas significativas, destacando la necesidad de realizar mayor investigación con poblaciones más diversas y diferentes ámbitos sanitarios. Dichos estudios podrían ayudar a validar y ampliar los hallazgos de esta investigación, contribuyendo a una comprensión más amplia de las experiencias del paciente con la canalización ecoguiada.
ConclusiónEste estudio subraya el potencial transformativo de la inserción ecoguiada del PIVC por parte de clínicos experimentados para la mejora de los resultados del paciente de los sujetos con DiVA. También arroja luz sobre las brechas de las prácticas actuales, y principalmente la necesidad de contar con más equipo, personal experimentado y enfoques orientados a los pacientes que reconozcan y utilicen las historias clínicas personales de los mismos. Abordar estas brechas mejorará la eficacia de las intervenciones médicas y dará lugar a una atención al paciente más compasiva y holística.
Aprobación éticaSe obtuvo la aprobación específica del sitio respectivo de los Comités de ética en humanos (2021/ETH01401). Se mantuvieron todas las transcripciones de manera segura en una base de datos encriptada, alojada en una plataforma institucional de Australia.
Conflicto de interesesLos autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.