Presentamos el caso de un varón de 48 años, con antecedente de síndrome mielodisplásico, tratado 2 meses antes con trasplante alogénico de progenitores hematopoyéticos (alo-TPH), que ingresó por diarrea de una semana de evolución y febrícula en las 12 horas previas al ingreso. En el análisis destacaba leucocitosis (17,87×103/μL), elevación de PCR (233,6 mg/L), procalcitonina (5,76?ng/mL) e hiponatremia asintomática (113?mEq/L), sin alteraciones hepáticas significativas.
Ante la posibilidad de un cuadro infeccioso oportunista, dado el grado de inmunosupresión del paciente, se estableció antibioterapia empírica y se realizaron pruebas microbiológicas, que incluyeron coprocultivo, toxina de Clostridiumdifficile en heces, así como carga viral de CMV, adenovirus y VEB, todas ellas negativas. Finalmente, ante la sospecha de enfermedad injerto contra huésped aguda (EICH aguda), se realizó colonoscopia, en la que se objetivó afectación difusa de todo el colon, con úlceras superficiales y mucosa ileal denudada (fig. 1), sugerente de EICH. Se tomaron biopsias (fig. 2) que confirmaron el diagnóstico.
Tinción de hematoxilina-eosina: Mucosa intestinal con erosión y ulceración extensa del epitelio de superficie acompañada de infiltrado inflamatorio mixto que se extiende por la lámina propia (A, 4 aumentos), apreciándose numerosas figuras de apoptosis celular en el fondo de las criptas (flechas) (B, 20 aumentos).
La EICH aguda es una complicación frecuente del alo-TPH, en la cual los linfocitos T activados del donante atacan los tejidos sanos del receptor. Se estima una incidencia acumulada tras el alo-TPH de 40-80%1 y puede afectar a la piel, el hígado o a cualquier segmento del tracto digestivo. En caso de afectación gastrointestinal, se suele manifestar por síntomas como dolor abdominal, vómitos o diarrea secretora2. La cuantificación del volumen perdido es de gran importancia puesto que determina, junto con la afectación de piel o hígado, la gravedad del cuadro.
El diagnóstico se basa en descartar las posibles causas infecciosas, combinado con estudios endoscópicos (preferiblemente colonoscopia sobre gastroscopia)3 con toma de biopsias. Es importante destacar que la EICH puede estar presente pese a encontrarnos con un colon macroscópicamente normal, por lo que, en ese caso, se debe completar con ileoscopia en busca de lesiones a ese nivel, además de la toma de biopsias del tejido aparentemente sano4.
Conflicto de interesesNo hay conflictos de interés que declarar.