¿Qué esperan los pacientes de los profesionales sanitarios?

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El mismo diccionario define el verbo confiar como la acción de dejar al cuidado. Y los pacientes necesitan confiar en los profesionales sanitarios. O, al menos, no tienen más remedio que dejar su salud al cuidado de ellos.En nuestra sociedad, los avances científicos y tecnológicos han ido de la mano de una cierta deshumanización de la práctica médica y de la relación entre el profesional sanitario y el paciente. Pero dichos avances no siempre pueden satisfacer las necesidades de los pacientes. Donde no pueden llegar la ciencia ni la tecnología, lo único que el profesional sanitario puede proporcionar en algunas ocasiones a los pacientes es afectividad y cuidado. Parafraseando a Voltaire, podríamos decir que el arte de la medicina consiste en cuidar o confortar al paciente mientras la naturaleza cura la enfermedad. No obstante, en demasiadas ocasiones el personal sanitario se ocupa de las dolencias físicas pero suele descuidar las reacciones emocionales de sus pacientes. He escuchado varias veces decir que los profesionales sanitarios entran en las facultades y escuelas de medicina y enfermería para aprender a tratar enfermos y salen de ellas sabiendo tratar enfermedades.Está ampliamente demostrado que el estado emocional desempeña un papel fundamental en la vulnerabilidad a la enfermedad y en el curso y el proceso de recuperación. Daniel Goleman, el gran gurú mundial en la materia, señala que la eficacia preventiva y curativa de la medicina podría verse potenciada si, en vez de limitarse a la condición clínica de los pacientes, tuviera también en cuenta su estado emocional. Un profesional sanitario es una persona que, por definición, quiere ayudar a otras a sentirse mejor. Y para conseguirlo, hay que empezar por escucharlas. Y si no escuchan, quizás es porque no saben escuchar. Y si no saben escuchar, quizás alguien tendría que enseñarles. ¿Saben los lectores que la mayoría de los pacientes salen de la consulta con una gran cantidad de dudas que no se han atrevido a preguntar al personal médico o de enfermería? ¿Sería tan difícil ayudar a los pacientes a expresar sus dudas o miedos sin sentirse incómodos? Y ¿sería tan difícil que los profesionales se expresaran con palabras inteligibles (¡perdón, comprensibles!) y no con los términos científicos que solamente ellos entienden?La mejora y el entrenamiento en habilidades de comunicación entre el colectivo de profesionales sanitarios son unas de las principales demandas expresadas en la Declaración de Barcelona de las asociaciones de pacientes, que dio lugar a la creación, en diciembre de 2004, del Foro Español de Pacientes, una entidad que representa a más de 600 organizaciones de pacientes y cuenta con 250.000 socios y que el pasado mes de octubre celebró el Primer Congreso Español de Pacientes.En un reciente estudio realizado por el Foro Español de Pacientes se ponía de manifiesto que los principios de la Declaración de Barcelona no estaban recogidos de manera adecuada en las leyes de pacientes del Estado y de las comunidades autónomas. Esto permitió concluir que hay una discrepancia entre las prioridades establecidas por los políticos y las establecidas por los pacientes y ciudadanos. Una de las conclusiones de dicho estudio ponía en evidencia la práctica inexistencia, en las leyes, de mecanismos que permitan crear las condiciones para la mejora de la relación entre profesionales sanitarios y pacientes, así como para la formación y entrenamiento en habilidades de comunicación de los mismos. Se debería hacer un esfuerzo para que las facultades de medicina y las escuelas universitarias de enfermería adaptaran sus planes de estudios e hicieran lo posible para solucionar esta carencia. Y los pacientes pueden y deben participar activamente en este proceso, por lo que es necesario construir entre éstos y los profesionales sanitarios espacios comunes de comunicación, de compromiso y de confianza.Recientemente, el Foro Español de Pacientes participó directamente en la elaboración del mapa de competencias de médicos de familia realizado por la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (SEMFyC). A falta de más apoyo legislativo y académico, sería necesario que surgieran iniciativas similares desde las Organizaciones Profesionales y científicas de Enfermería, que tuvieran en cuenta las preferencias y las necesidades de los pacientes.Los profesionales sanitarios ejercen una profesión que obedece a un sentimiento claramente vocacional y que proporciona la enorme satisfacción de hacer que las personas se sientan mejor en relación con su salud. Precisamente por ello, la medicina debería ampliar su perspectiva para llegar a englobar la realidad emocional de los pacientes. Se debe destacar la importancia médica que supone la presencia de un enfermero/a o de un médico empáticos y atentos a sus pacientes, capaces tanto de escuchar como de hacerse oír. En definitiva, y al igual que Ann, la protagonista de Mi vida sin mí, un paciente solamente espera algo tan sencillo ¿o tan complicado? como que un profesional sanitario sea capaz de mirarle a los ojos cuando habla o escucha.AgradecimientosA Albert J. Jovell por sus sabios consejos y enseñanzas." 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