Las principales causas de obstrucción de la vía biliar son las litiasis y las neoplasias malignas. Los tumores benignos son mucho menos frecuentes en esta localización e incluyen pólipos simples, adenomas o papilomas1. Pueden aparecer como casos aislados o asociados a síndromes de poliposis hereditarias (poliposis adenomatosa familiar, síndrome de Gadner o síndrome de Peutz-Jegher)2.
Presentamos el caso de un varón de 70 años en seguimiento por pancolitis ulcerosa, en el que en una analítica rutinaria se objetivó patrón de colestasis. Inicialmente se realizó una colangiorresonancia magnética que mostraba dilatación de la vía biliar que se amputada bruscamente a nivel del conducto hepático común, evidenciándose ocupación de la luz indicativo de neoformación. Asimismo se realizó un tac con contraste que mostró hallazgos concordantes con la exploración radiológica anterior. No se realizó ecoendoscopia por la dificultad de acceso a esta técnica en nuestro centro.
Posteriormente se realizó una CPRE con colangioscopia (SpyGlass), que identificó dilatación del conducto hepático común y de ambos conductos hepáticos, y un defecto de repleción móvil en el conducto hepático común (fig. 1). Con el colangioscopio se observó una lesión polipoide de 10mm que fue biopsiada (con pinza SpyBite), con resultado anatomopatológico de pólipo adenomatoso papilar con displasia moderada.
Tras estos hallazgos el paciente se derivó al servicio de Cirugía Hepatobiliar que realizó una resección de la vía biliar, colecistectomía y hepaticoyeyunostomía con buena evolución posterior. El análisis de la muestra quirúrgica confirmó el diagnóstico de pólipo adenomatoso con displasia moderada.
Los adenomas de la vía biliar son poco frecuentes3, localizándose habitualmente en el colédoco distal, próximo a la papila duodenal4. Según la OMS se pueden clasificar en tubulares, papilares, tubulopapilares, cistoadenomas y papilomatosis2. Son más frecuentes en la sexta década de la vida y normalmente son sintomáticos causando ictericia, dolor abdominal, pérdida de peso, náuseas, vómitos o fiebre4.
Presentamos el caso de este paciente por lo infrecuente de la localización de un adenoma papilar en el conducto hepático común, encontrando en la literatura únicamente casos aislados en colédoco5.
Además muestra la utilidad de la colangioscopia con toma de biopsias para el correcto diagnóstico de este tipo de lesiones que por otras pruebas de imágenes (tac/RMN) podrían ser confundidos con una neoformación maligna1, llevándonos por error a cirugías más agresivas.